33. Luna de Miel

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Raoul se despierta con un ligero dolor de cuello que achaca a la extraña postura en la que ha dormido. Desde luego, cuando ayer decidió que era buena idea usar la cabeza del canario como almohada para la propia, no pensó en el esfuerzo cervical que eso le supondría. No obstante, cualquier dolor es un poquito más soportable si al abrir los ojos se encuentra con la sonrisa de Agoney a unos pocos centímetros de la suya.

—¿Llevas mucho tiempo despierto? Te habrás aburrido un montón... —Carraspea el rubio al notar la voz algo afectada por el desuso durante la noche.

—Que va, estuve un ratito viendo Tik tok.

—¿"Un ratito viendo Tik tok" quiere decir horas? —Señala el menor a sabiendas de lo adictiva que es esa red social.

—Un ratito quiere decir un ratito —ríe suave el insular—. Además no quería moverme mucho por si te despertaba. Estás muy lindo, dormidito.

—Estoy muy lindo siempre —puntualiza Raoul.

—Eso es verdad.

Agoney no se puede contener ni un segundo más, así que adelanta unos centímetros la cabeza para robarle un beso, que de robado en realidad no tiene nada, al catalán. Éste último se sonroja al fijar la vista en la mirada brillante e intensa que le dedica el chico al otro lado de la cama.

—Debo tener un aliento de mierda que flipas —niega con la cabeza el guitarrista acomodándose en el pecho del moreno.

—A mí eso me da igual, Ra.

—Eso no quita que siga siendo una cerdada —bosteza el rubio aún desperezándose para después concentrarse en la pantalla que tiene frente a él—. ¿Qué veías?

—Es un chico al que sigo desde que me descargué la app —explica el canario a la par que el vídeo se reproduce desde el inicio por quinta vez—. Me gusta mucho su contenido porque habla del colectivo y aprendes un montón. Mira, ese que llega ahora por detrás es su novio, le va a pedir de sorpresa que se case con él.

—Qué monos —sonríe de forma inevitable el menor.

—¿A que sí? Comprometerte con la persona a la que estás convencido de que vas a querer toda tu vida tiene que ser una sensación increíble...

—Si esto es algún tipo de indirecta, quiero que sepas que voy como setecientos pasos por detrás, mínimo —bromea Raoul obteniendo una carcajada sincera a cambio.

—Eres bobísimo —sentencia Agoney presionando con una mano los mofletes del rubio, quien se deja hacer encantado ante el tacto contrario.

Raoul deja pasar un par de tik toks más en silencio, hasta que decide arriesgarse y ser un poquito más transparente respecto a sus sentimientos.

—Si esto sale bien, te prometo que algún día te lo pediré.

Agoney voltea sorprendido la cabeza, encontrándose con una mirada más que sincera por parte del otro chico. Raoul va completamente en serio. Sonríe.

—Si quitas el "si" a esa afirmación, me conformo con un beso ahora —asegura el batería con el pecho hinchado del más puro orgullo.

El rubio capta la indirecta y, dándole ya igual el aliento mañanero, vuelve a besar a Agoney despacio y con dedicación. Son cuatro picos más los que comparten antes de separarse de nuevo.

—¿Estás mejor con lo que pasó ayer en la fiesta? —Pregunta cuidadoso Raoul, al estar realmente preocupado pero sin querer incomodar al contrario.

—Sí, fue el momento que se me junto todo —asegura el tinerfeño—. Pero dormir contigo ayudó bastante.

—¿Sí?

LAGUNA AZUL (Ragoney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora