1º Libro: ¡Mi destino eres tu! (Supernatural)

7.- Un hijo

Reagan pov

Simplemente no podía creer que esto estaba pasando. Ahora si me encontraba sola. No había nadie de mi familia que existiera. Nadie.

Las probabilidades de que tía lucí estuviera viva, eran de noventa y nueve punto nueve por ciento.

Creo que en estos momentos sufro de depresión. No solo por la muerte de mi tía, sino que, ahora gracias a ese transformista, los chicos casi no me dirigían la palabra.

Sabía que tarde o temprano tenía que contarles mi secreto, pero no era el momento. Además, era algo sumamente personal, no sabía en donde eso, encajaba con lo que estaba pasando.

- ¿Estás bien? - me giro para ver a Dean. Eran las seis de la mañana y me encontraba sentada en la cajuela del impala.

- Si – miro de nuevo para la carretera. Los carros pasan con familias sonrientes dentro de ellos. ¿Porque no me toco una suerte así?

- ¡No lo pareces! - Dean se acomoda en un lado mío.

- ¿Sera porque nadie quiere hablar con migo? - pregunto mirándome las manos y jugando con mis dedos

- ¡creo que a nadie le agrada que le guarden secretos! -

- ¡si, lo sé! ¡Pero son cosas realmente privadas, Dean! - vuelvo a mirarlo – cosas que ni si siquiera tienen que ver con todo lo que está pasando - una lagrima rueda por mi mejilla.

Era doloroso recordar los errores que había cometido. Era como vivirlos de nuevo, por esa razón los había dejado en el pasado.

- Créeme que ahora todo lo que dejamos en el pasado, junto con las cosas que hacemos a diario, tienen una conexión con el futuro – Dean suspira, y acerca su mano para limpiar mi mejilla.

Cerré mis ojos al sentir su mano en mi rostro, cuando los abrí de nuevo, el rostro de Dean estaba más cerca de mí.

- Si tuviera que dejar de lado tu pasado, créeme que lo haría, para que no te hiciera daño – nuestras miradas se conectaron. Mi corazón latía a mil.

- ¡Lamento interrumpir! - la voz de Belha nos sobre salta, por lo que de inmediato Dean baja de la cajuela del impala. Miro hacia otro lado, ya que la mirada de esa chica dice más que mil palabras, y me hace sentir incomoda.

- ¡no interrumpías nada! - le digo seria.

- Créeme que lo hacía. Pero no se preocupen, abra muchos más momentos como estos... -

- ¡cállate! - Miles la interrumpe dándole un ligero golpe en la cabeza.

- ¡Me despeinas, engendro! - dice con disgusto Belha y lo sigue. Caminan hasta llegar frente a nosotros y se detienen.

- ¿Hay algo que nos quieran decir? - Pregunto Dean

- ¡de hecho! - dijo Belha

- Lord Darkar se nos está adelantando en todo. Ya tiene a Alexander. Por lo que nosotros deberíamos hacer lo mismo – dijo Miles. Se veía un poco nervioso

- ¡Créanme que no nos gusta que tengamos que hacer esto nosotros, pero no hay más! - continua Belha

- bien, continúen... - les digo.