~40~

85 7 0
                                    

Semanas después.

—  Eso quiere decir que no formularon cargos contra ti Min. – cuestiono una vez más Hyeon a través del teléfono.

—  No lo hicieron. Mi abogado se encargó de presentar todas las pruebas, el juez a dicho que soy la víctima de un delito que pudo tener un fatídico desenlace. – hubo un silencio a través de la línea sabía que estaba culpándose de todo. — Detén la marcha de esos pensamientos Hyeon, no podemos cambiar lo que pasó pero lo que sí podemos cambiar son las acciones de nuestro presente.

—  Tienes razón Jimin.

—  ¿Cómo te has sentido últimamente?.

—  Estoy bien Min, incluso he retomado mis ejercicios matutinos. Les digo a todos que me siento como nuevo. – su risita hizo eco a través de la línea.

—  ¿Y las terapias?.

—  Oh Min, estoy poniendo todo de mi parte te prometo que he comprendido muchas cosas y deseo mejorarlas. – su tono de voz era animado. — además ese es un grandioso primer paso, todos los días antes de dormir me abrazo para reconfortarme y animarme por lo que logré en el día es tan sanador.

—  No se porque esa técnica me parece tan familiar. – reí alegre al igual que el.

—  Vale. Jungkook me enseñó la técnica y cuando me lo dijo pensé que era una tontería pero cuando lo hice empecé a ser más consciente de mi. El incluso me llama algunas tardes para darme charlas motivacionales.

—  Jungkook verdaderamente se preocupa por ti. Sólo quiere que te recuperes y sigas adelante con tu vida.

—  Te juro que ustedes son tan afortunados de tenerse el uno al otro. Se lo merecen par de ángeles tortolos.

—  Prometo que una de estas tardes pasaré a visitarte.

—  Nosotros encantados te recibimos. ¿Por cierto como va tu trabajo?.

—  Excelente, trabajo a mi ritmo pero eso no excusa que hayan días pesados entre la universidad y el trabajo.

—  Min cada día te admiro más, tu eres fuerte y lo estás haciendo muy bien.

—   Tu también estas haciendo un gran trabajo y estoy muy orgulloso de ti. – el agradeció alegre.

—  ¿Dónde estás ahora?. – cuestionó por el ruido del ascensor.

—   Estoy a punto de llegar a casa.

—   Bien entonces te llamaré mañana. Cuídate Jimin salúdame a Jungkook.

—  De acuerdo, cuídate tu también.

Había transcurrido un mes desde aquel fatídico suceso, ahora Hyeon se encontraba recuperado y asintiendo a terapias que realmente daba fruto gracias a su arduo trabajo decir que no se habían vuelto más cercanos sería mentir porque se habían dado cuenta que tenían muchas cosas en común y incluirlo a su ya formado grupo de amigos tampoco resultó un problema.

Por mi parte también asistía con un especialista que resultó ser una gran ayuda para dejar atrás todo lo que había sucedido y finalmente perdonar de corazón a quien en su momento tanto me lastimó. Retomar mi trabajo y asistir a la universidad me mantenían ocupado de hecho consumían gran parte de mi día pero cuando la noche caía y regresaba a casa, un precioso azabache me esperaba en casa dispuesto a darme todo su amor, mimos e incluso un masaje.

En esta nueva etapa era inmensamente feliz, feliz conmigo mismo con cada una de las etapas que estaba viviendo, feliz con el hombre que veía despertar a mi lado cada mañana, feliz por los amigos que siempre estaban para mi, feliz por mis padres y mis suegros que se habían vuelto mi familia y apoyo.

LÁGRIMAS DE ÁNGEL  𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍 |𝐓𝐄𝐑𝐌𝐈𝐍𝐀𝐃𝐀|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora