𝑺𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔 [Cʜᴜᴜʏᴀ x OC]

𝑸

Advertencias: Ninguna (No se busca ofender a Mori Ōgai, solo es por conveniencia del guión).

Ya empieza lo más difícil, pinches capitulos largos que me voy a escribir (mañana voy a clases presenciales, y no he hecho mi tarea, por eso actualicé). *Desaparece unos días*.

*Popularmente se asocia el estornudar cuando alguien habla a tus espaldas.

Sin embargo, espero que confíes en que aún queda algo de mi esencia que no está podrida del todo.

-"El tambor encantado" (Yumeno Kyusaku).

~•~

—Ahora que Chuuya-kun no está, podríamos soltarlo— acomodó el vestido de la menor para después dejar una palmada en su cabeza—. Vamos por nuestra arma.

—Si ella se llegará a enterar te colgará de los dedos.

—Será por poco tiempo, además él ya está en edad de salir sin compañía— Canturreo avanzando por los largos pasillos.

Al llegar a la habitación clasificada con el letrero de "peligro" les indico a los guardias que se apartarán, Elise estaba más alerta que antes.

—Hola, pequeño— abrió la puerta encontrando a un niño tirado en el suelo, con bastantes heridas provocadas por si mismo—. Si hace algo acribillenlo.

—¿Dónde está ella?— su voz era débil—. Me prometió traer más muñecas hasta que volviera para jugar.

—Esta muerta— de hinco frente al menor—, Jane murió.

—¡Mentira!— el grito casi desgarra su garganta—, ¡Mentiroso, todos mienten!

—Sus últimas palabras fueron "Lo siento"— fingió estar afligido—. La mataron enemigos de la mafia.

No hubo respuesta, en cambio el menor empezó a reír —¡¿La lastimaron?!, Ojalá sufriera como yo.

—La torturaron durante días, la agencia tendió una trampa para que Guild la secuestrará— sujeto sus cabellos con firmeza—. Tú puedes lastimarlos por quitarte lo único bueno que tenías. La única persona que dios envío para que te amara.

El menor sonrió de esa manera, tan tétrica que robó un jadeo al líder de la mafia.

—Haré que lo sientan de verdad— comenzó a rascar su brazo mientras el hombre se alejaba.

—Traigan el muñeco, pero no sé lo den hasta que esté en el tren.

—Entendido, jefe— dijieron al unisono.

—Llamen a Higuchi-kun, debo encargarle algo.

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—Tengo un asunto impostergable— el castaño se puso de pie.