15. Tensión

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La figura de la elegancia y la finura de Regulus Black estaba detrás de Remus, acompañado, como siempre, por Kreacher. Ambos tenían una mirada de desprecio plasmada que Remus no tenía idea si era propia de Kreacher o se lo había copiado a Regulus. Podría perfectamente haber puesto unos rayos de fondo y los haría ver más aterradores.

Remus vaciló un poco y al instante puso su expresión más inocente. —Estaba viendo los dibujos.

El otro chico lo cambió la mirada indicando que no le había creído ni una palabra. Remus se preguntó si Sirius si lo hubiera hecho.

—Te observamos lo suficiente como para darnos cuenta de que sabes leer perfectamente.

Remus rió mirando hacia el libro de nuevo. Lo cerró de golpe y lo levantó sacudiendolo en su mano mirando a Regulus. —¿Es tuyo?

El menor de los Black no se inmutó ni hizo ninguna señal que le indicara a Lupin si tenía alguna emoción respecto al libro. Solo se limitó a arrebatar bruscamente el libro de los dedos de Remus.

—No. — respondió secamente mientras volvía a poner el libro en su lugar habitual. Remus pudo ver que justo alrededor de donde había tomado el libro había una marca de polvo alrededor que indicaba que habia sido puesto ahí sin mover hacia mucho tiempo.

Remus prefirió no decir nada mientras Regulus volvía a su postura habitual y Kreacher detrás de él imitaba su postura (o lo intentaba). Claramente había estado tratando de tener casi los mismo gestos y posturas que su amo, pero por alguna razón, sin la mirada fría y los ojos y cejas profundas, la escena era bastante cómica.

Antes de que Regulus empiece a decir algo, el sonido de la risa de Sirius distrajo a los tres jóvenes que inmediatamente voltearon a ver a la ventana.

Sirius reía abiertamente aún con el brazo de Marlene entrelazado al suyo, Marlene reía delicadamente cubriendo su sonrisa con el abanico que tenía en sus manos (El cual Remus tampoco entendía porque se molestaba molestaba portar su estaban a inicios del invierno) y Peter parecía estar igual de disgustado que Remus porque tenía plasmado el rostro de aburrimiento que no se esforzaba en ocultar de sus acompañantes.

Regulus suspiró negando con la cabeza y salió de la biblioteca seguido de Kreacher sin antes murmurar: "No toques las cosas que no son tuyas".

Remus también suspiró sabiendo que con el ruido de afuera no podría concentrarse. Y era curioso porque en las calles donde vivía el ruido era cinco veces más fuertes que las risas de Sirius y Marlene, pero en especial esos ruidos estaban que lo perturbaban. Tomó el libro entre sus manos y se levantó de la silla decidiendo llevárselo a su habitación para ver si tenía más suerte, pero cuando estaba a la mitad del camino un impulso extraño lo hizo retroceder y pararse al lado de la ventana para ver a la pareja de prometidos en el jardín.

Se ven felices, pensó Remus al instante y también, por alguna razón, vinieron imágenes de Marlene con su vestido de novia y luego de Sirius levantando en el aire a sus hijos con cabello rubio y ojos grisáceos. Bilis en la garganta.

Tomó aire pesadamente y justo cuando estaba por irse hacia su habitación, el pelinegro alzó su mirada e hizo que los dos pares de ojos se encontraran.

Sirius sintió como un escalofrío en su columna, un escalofrío que sólo había sido provocado por Remus. Un escalofrío que te gustaba e incomodaba al mismo tiempo. Estaba en el borde de lo extraño. Pasó saliva fuertemente al ver a Remus alzándose en el segundo piso sobre él, con una figura de autoridad innata que no podía haber aprendido en ningún lado. Era algo natural, algo naturalmente atrayente.

La mirada de Sirius era de un niño después de haber sido encontrado haciendo una travesura. Eso hizo que Remus sienta una ola de satisfacción.

El momento fue interrumpido al escuchar a alguien gritar el nombre de Sirius desde la entrada. Sirius cambió de expresión al instante a una de felicidad, llamó la atención de Marlene y Peter y los tres jóvenes sonrieron y fueron a paso rápido hacia la entrada.

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