35. Rumores

658 92 168
                                    

Salen de la ducha conjunta con los músculos agarrotados y las sonrisas ilusionadas. Después de tanto tiempo, después de haters, de entrevistas, de rumores, de miedos... después de todo lo que han pasado, al fin pueden decir, aunque no muy alto, que están juntos.

—No tienes ni idea de las ganas que tenía de poder estar así contigo —confiesa el canario poniéndose la camiseta—. Que eres mi novio, Raoul, es muy fuerte.

—Impresiona decirlo —esboza media sonrisa el menor.

—A ver dilo.

—¿Por? —se le escapa la risa floja.

—Tú dilo —insiste mordiéndose los labios el mayor, expectante.

—Novio —balbucea de forma prácticamente inaudible el menor.

—Otra vez.

—Novio —cede Raoul hablando más alto esta vez.

Agoney no responde con palabras, él simplemente se aferra a la nuca del contrario y une sus labios en un nuevo beso, que no el primero, pues llevan toda la noche compartiéndolos.

Besos que ni siquiera se molestan en esconder cuando salen del baño juntos y se encuentran a Susana desayunando medio adormilada. La madre del guitarrista no duda ni un segundo en quitarle su atención a la televisión para otorgársela a los dos chicos, quienes empiezan a arrepentirse de haber salido tan acaramelados al salón.

Los tres comparten miradas en pleno silencio durante más tiempo del socialmente aceptado. En vistas de que ninguno de los dos jóvenes tiene pensado intervenir primero, es la mujer la que toma la iniciativa.

—¿Entonces qué? —Tantea el terreno—. ¿Ya ha pasado?

—Yo no puedo decir nada, Susi, le prometí a tu hijo que te lo diría él.

—Bueno, entonces me da tiempo de ir a hacer la compra antes de que lo diga —bromea la rubia haciendo la intención de ponerse en pie.

—¿Por qué sois los dos así? —Se lamenta colorado como un tomate el pequeño.

—Dilo, va —lo anima el tinerfeño propinándole un pequeño codazo en el costado.

—Mamá... —coge aire—. Ya es oficial, Ago y yo estamos saliendo.

—¡Dilo bien! —Pide indignado el moreno.

—No pienso decirlo.

—¿Por qué no?

—Porque suena infantil de cojones.

—Suena precioso.

—No.

—Sí.

—No.

—Que lo digas.

Raoul pone los ojos en blanco y suspira recogiendo la paciencia y el aire suficiente para decir de golpe las palabras mágicas.

—Somos novios —suelta con un retintín que hace que Agoney se muera de risa.

—Así sí, Ra, muy bien —lo apremia el batería besándole suave la mejilla.

—Sois la cosa más adorable del mundo, eso es lo que sois —interviene Susana sintiéndose una intrusa en esa conversación—. Me alegro un montón por vosotros, chicos. 

—Gracias —sonríe sincero el canario.

—¿Lo vais a contar? Ya sabéis, hacer la relación pública y eso.

—No.

—No —responden a la vez ambos.

—Últimamente ha salido mucha mierda de nosotros y lo último que queremos es atraer más atención de la mirada pública —explica Raoul algo apenado.

LAGUNA AZUL (Ragoney)Where stories live. Discover now