15

2.5K 277 2
                                    

[Narra Laurie]

Estaba junto a Jo. Solos ella y yo caminando por un precioso prado lleno de colores cálidos y verdes. Meses después después de la boda de Meg, después de lo que May me dijo sobre Jo me decidí por decírselo. Lo necesitaba, y estaba seguro de que ella también me quería.

—Meg se casa, Amy se va a Europa y ahora que te has graduado te irás a unas largas vacaciones —Me dió con la mano en el pecho —. No soy tan buena como Beth así que estoy enfada e inquieta.

—No tienes porqué quedarte aquí, Jo —le dije. Estaba nervioso, sentía que mi corazón palpitaba más de lo que debía.

—¿Nos fugamos y nos alistamos en un barco pirata? Pero deberíamos avisar a May —la chica propuso mientras de giró para ver qué opinaba yo. Me acerqué un poco decidido a decirlo, pero algo me paró. No pude. Hice un movimiento con la cabeza de obviedad para que Jo entendiera lo que yo quería decirle. Ella comenzó a negar —. No, No.

—Es inútil, Jo —me acerqué más.

—Por favor, no.

—Jo, tenemos que afrontarlo —Ella caminaba rápido con la cabeza agachada y yo intentaba seguirla — Te he amado desde el día que te conocí. No puedo evitarlo y... —tartamudeé un poco —He intentando demostrartelo pero no me has dejado, lo cual me parece bien, pero tengo que decírtelo para que me des una respuesta porque no puedo seguir así.

—Por favor, basta.

—He renunciado a todo lo que no te gusta y me alegro de haberlo hecho —Comencé a llorar de la presión que sentía —. Y está bien, he esperado y nunca me he quejado porque cre... —me paré a respirar. No sabía cómo expresarme. Lamí mis labios para buscar las palabras —Creía que tú me amarías, Jo.

Ella se quedó en silencio admirando como me sentía. Si ceño fruncido y sus ojos claros me miraban con compasión pero sabía que no me comprendía.

—Comprendo que no soy lo bastante bueno y que no soy un gran hombre y...

—No —me paró. Me agarró las manos, pero ahora que sabía que no me quería era todo más diferente. Más claro —. Si, si que lo eres ¡Eres demasiado bueno para mí! Te estoy muy agradecida y estoy muy orgullosa de ti pero no... —seguia sus pasos con mis ojos —No entiendo porqué no puedo amarte como tú quieres. No sé por qué.

Me quedé callado. Mirando a la nada.

—¿No puedes? —pregunté con ingenuidad.

—No, no puedo cambiar lo que siento. Seria mentir decir que puedo cuando no puedo —No reaccionaba, intentaba hablar pero no me salían las palabras —. Lo siento. Lo siento muchísimo pero no puedo evitarlo.

—No puedo amar a nadie más Jo, solo a te amo a ti —me cegué por completo y me negué a aceptar que no me amaba.

—¡Teddy! Seria un desastre casarnos, seríamos unos desgraciados.

—Jo, seré un auténtico santo.

—¡No puedo! ¡No puedo! —alzó la voz con desesperación —Lo he intentado y he fracasado.

—¿Y por qué lo espera todo le mundo? —pregunté —¿Por qué mi abuelo lo espera? ¿Por qué Amy, Meg y May lo esperan? ¿Por qué dices eso? Di que sí y seamos felices juntos.

—No pienso decir que si a no ser que no sienta eso así que no pienso decirlo —me agarró de un brazo —. Con el tiempo verás que tengo razón y me lo agradecerás.

Se separó de mi dirigiéndose un poco más a la zona contraria por la que habíamos venido.

—Antes de ver eso preferiría ahorcarme —dije rotundamente. Estaba convencido de ello y solamente pensaba en May porque tenía razón. Me lo dijo desde un principio, pero decidí intentarlo y fracasar.

Un par de ojos verdes Where stories live. Discover now