Capítulo 3: De compras

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Los me saludaron y yo sonreí.

—¿Quieren algo de comer? —les pregunté. — Además, a tú padre también le gustará— añadí

—Sí, y así matas dos pájaros de un tiro, mamá—comentó mi hijo

Entonces, escuché una de las sillas, mi hija Madison se había levantado y ponía las platos para lavarlos.

—Mamá, ¿no va a bajar papá a desayunar? — preguntó Carly al sentarse a la mesa.

—Sí, cariño. Ya va a bajar. —le aseguré

En eso, Madison había terminado de lavar y se acercó, a nosotros para tomar una manzana de la mesa.

— Maddy, ¿no piensas saludar a tus hermanos? — le exigí

—No. No porque una llamada Carly, me robó mi iPod, hace una semana, y... ¡no me lo quiere devolver! —

—Oh, de acuerdo, ¿y a tu hermano? — le pregunté

—A Zane sí, pero a Carly no, ladrona. — dijo mientras sacaba la lengua a su hermana con molestia

—Bien. ¿Carly? ¿Tú le quitaste sin el permiso de...?—empecé a preguntar

Pero entonces, Carly se levantó con un rostro de enojo, pero a la vez tonto, porque ellas dos se pelean por puras tonterías en el mes. Las dos eran como el agua y el aceite, eran muy diferentes en su forma de ser y pensar en sus cabezas, aunque eran mellizas

>>> Esto es estúpido <<< pensé observando con confusión e incredulidad ante la escena

—Yo no me lo robe, tu iPod, lo agarré de la mesa de la habitación, te lo pedí, si lo podía escuchar, y tú me dijiste que si... ¡Yo no te robe nada!

— ¡¿Qué?! ¡Tú me robaste mi iPod de la mesa! ¡Tú nunca, jamás me lo pediste para escucharlo, estúpida!

— ¡Yo sí te lo pedí!

— ¡No, ladrona! ¡Solo tienes envidia porque el tío Troy me lo regaló en nuestro cumpleaños!

— ¡No es cierto! ¡Yo sí te lo pedí!

Yo me quedé parada cerca de la sala, y Rick con mi hijo, nos quedamos mirando como Carly y Maddy se estaban peleando por un equipo de música. Todos sus quejas se escuchaban en toda la casa, hasta llegar en la posibilidad, que se oyera hasta afuera, en todo alrededor de la casa, era un grandísimo escándalo.

Rick me preguntó por qué no detenía la pelea.

—No— negué, tranquilamente con un suspiró

— ¿Por qué no, mamá? — preguntó mi hijo, curioso por negar la petición de su tío

—Porque, si las detengo, aun seguirán peleando, además se cansaran, y más tarde iremos a cazar —les expliqué

—Es cierto, ya van a hacer casi ocho semanas desde la última vez que fuimos, ¿o no es así, hermanita? —

—Parecen un par de locas—siseó mi hijo en voz muy baja

— ¡Tú no temas, Zane! — replicaron las dos a la vez

Mi hijo apretó los dientes. Rick se encogió en hombros y se fue para cambiarse, igual mi hijo. Y le di un beso en la frente y Me quedé mirando a Rick y a mi tesoro, desaparecer hacía arriba, y yo empecé a sentir frío. Miré por las ventanas, vi que comenzaba a hacer un viento helado, no me sorprendí, estábamos a principios de noviembre.

—Mamá, ¿no está haciendo frío? — inquirió Carly

—S-ssiii. —balbuceó Madison, tiritando. —EEs verrr-da-d

Las Dos Caras de la Luna © ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora