CAPÍTULO 10

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Una mañana cuando estoy en la bodega revisando una mercancía, el dolor en la cintura me ataca de nuevo y decido ir a reposarme en la oficina, pero de pronto, el teléfono fijo suena y cuando contesto escucho:

―Ha ocurrido una tragedia, una tragedia señorita ―dice Inés escandalizada al otro lado de la línea.

―Por favor no me asustes y dime, ¿qué pasa?―Pregunto a punto de desmayarme del susto.

―Es la niña Emma.

Al escuchar su nombre, todos mis temores se confirman y me quedo paralizada.

¡Ay mi niña!

― ¿Qué pasa? ¿Qué le hicieron esos miserables ahora?

―Hace tres días que la niña tuvo una gran discusión con Casandra y el señor, luego la señorita salió y el señor se encerró en el despacho como acostumbra, y la niña se fue a su habitación. ―Inés suspira y suelta un sollozo que me derrumba, entonces añade: ―Como Casandra está al mando, se nos prohibió acercarnos a la niña...

Maldigo al escucharla mientras ella continúa:

―Pero hoy, la señorita Casandra y los de seguridad han salido, y yo he aprovechado para ir a ver a Emma y no estaba. ¡La niña ha desaparecido!

― ¿Cómo que no está? ―Pregunto confundida.

―La hemos buscado por toda la casa y no está, y lo peor, es que la última vez que la vi, fue hace tres días después de la discusión, ya que no podía ni subir a su habitación.

― ¿Tres días? ―Grito descolocada.

sí.

Como se puede desaparecer alguien de la casa así porque

―Sí, nosotros no podemos salir de la cocina y como le digo solo hasta hoy pude subir.

— ¿Y Damian?

No sé porque carajos pregunto por él, pero lo hago.

―Desde la pelea y a la luz de hoy, no sale del despacho.

― ¿No sabe lo de la niña? ―pregunto, mientras empiezo a meter mis cosas en el bolso.

―No, no abre la puerta y nadie se atreve a entrar por miedo, yo me he cansado de llamar a Thalía y al joven Marcus, pero nada, y Alex y Sergio tampoco contestan, así que salí de la casa ahora y busqué en un internet el número de la tienda porque su celular tampoco me lo contestaba.

―Ya voy para allá Inés, espérame afuera.

―Listo señorita, acá la espero.

Como alma que lleva el diablo, me subo al coche que me presta Kelis, una compañera de trabajo al contarle lo sucedido me entrego las llaves sin pensarlo. Así que sin importarme el color de los semáforos me las juego toda y salgo para la casa del Ken Doll. Sin perder el tiempo mientras conduzco, me pongo los audífonos y llamo a Thalía, pero no contesta, lo mismo hago con Marcus y me manda a correo de voz de inmediato, así que les dejo un mensaje de voz diciéndoles todo y que voy saliendo a casa del puñetero de Damian, que lleva tres días en su maldita cueva. Cuando parqueo veo a Inés en la puerta.

― ¡Ay! Señorita, ya no sé qué más hacer, le he tocado la puerta al señor y no abre, y aunque tengo las llaves, me da miedo que me haga algo. No más recuerdo el día que usted se fue como se puso y me asusto.

―No te preocupes, aquí estoy yo y buscaremos a Emma, llama a todo el personal que trabaja aquí y mándalos a buscarla hasta debajo de las piedras.

Buscamos por toda la casa unas mil veces y nada que aparece, veo que en el patio se estaba construyendo un invernadero más grande, pero Inés me cuenta que la niña dijo que no lo quería y suspendieron la construcción.

ESCLAVA DE TUS  BESOS. [COMPLETO] Libro 3.Where stories live. Discover now