CAPITULO 58

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Katherine Kendrick

Estoy dormida y eso no me impide pensar en todo lo sucedido, ¿Cómo se supone que lo superaré si ni en mi inconsciencia puedo olvidar?

Despierto en una mañana fría y nublada, pero para mí sorpresa no logro ver el techo de madera de la cabaña, me sobresalto y me siento rápidamente para darme cuenta que estoy en el palacio Magnolia, está remodelado y hay detalles que antes no había visto y ahora mi habitación está más lujosa que antes, abundan las piedras preciosas y el oro las paredes como decoración, además de tener una chimenea junto a una pequeña sala.

– Arimi – digo entre dientes – ¡Arimi! – la llamé y ella no tardó entrar

– Princesa – se acerco e hizo reverencia

– ¿Qué hacemos aquí? – la mire

– El- el día de ayer nos avisaron que el palacio estaba listo – iba a hablar pero me interrumpió – lo se, dijeron que 2 meses pero muchos obreros cooperaron sin paga como regalo para usted

– Entiendo – dije en voz baja – ¿Dónde están?

Arimi capta de inmediato – André y Victoria están en la parte éste del palacio, están bien atendidos y André dijo que quería empezar nuevamente con sus labores ya que está curado pero no sé lo permitieron hasta que usted lo apruebe

Miro un poco más alrededor de mi habitación y quito las sábanas de encima de mi, me levanto y Arimi corre para ayudarme a poner mi bata.

– Arimi – suspiré y ella me miró – prepara un carruaje y 24 guardias, también ropa para hombre y mujer para al menos 2 meses

Ella me mira sorprendida – ¿A dónde irá?

Ignore sus palabras – No me cuestiones y haz lo que se te ordena, no tengo que responder

– Pero a mí sí me tienes que responder – Ethan entra a mi habitación sin previo aviso – ¿A dónde piensas ir?

Lo ignore – Arimi… trae a Victoria y a André, también un desayuno ligero para mí – ordene y ella asintió y salió de la habitación

Camine hacia el baño sin importarme que Ethan estaba esperando una respuesta de mi pero, antes de que pudiera alejarme un poco el me tomo por el brazo evitando que me fuera – ¿No piensas responder?

– No – respondí cortante – y no me hagas perder más el tiempo, sal de mi habitación – le ordene y el me miró enojado pero solo me soltó y salió

Sinceramente no me importaba, ahora lo que menos quiero es tener que excusarme, explicar o tener que hablar de mis decisiones.

– Galina – la llamé y ella entro corriendo – prepara un vestido para mí

– Claro alteza – asintió – ¿alguno en especial?

Suspiré y pude notar la caja que había arrojado al espejo un día antes, me acerque y la tome, al abrirla pude notar que ahí seguía el paño con la sangre de Zakia y más importante… las cuerdas de mis padres.

– Negro – respondí en voz baja y me giré hacia Galina – trae mi vestido negro… nunca pude darle a mis padres un luto correcto, ahora lo haré

Ella asintió y fue por el, después de unos segundos entro con aquel vestido negro que solo me hace recordar en la oscuridad en la que he vivido estos últimos días. Me terminó vistiendo, me miró en el espejo y mi rostro es delgado, frío y pálido, Galina está apunto de ponerme una tiara de las que suelo usar pero me niego, no uso ningún tipo de joyas y solo me mantengo seria en todo momento.

El elemento ImperiumWo Geschichten leben. Entdecke jetzt