Sangriento rosal

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La sangre gotea de mi cuerpo.
La vida se me escapa
a cada segundo,
sin poder retenerla.

Es arena entre mis dedos
dejándose guiar por el viento.
Y mi piel, tan, pero tan blanca,
por mi propia vida es tintada.

¡Qué rosas tan magníficas aquellas,
que con su dulce humedad te deleitan!

Y abro mi piel aún más
sólo para verlas florecer.
Encantada me encuentro
por ese colorido tan funesto.

Este rosal me empalidece.
El rubor se escapa de mi rostro.
Pronto soy como un fantasma
que a la muerte aún no encuentra.

Y mi aliento,
que lucho por contener,
se me escapa por propia voluntad.

Y mi alma,
que lucho por proteger,
por el rosal se deja deslumbrar.

Poemas y otros dolores [√]Where stories live. Discover now