La metamorfosis

5 3 0
                                    

Hoy, un amante de la naturaleza y las cosas bellas, ha llegado por casualidad a mis tierras desoladas.

Caminó con paso suave y tranquilo sobre el árido desierto que había bajo sus pies y observaba lastimosamente aquellas plantas que, tan hermosas que eran, estaban marchitas o a punto de marchitar.

Una tristeza agobiante lo sacudió al ver tal paisaje que se caía a pedazos a una velocidad intimidante, pero aquello no logró hacerlo retroceder.

Con calma y mucha gentileza, poco a poco, fue removiendo la tierra árida e infértil buscando algún rastro de vida.

Recorrió y recorrió sin descanso hasta que el sol se había despedido de él y le daba la bienvenida a la luna.

La soledad, al momento en que el manto de la noche lo envolvía, lo abrazó con fuerza e, incluso, con algo de violencia. Por momentos, siquiera podía mantener estable su respiración.

Esa era la soledad que con agresividad maltrataba la naturaleza de su entorno.

No se dio por vencido aún así.

Con gran esmero, una a una, fue devolviéndole la vida a las plantas que, con miedo y cansancio, volvían a emerger con cautela, muy lentamente.

Fue mucho tiempo el que pasó allí.

Semanas.

Meses.

Años.

Y no se marchó sino hasta que vio con sus propios ojos que el paisaje volvía a su estado original.

Y era bellísimo.

Sin embargo, nunca lo abandonó del todo, y cada cierto tiempo, volvía a aquel lugar que tanto lo había conmovido para apreciarlo un poco.

Para disfrutarlo.

Y para cuidarlo.

Dedicado a M.F.A

Poemas y otros dolores [√]Where stories live. Discover now