Capítulo 32

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Alrededor de una semana es el tiempo en el que Kaito ha estado viviendo conmigo, era bastante atento conmigo pues no quería que saliera más lastimada de lo que ya estaba. Durante todo esa semana todo había estado bien pero al llegar el lunes de la semana siguiente las cosas empezaron a ponerse peligrosas pues la mafia que anteriormente me disparó a mi me estaban intentando rastrear. 

Nosotros dos solos no podríamos hacer mucho así que Kaito le pidió ayuda al pequeño detective el cual tenía muchos contactos con organizaciones policiales. Sin dar ninguna pista sobre mi Kaito le fue contando varias cosas a Conan, mientras ellos actuaban yo tenía que quedarme en casa, debía relajarme y no hacer nada.

Tn: ¡Por dios, no me puedo quedar sentada mientras Kaito está luchando con el puñetero que me disparó! - dije exasperada. Debía de actuar evitando que mi herida se pusiera peor y por supuesto está sin que Kaito supiera, sino me empezaría a regañar si supiera de que me había movido del sillón. - ¿Si pudiera contactar con alguien?...

En ese momento vi el portátil (laptop), me acerqué a él ya que me senté en la silla con ruedas. Abrí el portátil e intenté hackear el teléfono de Kaito, ya que como tenía dos teléfono hackeé el suyo personal. Cuando por fin pude establecer la conexión con su teléfono me fijé que estaban paradas en un lugar.

Según había podido oír a escondidas, tenían planeado el contraataque a 5 manzanas de allí. Intenté hackear las cámaras que había por la zona en la calle para poder visualizar lo que estaban haciendo. Kaito y Conan estaban hablando en una cafetería, tenían un portátil con ellos donde parecían estar haciendo algo... ¿Hackear, buscar información? La cámara de la calle no podría ampliar lo suficiente como para poder ver que estaban haciendo.

Tn: ¿Qué puedo hacer?...

Corbeau: ¿Qué es lo que quieres hacer?

Tn: ¿Eh? - Me di la vuelto y vi a aquél mago ladrón que viste igual que Kid pero en negro. - ¡AH! ¡Corbeau! No te cueles en las casa ajenas así como así... Que susto. - dije mientras suspiraba.

Corbeau: Perdón, es que estaba preocupado. Como mi hijo no ha estado durante 1 semana en casa mi esposa está preocupada.

Tn: Ahh eso... Está junto con el detective para poder atrapar a la mafia que me dispararon en la pierna. - dije mientras apoyaba mi espalda en el espaldar.

Corbeau: Ya veo. Con permiso. - dijo mientras miraba en el portátil. Dejé que trasteara lo que quisiera, al parecer quería saber la situación de su hijo, con quien se iba a enfrentar y algunos datos más. - Quédate aquí y no te preocupes, yo les ayudaré desde las sombras a ellos dos. Tu descansa, si te llega a pasar algo mi hijo se preocuparía mucho y no quiero verlo así.

Tn: Esta bien, pero mantenme informada. Quiero saber que está pasando en cada momento. Cada plan, cada movimiento, quiero saberlo todo.

Corbeau: Si, lo haré. - De su bolsillo sacó un teléfono de oreja y me lo entregó. Me lo coloqué en la oreja y seguido vi como se iba por la puerta.

Una vez que se fue me quedé pensando en los resultados, Kaito era alguien muy listo y escurridizo, Shinichi es uno de los mejores detectives adolescentes y Corbeau es el padre de Kaito, osea mucho mejor que su hijo. Tienen la oportunidad de ganar esta batalla pero... Aún así la preocupación sigue presente.

Decidí ponerme al día con las materias, aunque fuera de noche no tenía otra cosa que hacer. Aunque no me podía concentrar mucho intenté hacerlos. A las 2 de la mañana Kaito regresó con un arañazo en su rostro.

Tn: ¿Qué te pasó? - Me quedé mirando su rostro y aunque aquél arañazo era pequeño era un poco largo y por los bordes de la herida. - Es una herida de bala ¿no?

Kaito: Me pasó una bala cerca, pero como puedes ver solo me hizo esto. Pero en verdad no importa, ya que pudimos contra ellos, el pequeño detective ya tenía al FBI preparado para actuar. - Se acercó a mi y sonrió.

Tn: Ven conmigo. - Lo arrastré hasta el baño y empecé a limpiar su herida. Quité la piel quemada por la bala, la estuve raspado con un mini bisturí. Una vez que le quité la zona muerta la herida empezó de nuevo a sangrar, la limpié, la desinfecté y le puse una crema para no dejar cicatrices. Una vez puesta cubrí su herida con una tirita grande, para que tapara toda la herida. - Ya está.

Kaito: Gracias... - Soltó un suspiró del alivio ya que durante el raspado y el desinfectado se estuvo quejando por que le picaba.

Tn: De nada, me alegro que te encuentres bien. - Lo abracé, había estado muy preocupada. Él había estado 5 horas fueras de casa por lo que cuando llegó un gran alivio apareció en mi cuerpo.


Alcánzame si puedesWhere stories live. Discover now