Capítulo 46

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Inglés moderno: -…-
Inglés antiguo: ^…^
Nórdico antiguo: /…/
Galés antiguo: *…*
Latín: ~…~
Lengua pársel: ¡Negrita!.
Pensamientos: '…' (todos los pensamientos, no importa el idioma).

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Balthezar miró al cielo mientras sentía que su núcleo mágico le decía que algo se dirigía hacia él. El único problema era que no estaba seguro de cuándo llegaría, pero sabía que lo haría. Se estremeció mientras intentaba alejar todos los pensamientos de su mente. Sabía que pronto se enfrentaría a una batalla. Eso había quedado muy claro gracias a los centauros con los que había hablado. Balthezar dejó que su cabeza se apoyara en la corteza de un árbol que tenía cerca. Estaba en la entrada de la cueva que conducía a la piedra de protección de Hogwarts. No iba a entrar de nuevo en la cueva. Ya había conseguido lo que buscaba. Sin embargo, eso no cambiaba el hecho de que no tenía ni idea de por qué había vuelto. Suspiró y trató de pensar en lo que le habría hecho volver.

Un crujido le llamó la atención. Balthezar enderezó la espalda y se tocó el bolsillo de la túnica. El tiempo le había hecho ponerse la túnica por encima de la ropa que llevaba puesta. Sacó el huevo de Runespoor del bolsillo. Miró el huevo y vio que había una grieta en la dura cáscara. Se sentó en el frío suelo y puso el huevo en su regazo.

Sus ojos siguieron mirando el huevo mientras éste seguía traqueteando. Otro ruido atrajo rápidamente la atención de Balthezar. Su varita se deslizó en su mano mientras esperaba. No iba a dar a conocer que sabía que había alguien allí. Hacía tiempo que había aprendido que llamar la atención podía provocar desastres. La persona salió delante de él. Había pensado que la persona estaba detrás de él, pero parecía que estaba equivocado. Era Ambrosia la que había entrado en la zona en la que él estaba sentado. Ella inclinó la cabeza hacia un lado y lo miró fijamente. Parecía que no era el único que conocía el lugar.

Le dedicó una sonrisa. -Ah, así que aquí es donde desapareciste, Balthezar. Me tenías preocupada-. Él parpadeó al verla. No había pensado que nadie se preocupara por él. Le resultaba extraño. Se acercó y se sentó a su lado. Miró el huevo. -Un huevo de Runespoor. No esperaba ver uno de esos aquí. Sin embargo, debería haberlo sabido. No es sorprendente con nuestra herencia. Al menos no es un Basilisco-. Balthezar se preguntó de qué quería hablar con él. Pensó que era extraño que le hablara de nada importante.

Se aclaró la garganta. -¿Hay algo que quieras, Ambrosia?- Estaba haciendo todo lo posible para intentar confiar en más personas de esa época. Por supuesto, no era tan fácil como la gente hubiera pensado. Estaba demasiado arraigado a la época en la que había crecido. Eso significaba que le costaba encontrar a alguien digno de confianza en el presente.

Ambrosia negó con la cabeza. -No tienes que preocuparte por nosotros, Balthezar. Sé que no confías fácilmente. Me alegro de que confíes en mi hija. Sin embargo, quería asegurarme de que supieras que se acerca un consejo. Los jefes de las tribus llegarán al lugar de reunión designado. Tanto los centauros como los hombres lobo saben lo que se avecina. Sin embargo, las otras criaturas del bosque no lo saben. Estamos seguros de que la tribu de las Estrellas también lo sabe, ya que sus mentes están lanzadas a las estrellas-. Balthezar asintió. Estaba esperando lo que Ambrosia iba a decir. Sabía que había algo más de lo que ella ya había dicho. Sólo tenía que seguir con ello. Ella negó con la cabeza. -Quiero que vengas con nosotros y cuentes al consejo tus experiencias y compartas tus conocimientos. Ayudará a informarles de lo que se avecina. Necesitan saberlo para poder decidir si tendrán que luchar o esconderse. No podemos dejar que salgan heridos por la ignorancia de lo que va a pasar-.

Balthezar estuvo de acuerdo con sus palabras. No estaba seguro de hablar, pero sí estaba de acuerdo en que dejar que les hicieran daño no era una opción. No era culpa de ellos que no tuvieran ni idea de lo que iba a pasar. Luego miró el huevo que seguía traqueteando. Pudo ver que ahora había varias grietas en la cáscara. Pensó en lo que le estaba pidiendo. Le preocupaba un poco la idea de hablar con el consejo. Sabía que podía salir muy mal. Sin embargo, también sabía que sólo podía tomar una decisión. Entonces la miró y asintió. -Yo también hablaré con ellos. No estoy seguro de la diferencia que supondrán mis palabras, pero lo haré-. Sonrió y se puso de pie.

Se sacudio los leggings. -Bien. La reunión del consejo es mañana por la mañana-. Luego se marchó. Balthezar miró hacia abajo justo cuando el huevo terminó de romperse. Un pequeño Runespoor cayó y se quedó allí, haciendo sonidos de siseo al azar. Balthezar sonrió y recogió con cuidado la serpiente. Se enroscó en su muñeca y parecía contenta. Sabía que se había vinculado mágicamente en la serpiente mientras estaba en el huevo. Eso significaba que lo reconocía. Eso era lo único que lo mantenía a salvo. Sin embargo, eso no importaba, él iba a ocuparse de la Runespoor. Ahora, todo lo que tenía que hacer era sobrevivir a la reunión del consejo. Él sabía que lo haría, que era todo lo que importaba.

BLOOD OF SALAZARWhere stories live. Discover now