Cap. 33: Tierno

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"Ok. Confío en ti." Eri sonrió suavemente. "Lo vas a engañar con información incorrecta, ¿no?"

Hitoshi sonrió y se encogió de hombros, "Quiero decir, él mintió primero, ¿verdad?"

Eri asintió con firmeza, "¡Correcto!"

Hitoshi negó con la cabeza con cariño. Solo Eri tomaría una conversación como esa con calma en el camino a comprar un helado. Habían llamado demasiado la atención hasta ahora, pero ahora que estaban cerca del centro de la ciudad, más y más personas comenzaban a reconocer a Eri y era solo cuestión de tiempo hasta que comenzaran a acercarse a ella. Con suerte, al menos la dejarían disfrutar su cono de helado primero. 

La tienda era linda y pintoresca, pero también era popular, razón por la cual la habían elegido. Hitoshi había estado hablando con algunos de los estudiantes de administración y dijeron que la visibilidad era una parte importante para mantener la relevancia y que si Eri quería que la gente la escuchara, tenían que verla primero. La tienda no estaba llena cuando llegaron, pero había una fila, por lo que iba a pasar un minuto hasta que ordenaran "¿Entonces Eri? ¿Qué sabor vas a pedir?"

"¡Arcoiris!" Eri sonrió. "¿Tú que tal?"

Hitoshi se encogió de hombros, "Todavía no lo sé. Probablemente vainilla o algo aburrido como eso.

Eri puso una mirada traviesa en sus ojos y señaló uno de los sabores "Deberías comprar arándano. ¡Es púrpura como tú!"

Hitoshi puso los ojos en blanco, "vainilla será".

Eri hizo un puchero por un momento, pero luego un timbre resonó en la tienda y miró hacia la puerta. Hitoshi siguió sus ojos y parpadeó cuando vio entrar a Uraraka. ¿De verdad estaba disminuyendo la velocidad lo suficiente como para tomar un helado o había un ataque de villano cerca? Probablemente fue lo último, desafortunadamente. Hitoshi le dio un codazo a Eri, "Tenemos que asegurarnos de que se vaya con un cono de helado. Y en realidad se coma la mitad".

Los ojos de Eri se llenaron de determinación, "Desafío aceptado".

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Ochako estaba cansada y se sentía un poco mareada, lo que obviamente no era lo ideal. A Aizawa no le gustaba que patrullara por las tardes, por lo que esta no era una patrulla oficial y Tsu no estaba con ella, pero incluso si estaba oficialmente de paseo, aún podía ayudar a la gente tanto como fuera posible. El problema no era que ella fuera una de las únicas heroínas en la calle en este momento, aunque la estiraba bastante, podía manejar eso. No, el problema era que estaba cansada. Entre pesadillas y patrullas, se había acostumbrado a dormir menos de lo que probablemente se recomendaba, pero no era el fin del mundo. Su cuerpo no había tardado tanto en adaptarse al nuevo horario de sueño, considerando todas las cosas, no es que realmente hubiera estado prestando atención a cuánto tiempo le tomó, ya que había estado demasiado ocupada salvando a la gente como para preocuparse por algo poco importante. 

El hecho de dormir por sí solo no era suficiente para detenerla, no es que dejara que algo hiciera eso, pero el aturdimiento actual no era por falta de sueño... aunque podría ser por falta de comida. Estaba incluso más acostumbrada a saltarse las comidas que a saltarse el sueño, y sabía que no era una excusa, ¡pero no era que lo intentara! ¡Era que había tanto más de qué preocuparse! Ella simplemente... seguía olvidando que se suponía que debía comer. A veces la golpeaba de repente y se sentía completamente hambrienta hasta que algo más surgía y la distraía, pero al mismo tiempo resolvía lo que la había distraído, ya no tenía hambre y la idea de comer la enfermaba. Por ejemplo, en este momento, ella no se sentía hambrienta en absoluto, pero el mundo había comenzado a dar vueltas hace media hora, por lo que probablemente debería tener al menos algunas calorías vacías en el estómago para no correr el riesgo de desmayarse en medio de una pelea y poner en peligro a quien se suponía que estaba ayudando. De ahí por qué ella estaba tomando un helado. Sería suficiente azúcar para pasar las próximas horas y luego tendría algo de cena real cuando regresara a los dormitorios. Suponiendo, por supuesto, que recordara comer para entonces.

