Capítulo 16.2

140 23 71
                                    

...

Ninguno de los reclutas había reprobado en las pruebas finales, nadie podía reprobarlos de hecho. Rendirlos no era más que una formalidad. Todos los seleccionados tenían suficiente experiencia y solo se les exigía cumplir con algunas preparaciones especiales para combatir a las bioarmas.

La gran celebración de bienvenida para la nueva tanda de flamantes agentes, auspiciada por el presidente, se llevaría a cabo como estaba programada, dentro de dos días.

—No sé qué debo hacer, ¿tú qué hiciste en tu fiesta? —le preguntó Jun a Kay al teléfono.

—Nada, es la primera vez que hacen una 'fiesta' —contestó ella desinteresada en el evento.

—¿No hubo una cuando te graduaste?

—No, solo nos dieron la bienvenida, nos asignaron un código, otro uniforme, una chapa de identificación nueva y un trabajo.

—Entiendo. Bueno, hablando de trabajo, mis compañeros están celosos del mío.

—¿Quiénes? ¿Ese par de perezosos con los que compartes habitación?

—Sí, los asignaron a trabajar en la armería. Dicen que hubieran preferido salir en combate, que es más... emocionante.

—No saben lo que piden.

—Sí, son un poco inmaduros.

—그들은 멍청이야 (son unos idiotas)

—나는 당신이 한국어를 할 때 그것을 좋아합니다 (me gusta cuando usted habla en Hangul) —contestó Jun en coreano muy formal.

—¿Por qué usas lenguaje formal conmigo? —lo cuestionó Kay sintiéndose rara por las palabras de su amigo.

—당신이 내 선장 이니까요 (porque eres mi capitán) —explicó él.

—바보, (tonto). Tienes permiso para usar lenguaje informal cuando no estemos de servic-... —respondía Kay, justo antes de voltear y ver a Leon parado en la puerta del gimnasio. El rubio le hizo un gesto señalando el reloj inexistente en su muñeca, para indicarle que era hora de colgar y marcharse —Perdona, soldado, tengo que irme. Te llamo más tarde... —se despidió Kay.

—Está bien, capitana. Pasa una buena tarde. 안녕 (adiós)

—잘 가 (chau) —dijo Kay, colgó y guardó su teléfono.

—¿Por qué te señalas la mano en la que no llevas el reloj? —le preguntó a Leon sin saludarlo y empezando a caminar hacia él.

—Porque quiero —respondió él a toda prisa —¿Qué estabas diciéndole a ese pollito? —preguntó curioso.

Ella se rio, se paró delante de él y lo miró de abajo a arriba.

—Ya no es un pollito —dijo con ironía y salió hacia el pasillo.

—Bien, bien... ¿qué le estabas diciendo al agente 'me-metí-a- un-trabajo-peligroso-solo-por-una-chica'?

—Él no está aquí por mí.

—Claro, finge que no lo sabes.

—¿Y qué más te da a ti lo que estaba diciéndole? —le preguntó, volteando a verlo.

Leon hizo una pausa.

—Quiero saberlo —le contestó.

Kay sonrió.

—Le decía que eres un entrometido.

—Mientes —la acusó Leon achicando la mirada.

—¿Sí? ¿También hablas coreano? —lo cuestionó ella.

𝚂í𝚗𝚍𝚛𝚘𝚖𝚎 𝚁𝚎𝚍𝚏𝚒𝚎𝚕𝚍 - 𝙿𝚊𝚛𝚝𝚎 𝟸, 𝙰𝚗𝚝í𝚍𝚘𝚝𝚘Where stories live. Discover now