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Los cambios se producirán con la misma velocidad que las estaciones pero dos veces más deprisa. Nos ponemos a bien con ellos lo bien que sabemos, o como dijo Amy cuanto todavía era una niña: todas creceremos algún día, es mejor que sepamos lo que queremos.

May observaba junto a Jo como Beth podía ponerse en pié dos años después de que cayera enferma. Todas las hermanas allí ya habían crecido. Meg se iba a casar a la edad de veinte años. Jo tenía tan solo diecinueve, Beth dieciocho y las dos más jóvenes diecisiete. Todo había vuelto más a la normalidad. May de vez en cuando iba a su casa a cuidar de Beth y dormir con sus hermanas, Amy seguía sin poder ir a su casa.

-Es increíble que hoy sea el día de mi boda -Meg dijo sentada en una silla mientras se ponía sus zapatos. Estaba preciosa vestida de blanco.

Jo estaba embobada viendo como Amy y Beth ponían las flores en el prado junto a la casa preparando el escenario de la boda. May solamente hizo un sonido de aceptación.

-¿Que te pasa, May? -Meg preguntó ante la respuesta de su hermana pequeña.

-Nada -la miró y volvió a retirar su mirada moviéndose incómoda sin saber dónde poner sus manos.

-Jo... -Meg dijo al ver que su hermana la rubia sabía algo de lo que a May le pasaba. Jo se acercó rápidamente a Meg y se colocó de rodillas en el suelo frente a su hermana. May ma siguió con nerviosismo.

-Podemos irnos ahora mismo Meg. Podemos ganar dinero haciendo lo que sea -May miró a su hermana la menor -. Puedo mantenernos a las tres y tu deberías ser actriz y vivir tu vida sobre los escenarios -May asintió con ansias.

-Podemos fugarnos juntas -May dijo colocándose junto a su hermana Jo. Meg puso cara de escandalizada pero compasión ante las palabras de su hermana menor.

-Yo quiero casarme -dijo con una voz tan suave y comprensiva que May solo quiso llorar. Su hermana mayor nunca cambiaba su esencia dulce y decidida.

-¿Por qué?

-Porque lo amo, May

-En dos años te aburrirás de el, en cambio, con nosotras tendrás una vida interesante. Siempre -May dijo con ímpetud.

-May -le cogió de las manos con amor y cariño -, que mis sueños sean diferentes a los tuyos no significa que no sean importantes. May agachó la cabeza rendida hacia las rodillas de Meg y le agarró la mano a Jo quien estaba a su lado -. Quiero un hogar, y una familia, y estoy dispuesta a trabajar y luchar, pero quiero hacerlo con John.

La pequeña miró a su hermana mayor con admiración. Puso cara de pena y frunció el ceño. Ambas hermanas sabían que May iba a comenzar a llorar así q sonrieron compasivas y se acurrucaron a ella.

-Es que no soporto que me abandones -May dijo negándose con la cabeza.

-May... -Jo dijo, ella había aceptado la decisión de su hermana pero aún así le dolía. Ambas hermanas mayores tenían los ojos cristalizados.

-No voy a abandonarte -la casadera le apartó el pelo a May de la cara. Le puso su corona de dama de honor -, y además, algún día te tocará a ti.

-Prefiero ser una solterona libre y vivir mi vida -May dijo -, ¿verdad Jo?

-Se que eso no es lo que tú quieres -Jo dijo le apretó más la mano. Meg rió junto a Jo ante las expresivas palabras y movimientos de su hermana.

-Lo digo de verdad -dijo rechistante.

Todas las hermanas se abrazaron.

-No me puedo creer que la infancia se haya acabado -Jo dijo pensativa.

Un par de ojos verdes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora