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Arreglarse para una fiesta no es algo lindo, por muchas cosas, las inseguridades salían a flote. Mucha de la ropa que tenía, ni siquiera me gustaba, me hacía sentir fea.

—¡Te juro que si no sales de ahí, invocaré un demonio que no te deje dormir y termines con tu novio!

Era un pesado, pero ya había esperado demasiado tiempo, llevaba al menos 30 min dentro del closet. Mi vista recayó de nuevo en una falda de cuero negra, y las botas negras que estaban junto a ella. Respire intentando calmar mis nervios, y abrí las puertas, encontrándome con Luke acostado en el suelo, viendo fijamente al techo.

—¡Al fin, creí que envejecería aquí!— dijo incorporándose.

Por más que intento ocultarlo, pude ver como una comisura de su labio se elevaba en una sonrisa.

¿Y este por qué sonreía?

—Te ves bien, hasta parece que recupere a mi queridísima Melody Shelb.

Rodee los ojos pasando a su lado, en realidad no me apetecía ir, lo extrañaba, y quería irme a dormir esperando soñar con él, encontrarle un motivo, sabía que necesitaba un descanso, que sin ello no podría continuar con todo, estaba agotada.

—Iremos solo un momento.

Su mirada me indico que no me haría caso, más asintió rápidamente con la cabeza.

—¿Y Jess?

—Nos verá allá, pero si no te apresuras ya no estará.— me puse de pie dirigiéndome al peinador, para rizarme las pestañas y ponerme un brillo labial.

Mire un momento mi reflejo, me veía bien, mi cabello morado se veía muy tenue haciendo resaltar mis ojos, el croptop negro quedaba perfecto con la falda y las botas le daban el toque que necesitaba, debía admitirlo, me veía bien.

Gire sobre mis talones y extendí los brazos.

—Listo, vamos.

Luke se puso de pie como si de un resorte se tratase, me permití darle un vistazo, luche por no sonreír, parecía el típico fuckboy con la chamarra de cuero, todo de negro y su cabello negro perfectamente desordenado, y esa sonrisa petulante. Cualquiera moriría por él.

—Deja de mirarme así.—paso por mi lado hacia la puerta.

—No te mire de ninguna manera.—mentí.

—Parecía que veías a un pastel enorme de chocolate Di. Estoy apartado, recuerda.

—No eres un pastel.— me apresuré a alcanzarlo ignorando lo demás.

—Pero sería el más delicioso.— rodee los ojos, a lo que Luke río.

Apenas salir Luke tomo mi mano y camino apurado.

—No te enojes.

—Solo con decir eso ya me enojé Luke.

Me miró con una sonrisa ladina y asintió.

—Lo siento entonces, iremos caminando.

¿Qué?

Tienes que exteriorizarlo Di.

—¿Qué? ¿Por qué?— en realidad no entendía ni una mierda.

—Porque nos llevarán.

¿Cómo dijo?

—Luke, ¿de qué mierda hablas?

—Tengo contactos, ahora anda y camina para llegar a la casa.

—No entiendo nada— admití.

Te veo en mis...¿sueños?Where stories live. Discover now