CAPÍTULO 19

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Sigo hablando con ella de todo y creo que me voy a enloquecer, si es que ya no estoy loca. Cada vez más confundida digo:

―No entiendo.

— ¿Qué no entiendes?

―Tú hacías todo eso conmigo, es más me pediste que te ayudara a vestir como yo lo hacía, que ya estabas cansada de vestir como niño.

―Eso solo lo diría Emily, ella es más top, la femenina, yo soy la gemela que viste más como niño.

Ella sonríe con tristeza al hablar de su hermana y encogiéndose de hombros continúa:

―Además, es imposible que yo hiciera algo contigo, no podía ser yo, yo jamás he salido de aquí, nunca después del accidente.

―El accidente que tuvieron cuando fueron al sepelio de Loris tu tía.

La niña me mira boquiabierta, incrédula y sin más pregunta:

― ¿Cómo sabes eso?

―Porque tú y Damian me lo contaron.

―Yo no te conozco.

La niña vuelve a ponerse de pie y me repara por completo, como tratando de acordarse de mí.

―Vivimos juntas todo este tiempo, estabas en una silla de ruedas.

― ¿Yo?

―Claro, quedaste en silla de ruedas después del accidente.

―Estas loca, yo si estuve grave en la clínica, ya que perdí mucha sangre y me golpeé fuerte la cabeza. Por un tiempo todo fue muy confuso, pero Nick me salvó y luego me trajo a vivir con él aquí, en nuestra antigua casa, porque él no quería vivir en la mansión y recordar toda la tragedia.

― ¿La mansión? Una casa blanca, grande, llena de balcones, piscinas y muchas habitaciones.

―Sí, esa era mi casa.

―Hace unos meses vivíamos juntas ahí.

Sigo insistiendo todo lo que puedo, no es posible que se le haya borrado la memoria.

―No, yo llevo más de cuatro años aquí.

―Emma, de pronto estás confundida, aquí te dieron algo, es más, hasta fuimos a la maratón.

―A mí nunca me han gustado los deportes ―dice tocándose su cadenita.

Sin querer y de tanto moverse la cadena, esta termina arrancándosela y al tomar el dije me dice sorprendida:

―Espera.

― ¿Qué pasa?

―Aquí dice Emily.

―No entiendo ―digo mirándola.

Sin más, la niña me mira con lágrimas en los ojos y sé que me soltará más información.

¡Ay, Dios!

¿Todavía hay más?

―El día del sepelio, cuando estábamos en el cementerio ella y yo nos apartamos de todos y nos cambiamos las cadenitas, mientras hicimos un parto de hermanas...nos, nos prometimos siempre estar juntas y ayudarnos. ―Esta abre los ojos asustada al recordar todo lo que había hablado con su hermana―Al final, antes de volver a casa, Emily me dijo que, si algún día yo llegaba a morir, ella se convertiría en mí, porque no podía vivir en un mundo donde yo no existiera. Ella es la fuerte, ella es la noble, yo soy la miedosa, por eso cuando murió me dio mucho miedo tomar su nombre, así que solo lo llevo en mi cadena.

Al escucharla un balde de agua hirviendo cae encima de mí y la abrazo, la abrazo como si la conociera, la abrazo como si cada parte de ella me hiciera incluso más falta que cualquier cosa en la vida, y no solo porque es ella, sino, porque la que está allá arriba no es Emma, pero esta al removerse incomoda le digo:

ESCLAVA DE TUS  BESOS. [COMPLETO] Libro 3.Место, где живут истории. Откройте их для себя