Capítulo 10

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«No me recuerdas y creo que ya no quiero que me recuerdes. Mejor así, siempre fue lo mejor estar lejos de ti y que estés lejos de . Sin embargo, y en el duelo de tu ausencia, haría todo, absolutamente todo, por verte sonreír otra vez».

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Amaneció el martes tercera semana de vivir en Norteamérica, décimo séptimo día en aquel departamento. El único evento que a Katherine se le hizo emocionante tras la serie de infortunios tendría lugar ese martes: conocer a Rebecca Chambers; pero ya no sentía emoción al respecto.

Se vistió a prisas luego de tomar una ducha con agua más fría que tibia, se sentó frente al mesón de la cocina y desayunó un cuarto de manzana con media taza de té verde. Fue una combinación agria y amarga, pero qué más daba. Lo importante era consumir antioxidantes, eso y que no estaba de humor para elaborar algo más degustable.

Extrañaba el café, no lo había abandonado sin lamentarlo cada día. Llevaba años ocupando el primer lugar de sus bebidas favoritas, pero quería probar que era capaz de dejar algo que amaba en pro de un bien mayor. Decidió dejar de beberlo a raíz de que el médico que le practicó la cirugía le dijo que a su pulmón le llevaría mucho tiempo recuperarse, y que, aun con cuidados, podía resignarse a vivir con una considerable reducción de su capacidad. Decidió que lo mejor sería llevar una vida lo más saludable posible.

Claro que desayunar pobremente no era una buena idea si su prioridad era mantenerse sana. Sin embargo, los recuerdos y malos pensamientos se mezclaban y no la dejaban concentrarse. No tenía caso intentar actuar como si no hubiera ocurrido nada. La culpa y el miedo viajaban como una pelota de tenis entre los nombres de Chris Redfield y Sherry Birkin.

De pronto e irónicamente, al único que sí tenía ganas de ver era a quien había detestado ver desde que lo conocía, a Leon Kennedy. En un mundo de remordimientos y viejos conocidos convertidos en extraños, parecía que solo él se interesaba por su bienestar.

"¡La pomada...!", recordó el remedio al recordar al rubio. Fue a tomarla y se la aplicó sobre la quemadura. Dolía menos. Sonrió por el recuerdo de verlo enojado. Ese gesto... era incomparable. Pensó que al menos debió haberle enviado un mensaje para explicar por qué se había marchado. Sabía que no tendría que esforzarse en mentir, diría que se sintió mal y Leon pensaría igualmente que se marchó huyendo de Chris. No sabía nada de lo de Sherry, nadie lo sabía... nadie que estuviera vivo —sin contar a Svetlana. Agradeció al cielo que así fuera, que el super agente secreto pensara que estaba triste por Chris, que lo pensaran todos; le parecía mucho mejor que quedar ante sus colegas como una chica deprimida por amor que por su pasado como mercenaria.

Tomó el celular. Buscó el número de Kennedy. La fotografía de perfil todavía mostraba la caricatura del gato. "Hola, Scott...", escribió, pero borró el nombre y lo reemplazó por Macbeth... Y luego borró todo y se quedó sin ideas. ¿Qué quería decirle? "Me fui como Cenicienta anoche porque entré en pánico. En fin, gracias por la pomada...". Le sonó demasiado burdo. No. No quería mostrarle debilidad, no quería dar una mala impresión luego de haber metido la mano debajo de su ropa, y no supo qué decirse a sí misma sobre eso tampoco. 

Dejó el teléfono de lado, no enviaría el mensaje. En todo caso, quizás lo viera durante el día, quizás pudiera quedarse hablando con él un rato y preguntarle por qué había estado bebiendo... o por qué estaba tan triste... y aprovechar para explicar la causa de su fuga. 

O... quizás podría dejar de pensar en él, en Sherry y en Chris, e ir a conocer a Rebecca Chambers, que al fin y al cabo concentrarse en su trabajo sería más productivo. Sherry no la había reconocido, Chris menos, y aunque Leon se portó medianamente agradable por un rato, en la reunión le volvió a echar su veneno sin piedad. Entonces regresó ese pequeño y añejo sentimiento a decirle que no podía confiar en nadie; y aunque no era algo novedoso, nunca había sido más desolador.

𝚂í𝚗𝚍𝚛𝚘𝚖𝚎 𝚁𝚎𝚍𝚏𝚒𝚎𝚕𝚍 - 𝙿𝚊𝚛𝚝𝚎 𝟸, 𝙰𝚗𝚝í𝚍𝚘𝚝𝚘Место, где живут истории. Откройте их для себя