Cena alta en proteína

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No ha parado ni un solo momento, no entiendo cuando Diego estaba en embarazo se la pasaba durmiendo, si no me hubiera mostrado la ecografía no pensaría que está en estado, esta en los 4 meses, parece que incluso trabaja el doble, "cualquier cosa que necesites dime" se que las hormonas los vuelven locos, lo experimente con Diego y ví a mis hijos, pero Dante pareció adivinar mis pensamientos, "no soy un vulgar humano para correr a tus brazos" me dijo volviendo al teléfono y portátil, esta trabajando, la dinamica de mi relación con él es diferente a la que tenía con mi rubio, él era como un cachorrito de ojos adorables y necesitado, me seguia a todas partes, tan dependiente, cuando me miraba lo hacía con mucha entrega, como un niño desvalido, me daban ganas de abrazarlo y protegerlo de todo, lo amaba, aún lo amo.

Dante, mi Dante es un gato elegante, estilizado y autosuficiente, se valia solo y no quería que lo consintiera, en esta relación el dependiente soy yo, siempre me agrado que tomara el control y yo relajarme, pero ahora quería que se calmara y colgará la toalla un rato.

Me fui acostar pero cuando desperté a los 2 de la mañana él no estaba aún se encontraba trabajando.

- avispa por favor ven a dormir - le digo mientras lo veo levantar la vista y luego ignorarme - anda, no puedo dormir si no estas a mi lado - mejor finjo que soy yo el del problema, suspira y yo me acerco para tomarlo del la cintura y pegarlo a mi - anda, por mi - recuesta su cabeza por unos momentos en mi pecho.

- bien, solo por qué tú estás cansado - no va ceder pero es suficiente para mí, en cuanto nos metemos a la cama se acurruca a mi lado y se duerme, aunque no quiera le es imposible no estar sensible, pero como todo lo de él empezó a sacar ventaja, no desaprovecha nada, si tenía que ser un manojo de hormonas iba a sacar partido.

Un tiempo después me abrazo a mi mismo por el frío que estaba haciendo, el paisaje por la ventana está lleno de nieve, aún con calefacción hay que usar abrigo en casa, tendré que arreglar la chimenea.

Dante está en la cama envuelto como una oruga en todas las sábanas que encontró.

- Dante, dame sábana - le pido acostandome a su lado

- no - respondió abrazándose más a ellas

- ¡está helando!

- tápate con tu pelo, tu pelo te da calor, yo necesito más calor por los bebés - arrugó el ceño

- vas a explotar eso al maximo - le digo pero con un atisbo de ternura al verlo todo arropado y lanzando leves suspiros por lo cómodo que está, me hice con una sábana vieja y me abrazo a él aunque se que serán meses largos.


               

               UN MES ANTES DE LA          
                      CONCEPCIÓN

                    

Lo veo alistarse, me gusta como se ve, impecable con un traje de tres piezas  tan costoso que seguro es más de lo que gana alguien en un año, pero que a la tercera postura donará alguna beneficencia, nunca repite mucho la ropa.

- ¿como me veo? - me pregunta cuando termina de acomodarse la corbata, sabe que se ve bien

- pareces el muñeco del pastel de una boda - le hago burla por lo sicótico que es cuando se arregla, bufa, y pone sus bonitos ojos verdes en mi.

- tu pareces vago de la calle, no vas a ir así a la ópera - me dicta, quiere que me cambié de ropa, llevo una musculosa negra y unos vaqueros muy rotos, era su moda pero los he usado tanto que ya no se distingue bien, me revuelvo con flojera en la silla, él parece que sigue regañandome con la mirada por no estar listo, "anda" parece decirme mientras peina su cabello negro con la raya en el lado izquierdo de la cabeza, una vez le pregunte por qué siempre ese lado, me había dicho que su aya era zurda.

Detrás de tu rostroWhere stories live. Discover now