Ella no lo recordaba, claramente, pero debía creer que sí. Necesitaba convencerse a sí misma de que así era.

Su dedo se deslizó por el camino de entrada, ascendiendo hasta el que se suponía, era el Gran Comedor, lugar donde se haría la ceremonia.

Había estado allí antes, pero jamás había ido a una ceremonia formal como la que se realizaría. Si bien, Voldemort confiaba en ella al punto de convertirla en una de sus mejores fuerzas, nunca se vio con la fortaleza de ser invitada a una de las afamadas reuniones de Mortífagos ejercidas ahí.

No le molestaba... creía.

Trató de olvidarlo mientras su uña raspaba hasta una segunda zona. La torre del reloj, a solo pasos del salón.

Era un lugar imponente y por consiguiente, la manera más fácil de entrar directamente después de la Torre de Astronomía. Pero Eleanor conocía la manera en que trabaja La Orden. Muchas veces escogían la manera más imprevista de hacer las cosas, y ella prefería ponerse en todas las posiciones.

Tomando su pluma, deslizó la punta tintada para marcar dos círculos en el gran mapa, acaparando ambas torres en ellos mientras pensaba.

Luego, marcó una equis en la entrada del castillo, y dos más en las puntas de cada torre. Agregando también dos en el exterior— una a cada costado de la entrada trasera —, y una extra en el interior del salón.

Serían esas las posiciones de los hombres que protegerían la celebración esa noche en caso de que La Orden decidiera aparecer. O al menos lo eran por el momento.

Aún debía pensar los muchos posibles hechos que podrían ocurrir esa noche. No podía fallar por haber no haberlo pensando todo.

Repentinamente, golpes en su puerta la hicieron detenerse.

Dejó la pluma a un lado, tirando de su cabello sobre su hombro antes de girar— Adelante...

Theodore cruzó el umbral, cerrando con un sonido leve tras su espalda.

Ella suspiró— Capitán Nott, es excelente que esté aquí ya que deseo-

—¿Has encontrado algo? —la interrumpió.

Las cejas de Eleanor se fruncieron— ¿Perdón?

—¿Has encontrado algo? —reiteró Nott—, sobre Malfoy. ¿Has hallado respuestas?

Su rostro pareció doler ante el propio control de sus facciones. La molestia casi irradiaba por sus poros y estaba segura de que Theodore podría notarlo— si lo hacía, no parecía importarle.

—Me han confiado esta tarea hace tan solo horas... —le recordó ella, dando un paso adelante— no puede simplemente esperar que haga en segundos un trabajo que es suyo.

La mandíbula del Capitán pareció tensarse, pero pronto su rostro volvió a adquirir el tono tan cálido de siempre, como si cualquier rastro de emoción jamás hubiera existido— Discúlpeme, señorita Berkshka, es solo que me siento un poco intranquilo con todo esto.

—Puedo entenderlo perfectamente —respondió ella—, pero lo que siente no es justificación para llegar a mi oficina a cuestionarme de esa manera.

Theodore asintió, bajando la cabeza a modo de disculpa— No volverá a suceder.

Eso esperaba. De todos modos, era su superior en cuanto a rangos otorgados por el General Malfoy, y de cualquier forma, él no debía sobrepasarse así.

Un sabor amargo recorrió su lengua al nuevamente pensar que Nott actuaba de manera extraña.

—Entonces, y si no es una molestia —añadió él—, ¿podríamos ahondar en nuestro... plan?

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