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Los días pasan, llevo una semana perdida, ¿cómo te encuentro?

No puedo olvidar el recuerdo de la playa, por qué eso era ¿no? Un recuerdo.

Cada que pienso en él, un escalofrío recorre mi cuerpo; por poco llego a ahogarme, por un maldito recuerdo.

Quiero saber quién eres, ya no puedo dormir sin ver tu rostro, al final lo olvido y solo recuerdo esos ojos, tan expresivos y adornados por esas largas pestañas, el café casi negro, ocultaban tanto a simple vista.

La tarea y los chicos de la escuela dejaron de tener relevancia, tenerte conmigo en sueños, me hace querer tenerte en la realidad.

Dallas intentó convencerme de que eran alucinaciones, por poco término en un psiquiátrico; la playa, tus ojos en la playa, estoy segura de que los vi, y eso hace que mis esperanzas persistan.

Sé que estoy cerca de ti, lo siento dentro de mí, y es algo estresante saber que, por más que te sienta tan cerca no puedo encontrarte.

—¿Acaso teníamos tarea y lo olvidé?— me sobresalté ante la voz de Jess, y cerré inmediatamente la libreta.

Voltee a mirar al rededor, verificando que nadie más nos escuchara, pero todos en la aula parecían completamente tranquilos, en su mundo.

—No, solo...— mi vista se dirigió a la pequeña libreta de pasta azul—Me aconsejaron que escribiera mis sueños, a lo mejor así puedo encontrarles significado.

Solo Dallas y Luke sabían de él, Dallas me insistió tanto en ir con un psiquiatra, porque no se le hacía normal, pero al rehusarme no tocaba el tema. Parecía que a su vista, era algo delicado, ya que, apenas lo mencionaba me veía con compasión. Creía que tenía que ver con mi padre. No tenía ni idea lo equivocada que estaba.

—¿Y has tenido algún otro sueño?— sonreí ante su mirada llena de curiosidad.

Claro que había tenido un sueño, y por poco que recordara, cada día me sentía más cercana a él.

—En realidad si, lo mejor de todo fue que, ahora recuerdo sus ojos— una sonrisa surcó mi rostro— Son tan lindos, nunca he visto unos ojos tan bonitos.

Voltee a mirarla, al darme cuenta de que no decía nada, mis mejillas se tiñeron de rojo. Me miraba entre confundida y sorprendida, quise abofetearme inmediatamente, ella ya me creía loca y ahora parecía que el chico de mis sueños me gustaba.

¿Acaso lo hacía? No podía decir que no, porque sentía como si lo hiciera, a pesar de no recordarlo la sensación seguía ahí.

—Di— dijo en voz baja, como si temiera hablar— ¿Tú crees que él es real?

—Yo sé que es real.

Se acercó un poco a la mesa, como si fuera a contarme un secreto. O tenía un chisme o realmente creía que estaba loca.

—Yo... no lo creo Di— ella creía que estaba loca, por supuesto—. ¿No crees que es hora de visitar a un especialista?

Hubiera sigo mejor lo del chisme.

No estoy loca y él no es producto de mi imaginación. Había investigado y era imposible que el cerebro creara a una persona desde cero, tenías que haberla visto al menos una vez en la vida.

—Es real, yo lo vi, en la playa.

—Estás mintiendo, es producto de tu imaginación Melody, detente.

—Es real Dallas, ya lo dije, vi sus ojos, justo antes de comenzar a alucinar, estaba por llegar a él. Pero Jonah...

—Alto ahí— me interrumpió—¿Quién carajo es Jonah?

Te veo en mis...¿sueños?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora