𝑺𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔 [Cʜᴜᴜʏᴀ x OC]

𝑪𝒐𝒕𝒊𝒅𝒊𝒂𝒏𝒐

Advertencia: Ninguna.

No hay encanto igual a la ternura de corazón.
-Orgullo y prejuicio

~•~

    
La joven aún no se acostumbraba a su nuevo recinto, no estaba mal, de hecho era muy espacioso y lujoso. La zona recidencial resultaba muy agradable, en cuanto a los vecinos no había mucho para quejarse.
    
Solicitó unos días libres para terminar de pintar su apartamento, en otros casos habria sido ignorado por Mori, pero hace poco fué su "cumpleaños" y trajo consigo a un miembro muy hábil, así que de algún modo se sentía obligado a darle permiso. De este modo la menor consiguió la pintura color lila, y se vistió con ropas holgadas que no le molestaba manchar.
    
—Oye, ya vámonos— el pelinaranja abrió la puerta encontrando a la azabache terminando de mezclar la pintura. El no vivía en el mismo edificio, pero al estar a cinco minutos de distancia pasaba todos los días por ella.
    
—Eso era lo que me faltaba—  se dió un golpe mental —Pedí el día libre para pintar la casa.
    
La observaba detenidamente, como subía a la escalera junto a la lata, fácilmente tardaría unas horas por su lentitud —Maldición, espera un segundo— salió de la vivienda para hacer una llamada.

Jane no movió ni un músculo luego de su indicación, apareció de nuevo en la puerta
    
—Voy a cambiarme.
    
La azabache siempre era más curiosa a su alrededor, el de ojos azules podía tener un temperamento explosivo, pero esto le resultaba sumamente tierno. Pasaron unos minutos hasta que la figura de 1.60 metros se hizo presente.
    
—Te ayudaré—  el joven estaba listo para servir. Usaba un pantalón deportivo gris, en conjunto a una camisa blanca.
    
—¿No tienes que ir a trabajar?— la menor bajo de su lugar.
    
—Me reporte enfermo, así que apúrate, o perderé más tiempo— alzó lo brazos restándole importancia.
    
Arrebató la brocha de sus manos para comenzar a teñir una pared. La azabache asintió para después buscar otra, y así pasaron los minutos —Nakahara— la más baja estaba sobre la escalera nuevamente, pero ahora era detenida por el contrario.
    
—¿Qué ocurre?.
    
—¿Tienes pareja?, Como novia, o novio— Jane sabía lo específica que debía ser si se trataba de Chuuya.
    
Los ojos azules se abrieron más y la boca de Chuuya formó una pequeña "o", los colores subieron a sus mejillas rápidamente —No te importa.
    
—No quise ser entrometida, solo es curiosidad— la ojiverde seguía centrada en su labor.
    
El pelinaranja no contestó, era obvio que no tenía novia, ni siquiera amigos fuera de la mafia. Lo que le sorprendía era que Jane tuviera esa impresión.
    
—Ya acabamos la sala— la muchacha bajo lentamente mirando el muro —Te prepararé algo.
    
Así fué como aún sucios de pintura fueron al comedor buscando algo que almorzar —Aquí tienes, un rico sandwich— la muchacha dejó un plato frente a Chuuya.
    
—Gracias— comenzó a comer mientras Jane lo miraba por ratos. No lo admitiría, el era muy orgulloso para decirlo en voz alta, pero ella lo ponía nervioso.
    
—¡¿Tengo algo en la cara?!— soltó algo irritado por las miradas de Jane.
    
—Si, estaba pensando como decirte— estiró su cuerpo sobre la mesa para después acariciar su mejilla —Listo.
    
—No hagas cosas como esas, se pueden malinterpretar— evitó ver sus ojos.
    
—No quería invadir tu espacio— sonrió provocado un corto circuito en el contrario.
    
—Lo digo por nosotros.
    
Contempló su expresión, ahora notaba que estaba disgustado, aunque con tintes de vergüenza.
    
—Lamento si te incómodo— siguió comiendo luego de arrojar la bomba.
    
—Yo no...— apenas eran susurros que la más baja podía escuchar.
    
—¿Te sientes mal?— dejó de lado su acción para caminar hasta su lado, y puso el dorso de sobre su frente —Creo que tienes fiebre.

    
—Por favor, dame un respiro— agachó la cara totalmente incómodo.

    
—Nakahara— la de ojos verdes tomo sus mejillas entre sus palmas —No hay problema en que seamos cercanos, tú eres muy agradable.

El más grande proceso la imagen pero no las palabras.

    
—Si te sientes mal no deberías ayudarme— la más baja levantó su plato para lavarlo —¿Ya acabaste?.

~Eres letal~

.
.
.

    
La ojiverde insistió en que podía terminar de hacerlo sola, pero el pelinaranja se negó, por lo que el solo se apuro para acabar —Gracias Nakahara— la menor le dió una soda mientras el muchacho quitaba el sudor de su cara —Sin tu ayuda habría tardado mucho.
    
—Ya lo sé, por eso no podía dejarte sola.
    
—Nunca me llamas por mi nombre— no estaba decepcionada, solo hizo la observación.
    
—Jane— apenas fue un sonido casi inaudible, pero llamo su atención.
    
La más baja analizo la imágen que el de ojos azules le brindaba, sin duda era un Adonis, y hasta para alguien tan inexpresiva como Jane era fácil de admirar.
     
—¿Qué te ocurre?— el contrario comenzó a sentir los nervios —¿Aún tengo algo en la cara?.
    
—No, miro tu nariz— abrazó su piernas para reposar su cabeza sobre estas.
    
—¿Está sucia?— el joven algo alarmado paso los dedos por su cara.
   
—No, solamente es bonita— al pronunciar esas palabras el pelinaranja abrió los ojos viendo de reojo a la muchacha —Tu eres muy bonito Nakahara-
    
Se puso de pie y salió del departamento, dejando a Jane algo impactada, según ella no dijo nada raro. La menor no pudo ver el rubor en su cara, ni lo caliente que estaban sus orejas. Dios por poco sentía que el corazón le saldría del pecho, algo extraño que no le gustaba experimentar.

~Bonito~

Fragmento perdido.

-Jefe, no podré ir- el pelinaranja tosió falsamente -Estoy enfermo.

-Pobre Chuuya-kun- el hombre al otro lado del teléfono sonreía -Deberías ir al hospital.

-Es solo un resfriado.

-Claro, ojalá te recuperes pronto- soltó una risa -Gracias por ayudar a Jane.

Colgó dejando al muchacho con la mente en blanco.