✨Episodio XLII✨

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     Cuando empezó el combate Uryu fue el primero en recibir directamente un ataque que esquivó velozmente aunque cortando mechones de cabello qué cayeron al suelo al mismo tiempo qué fue embestido por un segundo ataque que bloqueó con una de sus flechas especiales en una especie de espada, ambas chocaron dando destellos increíbles de rieatsu, la sangre de Uryu corre por la sien hasta llegar al cuello y manchar la parte trasera de su camisa blanca.

    Las gotas de sudor corrían su frente ante el forcejear y el contrario parecía sentir lo mismo, al separarse Uryu en un movimiento rápido con esa misma flecha tomando su arco la arrojó hacia su contrincante quien lo esquivó fácilmente posterior a ello un montón de flechas le arrojó con tanta precisión ante la cientos de flechas muchas le hirieron de gravedad atravesando su brazo, piernas, y torso de una manera bestial y aún no terminaban las condenas flechas, además se movía muy rápido y apenas podía verlo.

      — Bakudo número uno —, escuchando el resonar de la voz de Rukia el Shinigami abrió los ojos como platos al hallarse arrodillado por el inevitable agarre del Kidō, las flechas las recibió todas sin excepción hasta que tuvo que hacer una pausa el Quincy revisando el resultado.

     Había una lluvia de sangre, las paredes manchadas al rededor en un escenario cruel, la sangre caía a chorros formando una laguna espesa, caía, caía tanta sangre que no paraba de correr y el rostro desfigurado del enemigo lo parecía más.

    Él estaba rabiando de ira levantándose con dificultad apenas respirando ante ese ataque combinado, parecia un muerto viviente.

      — ¡LOS MATARÉ! — Gritó desquiciado — ¡Bank...

       — Bankai —, de pronto ante la interrupción de Rukia, Uryu sintió el mayor frío que había sentido en su vida. Cayó de rodillas al suelo sintiendo que de tanto frío la piel se inmoviliza como un yeso, pero no era frío lo que sentía después sino cientos de cuchillas dentro de todo su cuerpo incluyendo la cara, quemaba al mismísimo tiempo que era helado.

      Sin articular palabras alzó la cara hacia Rukia quien había dado pasos al frente, por un momento olvidó el frío. Rukia tenía un cabello de escarcha color blanco que brillaba y su rostro era como el de una reina del hielo, su vestimenta la hacían parecer una princesa frágil pero poderosa con una excéntrica belleza.

     Sí, él estaba enamorado ¡No! Estaba loco por Rukia Kuchiki desde que inició está loca circunstancia con los arrancar ¡No! Tal vez era verdad de Ryuken, estaba enamorado de ella desde el principio pero estaba ciego por su odio a los shinigami y se aferró a la extraña idea de estar enamorado de Orihime, ahora que lo pensaba ¿Cómo se había enamorado de Orihime? En efecto no tenía mucho sentido. Rukia apareció ante Ichigo por eso se volvió un shinigami, después de ello el intentaría acabar con aquel shinigami que estorba su trabajo pero después de que sus heridas sanaron por Kurosaki entonces fue a enfrentarse a un capitán y un tenientes de la sociedad de almas no porque era coincidencia, no porque quería vencer a un shinigami, fue porque sintió que Rukia estaba en peligro y por alguna razón eso lo llamó.

   Fue a la sociedad de almas, no porque quería venganza ante el pelirrojo teniente qué lo deterroto aunque era una excelente excusa, la necesidad de que Rukia volviera había sido necesaria porque por alguna razón sentía que ella peligra y no era lo mismo sin ella ese lugar, sí, en el fondo cuándo Rukia decidió quedarse era así. Incluso le hizo un vestido por el entusiasmo interno que sentía para que volviera.

     Y tras lo sucesos con los arrancar se dió cuenta que no amaba a Orihime sino a Rukia, una shinigami que cambió la vida de muchos pero la de él por completo, llegó a no odiarlos porque ama a una shinigami.

      Rukia estirando su espada hizo desvanecer el Bankai y al sujeto para siempre pero cuando terminó el ataque ella volvió a su estado lentamente al mismo tiempo que el calor incrementó, el lugar volvió a ser como antes y Rukia sintió las piernas de gelatina, se cayó, pero no fue dura la caída porqué Uryu agitado por el cambio de clima la atajó delicadamente entre sus brazos.

       Estaba agitada apenas podía mantener los ojos abiertos para mirarlo, sus ojos azules tenían un brillo especial más cuándo carecen de anteojos, aún teniendo gran parte del rostro manchado de sangre. Uryu le sonrió, una sonrisa de alivio y sinceridad que a través de unos débiles rayos parecía perfección.

       — Rukia —, su nombre en sus labios sonaba más hermoso de lo común, le gustaba mucho su nombre si el iba a decirlo más seguido —, eso fue un excelente Bankai, uno muy hermoso.

      Rukia sonrió mostrando un brillo inusual en los irisés violetas.

      — Debilita mucho mi cuerpo, no puedo moverme y no sé cuándo pueda —, dijo ella sujetando el brazo de Uryu para estar en pie.

      Pero él en su lugar la soltó, se levantó del suelo dejando a Rukia en el suelo, luego se agachó dando su espalda.

      — No perdamos tiempo, sube —, la verdad quería hacerlo así que no opuso objeción sino más bien obedeció recostando el rostro en la espalda masculina, podía sentir el latir del corazón en su espalda, golpes ligeros que la hacían sentir tranquila con ganas de no volverse a levantar.
     

     

Tu Me Cambiaste La Vida (Uryu X Rukia) Completada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora