CAPÍTULO 3

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El sol atravesaba mi ventana y apuntaba directamente a mi cara, gemí de fastidio y poco a poco me desperté. Me sentía muy desubicada. Miré alrededor de mi habitación y comprendi que estaba en casa. Me senté en el borde de mi cama y me miré a mi misma. Aún llevaba el vestido.

Maldecí en voz baja y me dirigí hacia el baño, me miré en el espejo y contemplé mi rostro durante unos segundos, mi eyeliner estaba corrido y también lo estaba mi pintalabios. Mi pelo gris por genética, estaba enredado y con demasiado volúmen. Lo del pelo gris ya lo sabreis mas adelante, je
Lo primero que decidi hacer es darme una ducha bien fría, amaba las duchas frías, aunque fuese invierno.

Cuando salí me encontré con Jasmine tomando su cafe

—¿Llegaste muy tarde, no?--preguntó

—Sí, es que Aria la lió

—¿La pequeñaja que la entrais ilegalmente a fiestas ajenas?

—Eh.. sí.

—Ojala sus padres os descubran

—Ojala—sonreí y acto seguido empecé a prepararme mi café. Eran las 10 de la mañana así que con un poco de suerte podría ir a algunas clases.

—¿Hiciste mucho el ridículo ayer?

Sí, una chica guapa me preparó un cubata, fuimos a bailar y apareció su estupendo novio , me sentí muy incómoda y me fui.—pensé

Antes de contestar, mi móvil vibró. Era Amelia, mi hermana.

—¡Hola bonita! ¿Cómo te va por ahí?

—Hola, bastante bien.

—Olvidé lo sosa, borde e inexpresiva que eres—contestó ofendida

—Mhm.. ¿qué tal estás tú?

—¡Genial! Me encanta mi trabajo, llevó 2 años y me fascina igual que el primer dia.

Amelia, mi hermana, trabajaba como diseñadora gráfica en una ciudad muy lejana de mi universidad

—¿Cómo está mamá?—le pregunté con un tono de tristeza

—Va haciendo Natzaret, es difícil, ella lo intenta, te lo prometo.

—Ya, supongo... la echo un poco de menos

—Y yo, ¿vendrás este fin de semana a verla?

Amelia trabajaba en el centro de la ciudad, donde también estaba el hospital donde mi madre estaba hospitalizada.

—No creo, estoy a tope con la uni, pero el siguiente seguro que si, espero —sonreí

—Vale, te quiero

—Ehh, y yo —contesté incómoda. Amelia era muy cariñosa conmigo pero a mi no se me daba bien serlo

Colgué y Jasmine y yo nos dirigimos hacía la universidad.

Fui a una clase y luego decidí ir enviarle un mensaje a Charlotte por si le apetecía ir por ahí a comer algo ya que era viernes y me apetecía no comer algo casero, bueno, no sé si lo que cocino yo se puede considerar casero.

Charlotte me respondió inmediatamente con un:
valee💕 ¿quedamos en el metro?

Fui rápidamente hacía el metro, pasé el ticket y me detení inesperadamente al ver quien estaba esperando a que el metro viniese, estaba de espaldas así que no me estaba viendo. Caminé sigilosamente hacía la derecha, pero cómo no, se me cayó el móvil que sostenía en mi mano.

Lo recogí tan rápido como pude pero, obviamente, me vio, y obviamente, se acercó

-¿Pero que son estas prisas?— me preguntó Delilah

El Contraste que SomosWhere stories live. Discover now