𝐕𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐜𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨

1.5K 241 28
                                    

─¿Falta mucho?

─Preguntaste eso hace cinco minutos, ya te dije que no sé exactamente la posición de mi tripulación.

Suspiraste frotando tu mejilla contra el hombro de Ace, estabas cansada de estar sentada sobre su brazo sin poder estirar tu cuerpo, llevabais un par de horas navegando por el pacífico mar y estabas aburrida porque no había aparecido ningún monstruo o rey marino, solo había pequeños peces comunes, en conclusión, nada interesante para una niña como tú.

Buscando algo con lo que entretenerte decidiste hacer pequeñas trencitas con el cabello del hombre, ya que tenía lo suficiente como para hacer ese tipo de peinado, a él no le importó así que simplemente se dejo peinar en silencio, sonriendo para sí mismo al notar la concentración que tenías al recoger su cabello por partes.

No tardó mucho en ver una enrome silueta bien conocida para él, su sonrisa se expandió al notar como tu atención se había tornado por completo al barco en forma de ballena que sobrevolaba por encima del mar, se frotó la nariz con el dedo índice ocultando su orgullo al ver como tus ojos brillaban de curiosidad y fascinación.

─Agárrate bien, vamos a ascender.

Rodeaste su cuello, notando un ligero tambaleo, cuando quisiste darte cuenta el pequeño navío del chico ya se encontraba en un lado de la cubierta, te dejó en el suelo para apartar su balsa y que no molestase, mientras tanto estiraste tus músculos dejando escapar un sonido de plena satisfacción al hacer que la rigidez desapareciera de una vez por todas. 

Las pocas personas que había en la cubierta no le dieron mucha importancia a la llegada de Ace ya que constantemente venía e iba de un lugar para otro, pudiendo desaparecer días o semanas, aunque todos sabían que estaba más ausente debido a la búsqueda de Barbanegra. La mayoría no te notó o simplemente decidieron ignorarte, pero hubo una persona que miró con los ojos entrecerrados como Ace tomaba tu mano, guiándote por la cubierta, decidió intervenir con un tono sarcástico.

─No pensé que ibas a ser padre tan pronto-yoi, aunque conociéndote...

Ahora todos se fijaron en como el comandante de la segunda división se congeló mirando al médico del barco, se atragantó con su propia saliva al notar que no solo los demás lo miraban atentamente, si no que su padre, el mismísimo Barbablanca había dejado de beber solo para mirar a Ace como un halcón a su presa. La repentina parada del chico pecoso te hizo mirarlo, sin haber escuchado las palabras de Marco debido a que tu condición se manifestó justo cuando habló, parpadeando un par de veces notaste como todos tenían sus ojos puestos en ambos, sintiéndote un poco tímida por la repentina atención, te deslizaste detrás de las piernas de Ace, tratando de esconder tu ligero sonrojo.

Esto solo hizo que las palabras de Marco parecieran tomar mucho más sentido, es decir, a nadie le sorprendería si Ace algún día llega con una hija, sabiendo como se desfasa en las fiestas o contando todas las chicas con las que le han visto, no se extrañarían de que en un descuido esto llegara a pasar.  

─Ace... ¿me has dado una nieta? Siempre supe que serías uno de los primeros.

La estruendosa risa de Barbablanca fue lo que hizo que el chico saliera de su aturdimiento, agitando sus manos efusivamente.

─¡N-no es mi hija! ¡Ella es mi hermanita!

─¿Oh?

Las miradas no dejaron vuestras figuras, tan solo fueron los pensamientos lo único que cambió en cuanto a los demás tripulantes, nuevamente la risa del capitán tronó por todo el lugar, dando un vivad trago de Sake, realmente no le importaba si eras hija, hermana, tía o sobrina, si para uno de sus hijos eras preciada, también lo serías para él.

─Bueno ¿y por qué no nos la presentas? ¿A qué esperas, hijo?

Ace se frotó las sienes, caminando hacia el asiento característico donde su padre descansaba la mayor parte del tiempo, caminaste detrás de él, todavía algo cohibida por toda la atención, si bien no le habías tomado importancia antes porque estabas más concentrada en esconderte y parecer invisible ante todos aquellos piratas, ahora lo notaste.

¡Un gigante!

Saltaste de detrás de las piernas de tu 'escudo' temporal mirando con ojos brillantes a Barbablanca, que solo pudo sonreír ante tu actitud, fue algo refrescante ver la vitalidad e ingenuidad de un niño de nuevo. Después de estar atrapado con tantos hombres y bárbaros ver algo que requería una especial atención o cuidado le calentó el corazón, sus ojos se suavizaron, teniendo una completa debilidad, bajó su mano para que pudieras subirte en esta, porque fácilmente podrías sentarte sobre esta. Lo miraste inclinando la cabeza, pidiendo permiso de manera silenciosa, haciendo que asintiera.

Reíste silenciosamente, agarrándote a su pulgar, tomando un poco de impulso para sentarte de un salto, pasaste a estar en su hombro contemplando las vistas desde ahí, todos se veían pequeños a tus ojos, aunque no lo pudiste comparar con los gigantes de Elbaf, esto también era fascinante.

─Dime pequeña ¿Quieres ser parte de la tripulación junto con tu hermano mayor?

─Ah, sobre eso... ─Ace sonrió con pura altanería, todos sabían de su hermanito pequeño porque la mayoría de historias que contó fueron de sus batallas con él, pero se mantuvo más reservado en cuanto a ti, más que nada por que tampoco quería dispersar información sobre tu paradero o ti, ya que pensaba que no abandonarías la villa, sin embargo verte surcar los mares le hizo sentirse verdaderamente orgulloso─ Ella no se unirá a nuestra tripulación.

─¿Entonces...?

─Lo siento ¡ya tengo un capitán!

Barbablanca se rio de tus disculpas, no tenía nada que hacer si ya eras parte de otra tripulación, pero todos de verdad creyeron que Ace te había traído para dejarte bajo la protección de los Piratas de Barbablanca. Cuando se enteraron de que solo era por un capricho tuyo las pocas personas que había en la cubierta intentaron aguantar la risa, sabiendo que su comandante de la segunda división era un blandengue cuando se trataba de niños, si contamos con que eras su hermanita, harías el doble de efecto en él.

─Bueno, ya que estás aquí... ¿por qué no lo celebramos con una fiesta?

─Solo estás buscando una excusa para poder tomar-yoi.

─¡Una fiesta! Que genial ¿Habrá una tarta?

Intercambiaste tu mirada llena de completa alegría entre el capitán, tu hermano y el médico moviendo la cabeza en busca de aprobación ante tus ganas de comer un delicioso pastel, solo causó que el viejo se riera palmeando tu cabeza cuidadosamente, afirmando que podrían cocinar cualquier cosa que saliera de tu boca.

─No le puedes quitar la ilusión a la chica, Marco.

─¿Qué se le va a hacer? ─Ace mostró una sonrisa torcida, cruzándose de brazos─ Al fin y al cabo siempre se termina saliéndo con la suya.

𝗙𝗿𝗲𝘀𝗵𝘄𝗮𝘁𝗲𝗿┃One Piece [HIATUS]Where stories live. Discover now