CAPITULO 22

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A este punto ya habían pasado las vacaciones, empecé mis clases como princesa y cada vez entrenaba más con mis poderes, espada y arco, puedo decir que soy buena en la mayoría.

Empezaron a pasar los días y comencé a tomarle cariño al palacio, cada vez lo sentía más como un hogar y Ethan me apoyo mucho en eso.

Salí de mi habitación con algunos libros en mis brazos y saludé a algunos sirvientes que estaban arreglando el gran candelabro frente a mi habitación

– De verdad lamento lo que pasó, no creí que el rayo que hice pudiera causar tanto destrozó en el candelabro – dije apenada

– No se preocupe nosotros nos encargaremos – dijo una criada haciendo una pequeña reverencia

–Vaya está vez si te luciste, hace unos días casi matas a alguien y ahora vas a matar a los sirvientes intentando arreglar el candelabro – Ethan se acerco a mi

– Para tu información el rayo lo hice con mi magia de fuego así que técnicamente... es tu culpa –dije y me voltee con una sonrisa

Ethan solo río y me miró alejándome

–Arimi –dije

–¿Si?

–¿Cómo está el? – pregunté, no me permiten ver a André desde lo sucedido y no es como que yo quiera verlo

–Está bien princesa, sigue en recuperación y los doctores dijeron que podría salir de la habitación en unos días

Suspiré con alivio –Bien vamos nos esperan en la clase de historia

Últimamente tomo clases de todo, como futura reina debo saber hasta como funciona el drenaje.

Las clases me abruman, entre leyes, la monarquía, magia, arco, espada, incluso tengo que aprender lo que hay en cada pequeño espacio del palacio y Ulmaria en su totalidad.

Después de al menos 10 horas de clases, salgo del salón y le doy a Arimi mis libros, me quito unos broches del cabello que me lastimaban y también se los doy.

– Arimi me preparaste el baño con agua caliente como te lo pedí? – le pregunto sin mirarla

– Si princesa, estará listo para cuando llegue a su habitación y también tenemos que ver sobre las clases de magia y espa... –su respuesta es interrumpida por unos gritos provenientes de un pasillo al otro lado de donde estoy

Me detuve y mire en esa dirección con una ceja alzada – Arimi, dame para cubrir mi rostro – le digo y me da una tela que amarro alrededor de mi cabeza y comienzo a caminar hacia dónde provienen los gritos que parecen ser de una mujer joven

Arimi bloquea mi camino – Princesa no... hoy llegaron 2 esclavas y están a la defensiva de entrar al palacio además...

– Esclavas? – la fulminó con la mirada –muévete

Arimi lo piensa pero termina haciéndose a un lado, me acerco y apenas doy unos pequeños pasos veo a una chica rubia con ojos verdes corriendo hacia mí, tiene ropa enlodada, no tiene zapatos y parece haber sido arrastrada.

Ella se detiene por un momento viendo a su alrededor y cuando sus ojos se encuentran con los míos no duda y sigue corriendo mientras algunos guardias intentan detenerla

– ¡Alteza! –grita y se tira a mis pies sosteniéndolos

Un guardia se acerca a nosotras y hace reverencia – Lo lamento, su alteza, escapó cuando la llevábamos con las demás criadas

Miró al guardia – Que incompetente ella solo es una y no pueden mantenerla sumisa – la miro y ella está aún arrodillada a mis pies

– Su alteza, por favor le ruego que me regresé a mi casa, mi madre me necesita y mi hermano está enfermo, no puedo dejarlos solos por favor

El elemento ImperiumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora