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3. Búsqueda y recuerdos

- Entonces, Peter. ¿Podrías decirme otra vez qué pasó con Sirius?

-Claro, señor...

-Ya te dije que no me digas "señor", somos amigos.

-Lo siento, eh... James – el chico se sonrojó, pero Sirius estaba en demasiado transe como para notarlo.

Habían sido tres días muy largos. Peter dio toda la información a los investigadores, aunque no recordaba el nombre, así que Sirius tuvo que recordárselo ¿Cómo iba a olvidarlo si era en lo único que pensaba en esos días?

Ni él entendía hasta ese momento el nivel de su obsesión por plasmar el rostro, contextura, colores y demás de ese muchacho en un lienzo. A penas vio a la mansión ese día, se encerró en su estudio de pintura hasta el amanecer. El pobre Peter se quedó dormido en un silla afuera de este mismo, pero Sirius ahora era ajeno a eso, realmente era ajeno a muchas cosas en ese momento; a comer, a dormir, a cambiarse el atuendo y sobre todo a las quejas de su hermano.

Sirius aprovechó la ausencia de sus padres para olvidar todas sus obligaciones para centrarse en algo mucho más importante a sus ojos. ¿Cómo era el perfil del chico? ¿Su nariz era roma o respingada? ¿Acaso era de botón? La dibujó así. No. Diablos, no. No era lo mismo. Arrancó y arrancó tela de los marcos como si de basura se tratase. Todo mal, todo estaba mal.

Peter mandó a pedir más telas para lienzo y Sirius siguió encerrado.

¿Cómo eran sus orejas? ¿Eran grandes o pequeñas? ¿Eran puntiagudas? Maldijo a su precaria memoria fotográfica y siguió arrancando telas.

Eran en lo único que pensaba antes de dormir y al despertar. ¿Cómo eran las facciones exactamente? ¿El tono de piel que recordaba estaba bien o lo afectó el momento y la iluminación? ¿Cómo se vería sonriendo? ¿Cómo se vería concentrado?

Hasta el momento lo había visto solo con la gorra puesta, ¿Cómo se vería sin ella? ¿Su cabello seria suave al tacto? Sus labios... ¿Serían secos o húmedos? ¿Carnosos o delgados?

No tenia caso pensar en texturas o tacto. Lo quería pintar, no tocarlo. Retiró el análisis de los labios por el momento, pero también fue inútil porque también necesitaba el recuerdo exacto para pintar perfectamente esa parte. Arrancó más tela.

¿Por qué era tan complicado recordar? ¿Y porque tenia la necesidad de hacerlo perfecto?

La veces que aceptó comer, no habló, para sorpresa y comodidad de Regulus Black que ahora parecía no despegarse de Kreacher, estaba pensando y tratando de recordar cada milímetro y cuando algún recuerdo repentino llegaba a su mente, se levantaba de golpe de la mesa y corría a su estudio a plasmarlo, Peter corría de un lado de la mansión al otro detrás del pelinegro.

Esta situación había visiblemente fastidiosa para Peter que había adoptado una postura relajada y volteaba los ojos cada que Sirius pedía algo, aprovechando el reciente estado de indiferencia a todo.

Peter aprovechó la ausencia de los señores de la casa para llamar a James Potter, el mejor amigo de Sirius que no era muy bien recibido cuando estaban los padres de este, pero ahora con solo tres días seguidos de esta situación, Peter ya se encontraba en crisis.

James llegó lo más rápido que pudo haciendo notar su presencia saludando a cada sirviente que se cruzaba, ganando sonrisas, reverencias y ligeros sonrojos.

Regulus se había encerrado en su habitación.

- ¿Así que un chico trabajador ha cautivado tu atención? – dijo el chico con gafas mientras levantaba una ceja divertida.

Sirius estaba tumbado en el piso, el antebrazo sobre sus ojos dejando una ligera hilera de visión hacia James – No en esa forma, maldito – bromeó, pero sonó más a la defensiva de lo que quería – Yo solo... Lo estoy buscando y parece que se esconde de mi