29. Entrevista

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Raoul frunce el ceño al sentir en el cuello por decimoquinta vez el pelo de la brocha que sostiene el chico que lo está maquillando. Sabe que el pobre chaval simplemente está haciendo su trabajo y que, seguramente, gracias a él vaya a salir mejor en cámara, pero el guitarrista nunca se ha visto formando parte del mundo televisivo y toda esa parafernalia de vestuarios, maquillaje y peluquería le saca un poco de quicio.

En fin, entiende que forma parte de su trabajo pero él sólo quería hacer música cuando planteó junto a Roi la idea de formar un grupo.

Por suerte, y por insistencia propia, es de los primeros en terminar de arreglarse, por lo que no duda en escabullirse cuanto antes al camerino que les ha preparado el programa. Se detiene unos segundos antes de entrar para admirar la placa que adorna la puerta. "Laguna Azul". Tienen un camerino. Ellos. Ellos que llevan meses turnándose para conducir horas entre pueblo y pueblo, ellos que pasan las noches en una caravana... Van a hacer una entrevista en televisión con una artista de la talla de Aitana.

Raoul sigue sin creérselo.

Una vez dentro, se encuentra a Ariel devorando parte del manjar que les han preparado. La chica, tan poco fan del maquillaje como él, ha logrado escapar también y en estos momentos saborea un canapé de membrillo, salmón y caviar. El catalán sólo puede reír ante semejante imagen, cada vez tiene más claro que esa chica y él son almas gemelas separadas al nacer.

—¡Qué asco! —Saca la lengua la pelirroja para retirarse la comida con una servilleta—. Tanto caviar y tanta mierda, que nos pongan unos sándwiches de jamón y queso, coño.

—Da las gracias que Miriam no ha visto eso —ríe el rubio haciéndose con uno de paté y queso.

—Por eso he venido a escondidas —se da un par de toquecitos en la cabeza con el dedo índice—. ¿Y tú qué? ¿Nervioso?

—No —afirma seguro el menor—. Si nos preguntan por la música o por el grupo es fácil hablar de ello, si me hablan de la acusación falsa, la tipa esa ya confesó que era mentira y... —suspira dubitativo.

—¿Si te preguntan por Ago? —Lo ayuda Ariel en un tono cuidadoso.

—Lo hemos hablado y me ha dicho que no me preocupe, que él responderá las preguntas sobre ragoney si las hacen —se muerde el labio inferior pensativo.

—Pero no te convence.

—Es que es echarlo a los lobos, tía —arruga la nariz Raoul antes de tomar asiento en uno de los sillones del camerino—. No quiero que tenga que llevarlo él todo.

—Bueno, pero si él se ve capaz y tú aún no estás preparado para hablar de ciertos temas, no lo veo mal —lo anima la chica acariciándole con mimo la mejilla.

—Supongo —se encoge de hombros.

El sonido de la puerta abriéndose y cerrándose de golpe los saca con brusquedad de la conversación. La guitarrista se obliga a contener una carcajada en cuanto ve que quien ha irrumpido en la sala es ni más ni menos que el propio Agoney.

—Le han pitado los oídos a este...

—¿Qué hablaban ya, cabrones? —ríe el moreno separando una loncha tierna de jamón serrano para después llevársela a la boca.

—A tu novio le sabe mal que respondas tú a todo lo que tiene que ver con esto —explica Ariel señalándolos de forma alternativa.

—No es mi novio —Agoney aprovecha el despiste de ésta para lanzarle una servilleta a la pelirroja—. Y ya te dije que no te rayes por eso, chiquitín, yo me apaño.

—¿Fijo? —Cuestiona aún algo escéptico el rubio.

—Segurísimo —asegura el batería sin poder retener un pequeño pico que se le escapa sobre los labios del menor.

LAGUNA AZUL (Ragoney)Where stories live. Discover now