Capítulo 28

246 30 143
                                    

Hola, hola, hola!
Antes de leer este pequeño y revelador capítulo, creo que hace falta aclarar que en este fanfic el RE Vendetta no es canon (ja, ja, ja!, como si Capcom fuera mío, no?). Quería aclararlo porque a lo mejor se lo preguntaban en algún punto o encontraban alguna inconsistencia :D. 
También creo que siempre hace falta agradecerles por leer y enviarles muchos abracitos. 
 Y ya, ya me voy...

Saludos especiales a Cazzleen, allyn1525, Sireya_V, que llegaron hasta el anterior capítulo y dejaron sus comentarios y votos ❤️, y también saludos especiales para todos los que siempre regresan a leer.
Besotes! 💘

-----------------------------------

El comandante Redfield había amanecido con una extraña sensación de pesadez nublando sus pensamientos. Le debía el favor a un sueño confuso, pues, sin explicación alguna, se había visto a sí mismo actuando de Romeo en una obra de teatro de la secundaria. Con lo mucho que había odiado la escuela en su adolescencia y con lo poco atraído que se sentía hacia el drama shakesperiano en general, terminó deduciendo que se estaba volviendo loco. Porque solo un loco soñaría ese tipo de cosas.

—¿Todo bien, hermanito? —preguntó Claire sentándose frente a él en la mesa de la cocina —No has tocado tu comida.

—No tengo la costumbre de desayunar —respondió Chris con voz profunda y cansada.

—¿Y me lo dices luego de verme prepararte el desayuno todos estos días?

—No quería parecer desatento con mi hermana favorita.

—Soy la favorita porque no tienes otra opción —respondió ella y ambos se pusieron a reír —¿Recuerdas la primera vez que lo dijiste?

—Creo que no —contestó Chris bajando las cejas en duda.

—Yo tenía unos ocho años, mamá te obligaba a disculparte conmigo por empujarme a la piscina y dijiste: "Lo siento, Claire, no era mi intención ahogarte. Eres mi hermana favorita". Mamá se echó a reír y yo a llorar, y tú solo te quedaste mirándonos sin saber qué hacer. Desde ese día, siempre te disculpabas diciéndome lo mismo.

Chris sonrió evocando sus recuerdos.

—Y siempre me preguntabas si seguirías siendo mi favorita si tuviéramos otra hermana.

—Y decías que sí, por eso me convencían tus disculpas. Aunque, realmente no podemos comprobar que seas sincero —reclamó Claire señalando con el dedo, pero en broma.

—Pero lo sostengo, Claire, eres la mejor hermana que pude tener.

—¡Ooww! Sé que solo lo dices porque no quieres comerte el desayuno, pero gracias, eres muy dulce. Pásame ese platillo, no desperdiciaré una ración de mi delicioso omelette.

Chris recorrió el platillo hacia ella.

—Qué bueno no tener que rogarte para que comas, como tuve que hacer a lo largo de toda tu adolescencia. ¿Por qué querías estar tan delgada? —preguntó para molestarla.

—¡Yo no quería estar delgada! Eras tú el que cocinaba por demás y pretendía que yo me comiera todo lo que sobraba —respondió Claire rodando los ojos.

—Yo no lo recuerdo así...

—Pues porque solo recuerdas lo que te conviene.

Este último comentario de Claire arrastró a Chris a su cruda realidad.

𝚂í𝚗𝚍𝚛𝚘𝚖𝚎 𝚁𝚎𝚍𝚏𝚒𝚎𝚕𝚍 - 𝙿𝚊𝚛𝚝𝚎 𝟸, 𝙰𝚗𝚝í𝚍𝚘𝚝𝚘Where stories live. Discover now