CAPÍTULO 34

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Una de las mañanas en las que salgo al parque con la bebé para cambiar de rutina y distraerme un poco, me siento en una de las bancas y miro a mi hija dormir mientras sonrío feliz por tenerla conmigo.

¿Cómo es posible que no sintiera dentro de mí a esta cosa tan hermosa? Qué aunque me lleva por la calle de la amargura con sus corre que corre, es lo mejor que me ha pasado en la vida junto a Emma y Emily.

Mi niña ya de cinco meses es una divinidad, su cabello dorado comienza a crecer y cada día más gordita va pareciéndose más a su padre, ese que todos los días hace de cuanta cosa loca se le ocurre para que vuelva con él y hacerme reír.

Ya con este van más de seis meses lejos de él, y después del beso que nos dimos gracias a las gemelas, es una tortura china verlo todos los días con las niñas, y yo no poder hacer más que solo callar y comérmelo con la mirada, ya que no puedo comérmelo de otra manera.

Cierro los ojos y él aparece en mi mente, más hermoso que nunca, con su sonrisa encantadora y su porte de Ken Doll recién sacado del empaque, y sueño despierta que todo está bien, que nada ha pasado y que somos la familia perfecta;. Es lo que siempre he querido desde que lo conozco, llegar a viejitos con las niñas corriendo por nuestra casa, mientras nos damos amor y cariño. Estoy elevada en mis pensamientos cuando de pronto siento unas manos y abro los ojos espantada al sentir que me quitan a April.

Después de lo que viví con las gemelas, ando más que prevenida. Nunca se sabe cuánta gente mala hay en este mundo.

Damian aparece de la nada y me hace poner de pie, mientras yo lo miro embobada por lo que estaba pensando antes de que llegara. Se coloca detrás de mí y besándome el cuello como me gusta, me hace mirar al cielo mientras me dice:

―Quiero conocer Plutón contigo cariño ―sonrío al leer lo que dice en las nubes, pero entonces me voltea para que mire al otro lado del cielo y leo.

<Muero por un beso de tu boca>

Y sin aún darme tiempo de reaccionar, me voltea hacia el otro lado y leo:

< A ti, es donde siempre quiero estar.>

¡Ay, Dios! La canción que tanto me encanta.

Me besa de nuevo en el cuello y haciéndome suspirar me dice:

―Tengo todo el cielo de mi lado, para escribirte eternamente y pedirte que me perdones y vuelvas conmigo Amargada.

¡Ay, madre santa!

―Fui un tonto y eso lo sé, al ver esas fotos, me cegué, me enloquecí y que Casandra me lo confirmara me volvió loco, fue como si me destruyeran de nuevo, fue como si me rompieran cuando ya me habías armado y lo siento de verdad.

―Damian, yo...

Pero no me deja continuar y me dice:

―Vuelve conmigo, para poder ser plenamente feliz al lado de mis hijas y de la mujer que más amo.

Al escucharlo mi corazón se arruga, y haciéndome mirar de nuevo al cielo leo:

< Soy esclavo de ti y de tus besos.>

El jet hace un corazón en la frase y yo suspiro encantada más enamorada que nunca. Desde que se dio cuenta de la verdad, ha sido un hombre excepcional y no me puedo quejar, su intensidad, aunque a veces es abrumadora, me gusta, y me ha demostrado que el Damian de Londres, es mil veces mejor que cualquier otro.

De verdad, no sé cómo me he resistido por tanto tiempo al huracán Damian.

De la nada me coloca su teléfono en mi cara y haciéndome leer el mensaje me dice:

―Te manda a decir Marcus que se está mareando, que me perdones rápido o lo lamentarás.

Suelto una carcajada sin poder remediarlo, y sin ganas de resistirme más, me volteo y lo beso como si el mundo se acabara hoy, pego mis labios a los suyos con urgencia, mientras Damian se desvive por complacerme. Nos besamos con locura y desesperación después de tanto tiempo de estar separados, hasta que el llanto de la bebé nos hace separar.

―Lo siento cielo, ha sido culpa de tu padre ―le digo, cuando me separo por completo de él y dejamos de aplastarla.

Damian sonríe al escucharme y vuelve a besarme, pero esta vez, lo hace con más cuidado y cordura. Cuando se separa de mí, me señala el cielo, y yo no puedo dejar de sonreír cuando leo:

<Papito, papito lo hemos logrado.>

Dos noches después me mudo a casa de Damian y me sorprende ver cómo ha cambiado todo, está repleto de fotos de la niña y de la familia, es más, las fotos que vi destrozadas hace unos meses y algunas de la casona, están justo en la sala en unos lindos portarretratos múltiples. La casa está tan llena de vida que me deja sin palabras, aunque también parece una guardería, y ni decir de la habitación de April, es una juguetería andante.

―Damian, la niña está muy pequeña para todo esto― digo, asombrada al entrar a la habitación.

―Ve el lado positivo mami, April crecerá y ya lo tendrá todo a la mano.

A regañadientes renuncio a mi trabajo en la tienda, para volver abrir "The Branch Office of The Heaven" mientras Inés e Ivis, una niñera que contrató Damian me ayuda con la bebé y algunas cosas de la casa. En el negocio todo comienza a machar genial, y al pasar las semanas tenemos mucha más clientela gracias a Emma y Emily, a estas niñas se les ocurren maravillas.

Una de las cuantas noches que estoy durmiendo a April en la habitación, siento a Damian entrar.

―Eres mía de nuevo ―dice, acercándose y tomándome por la cintura, mientras deposito a April en su cuna.

― ¿Qué haces? ―Le pregunto cuando me sube a su hombro y me lleva a la habitación.

Cuando llegamos me deposita en la cama, y mirándome a los ojos me dice:

―Quiero besarte, quiero tocarte, quiero cerrar los ojos y soñar que nunca te fuiste, que nunca te tuve lejos, quiero idolatrarte y besar cada centímetro de tu cuerpo.

Lo miro y arqueo una ceja indecisa, pero cuando me tapa los ojos con una cinta y comienza a desnudarme, ya no puedo razonar.

ESCLAVA DE TUS  BESOS. [COMPLETO] Libro 3.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora