CAPÍTULO 4

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Thalía va por la niña cuando esta sale de la escuela y yo la acompaño, pero para mi sorpresa, no soy la única que hace eso. Marlon, el padre de Damian, la espera todos los días al salir y pasan tiempo juntos.

La niña me lo presenta y le cuenta lo sucedido. Este abrazándome dice que me entiende, pero que con su hijo y su cabezota nada puede hacerse, ya algún día entenderé porque él es como es.

― ¿Abuelo, podrías regalarme una casa? ―Pregunta la niña mientras comemos en un restaurante cerca de la escuela.

― ¿Una casa? ―Pregunta este extrañado

―Sí, una casa grande y linda para que Elí viva ahí.

Este al escucharla la mira sorprendido, la niña siempre sorprende a todos.

―Cielo yo estoy bien, no te preocupes ―digo un poco triste, pero agradecida de que se preocupe por mí.

― ¿No tienes donde vivir? ―Me pregunta Marlon.

―Claro papá, ella vive conmigo ―interviene Thalía, mientras yo la miro en busca de ayuda.

¡Qué pena!

―Lo sé, pero quiero que me regales una casa para yo regalársela.

―Cielo, no te preocupes por mí― le digo sobando su lindo cabello.

―Como no me voy a preocupar, el idiota de mi padre te echó como un animal y tú no mereces eso.

Al escucharla algo se me remueve dentro y suspiro, he superado peores cosas en la vida ahora que no supere a ese idiota.

―En eso tiene razón ―suelta Thalía. ―Mi hermano es un idiota y patán.

―Mi hijo es muy cabeza dura y cuando le meten ideas, nadie se las saca ―interviene Marlon.―Tranquila ya se dará cuenta.

Sí, pero será demasiado tarde ―pienso.

―Entonces que dices abuelo ―insiste la niña.

―Dice que no cielo, y no se preocupen por mí, que yo me la sé arreglar sola.

―Que terca eres Elizabeth ―dice Emma molesta. ―Solo quiero ayudarte.

Sonrío con ternura. 

―Con solo vernos, ya me estas ayudando bastante ―le digo agachándome a su altura y abrazándola ―Todo va a estar bien, no te preocupes.

Después de que por fin convenzo a la niña de dejar el tema de la casa a un lado, pasamos un rato agradable los cuatro junto a Alex y hacemos todas las locuras que se le ocurren a la niña.

Todos amamos verla feliz.

Los días que Damian sale de viaje, Thalía tras pelear con Casandra saca a la niña y me la trae al local, donde nos comemos a besos y hablamos de sus avances.

Emma me cuenta que ya se sostiene un poco más de pie, pero que se siente tan sola que ya no quiere volverlo a intentar, así que, sin importarnos las consecuencias, todos los días mientras su padre no está, la niña pasa conmigo y yo la sigo ayudando.

La tienda se vuelve tendencia muy pronto y todo el trabajo se aprieta, los pedidos son más recurrentes y me toca contratar más personal. Al comienzo a Emma no le parece, pero cuando ve todo lo que toca hacer y la poca ayuda que tengo, sin duda me autoriza la contratación.

Eso pasa cuando tu jefe es una niña.

Después de hacer muchas entrevistas, termino contratando a Gabriela, Jennifer y Adam, quién me pidió ayuda al quedarse desempleado y Emma no quiso decirle que no.

ESCLAVA DE TUS  BESOS. [COMPLETO] Libro 3.Where stories live. Discover now