La pequeña campana encima de la puerta sonó cuando ella entró y Ochako inmediatamente le dio a las otras personas que estaban en la fila una sonrisa cansada. La gente también necesitaba esperanza en los pequeños momentos intermedios, no solo durante los ataques de los villanos, después de todo. Su estómago se revolvió solo al pensar en la comida, pero lo superó. No podía dejar que la gente viera lo cerca que estaba de vomitar. Se sentiría mejor con algo en el estómago... con suerte.

"¡Uravity!" La voz de Eri la hizo saltar y casi caer en una posición de pelea antes de darse cuenta de quién era y se maldijo internamente. Necesitaba mejorar en la diferenciación inmediata entre amigos y enemigos si quería ser una heroína lo suficientemente buena como para salvar a la gente. "¡Aqui!"

Las otras personas en la fila le hicieron gestos amables y la dejaron ir a pararse con Eri y Shinso, quien debía ser su niñera hoy, lo cual era extraño. ¿No era por lo general Monoma? Ochako negó con la cabeza y decidió no preocuparse por eso. Eri también estaba trabajando valientemente para traer esperanza a la gente, ya que todos los demás héroes y adultos eran demasiado cobardes para hacerlo ellos mismos, por lo que Ochako solo necesitaba asegurarse de que estaba a salvo y defenderse si alguien los atacaba. Se sentía bien tener algo que hacer además de mimarse con helado. Al menos ahora no estaba perdiendo el tiempo.

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No fue tan difícil convencer a Uraraka de que comiera como esperaba. Por otra parte, los ojos de cachorrito de Eri eran casi imposibles de resistir, por lo que probablemente ganaron tan pronto como levantó la vista con los ojos muy abiertos y le preguntó a Uraraka si compraría un cono de waffle. Parecía cansada, pero sonrió y se rió de las payasadas de Eri como si no le importara nada en el mundo y, por lo que pudo ver Hitoshi, el público se lo estaba tragando. Ya había visto a varias personas sacar sus teléfonos para tomar una foto discreta, sin mencionar a los reporteros que misteriosamente aparecieron poco después de que lo hicieran, pero, de nuevo, ¿quién no querría una foto del prometedor símbolo de esperanza tomando un cono de helado con la niña que rápidamente había robado el corazón de Japón?

Fue una buena publicidad para ambos lados, por lo que Hitoshi dio un paso atrás y dejó que las chicas fueran el centro de atención. Si hubiera sido alguno de sus otros compañeros de clase, habría tratado de mantenerlos fuera de toma para su propia protección, pero Uraraka parecía decidido a mantenerse fuera de las sombras incluso si eso la ponía en peligro y solo se enojaría si trataba de intervenir, entonces no lo hizo. De alguna manera, los ojos de cachorrito de Eri fueron suficientes para que todos se marcharan con conos de waffles dobles, lo cual fue una victoria a pesar de que Hitoshi dudaba que Uraraka realmente se comiera todos los suyos. Parecía intimidada por el tamaño de la cosa cuando el adolescente se la entregó, pero cualquier cosa era mejor que nada teniendo en cuenta que Hitoshi no podía recordar la última vez que la había visto comer. Entonces, pequeñas victorias, pero tomaría lo que pudiera obtener.

Cuando salieron de la tienda, Uraraka se giró y les hizo un gesto incómodo "Yo, eh, me tengo que ir. ¡Gracias por la charla!"

Eri frunció el ceño, "¿Ya te vas?"

Uraraka se encogió de hombros y se rió, "¡Me conoces, simplemente no me gusta quedarme quieta!"

En medio segundo, Hitoshi se encontró con el cono de helado de Eri en su mano mientras ella se acercaba a Uraraka e inmediatamente la abrazó. Uraraka parecía sorprendida, pero se arrodilló y se sentó torpemente, rígida como una tabla mientras Eri la abrazaba tan fuerte como podía. Hitoshi casi resopló ante la cantidad de aww ahogados que escuchó de los espectadores, pero incluso él podía admitir que era una escena linda, así que lo aguantó. Después de un momento, Eri le susurró algo al oído y los ojos de Uraraka se abrieron como platos. Miró en estado de shock cuando Eri se alejó saltando y tomó su helado antes de agarrar la mano de Hitoshi y tirar de él por la calle de nuevo. 

Hitoshi miró hacia atrás por encima del hombro para ver a Uraraka todavía mirándolos y se inclinó ligeramente, "¿Qué le dijiste?"

Eri sonrió inocentemente, pero sus ojos estaban llenos de una determinación traviesa, "¡Que no necesita romperse a sí misma para arreglar el mundo!"

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Eri te amo ptm

(2134 palabras)

Mastermind: Inicio de la anarquía (EN HIATUS)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu