Capítulo 17

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La mañana antes de la fiesta, los nuevos agentes fueron recibidos oficialmente en un escueto acto. Bajo la persistente llovizna, su comandante pronunció un discurso breve con algunas reflexiones y motivaciones para la ocasión.

Katherine escuchaba la voz de Chris salir por el parlante desde lejos, más allá de la última fila de los novatos, pero más lejano le pareció el recuerdo de aquel tono; lejano y confuso. ¿Cuándo empezó a ser una tortura verlo? Aplicó su técnica, tenía que desechar los pensamientos y concentrarse en los planes que tenía para la noche.

Regresó a casa a esperar a que se hiciera hora de volver a la base. Un par de tareas pendientes aguardaban ser atendidas sobre la mesa de la estancia. Las puso al corriente, y después se ocupó de dejar bien ordenado su apartamento.

Revisó que ninguna ventana se quedara sin asegurar, que el gas estuviera desconectado y que no hubiera posibilidades para un corto circuito. Cambió la contraseña y volvió a encriptar los archivos de su computadora, y los de sus dispositivos de respaldo, que guardaba en la caja fuerte instalada dentro del closet en su dormitorio. En esa misma caja, mantenía a buen recaudo la otra parte de la investigación, la que le había revelado a Chris aquella noche en Volgogrado.

Observó el brillo del líquido dentro del vial por un instante, y se le hizo irreal haber llegado tan lejos solo para tener que hallar una forma de destruir la sustancia. Sintió escalofríos al pensar que alguien pudiera robarla, pero mientras nadie supiera sobre esta o pudiera probar su existencia, tenía tiempo para encontrar una manera de contrarrestar su poder. Cerró la caja y activó su nivel de seguridad más alto. Volvió a su laptop para revisar sus correos electrónicos, primero el de la alianza, luego el personal. En el segundo, igual que siempre, no había nada. En el primero encontró un par de protocolos nuevos que incluían las funciones de los nuevos agentes, pero no eran tan importantes.

Estaba pensando qué otra cosa le faltaba hacer, pero al no hallar nada más, decidió conectarse a la red donde interactuaban aquellos tipos con los que Leon le había pedido no tener más comunicación. Desde que el rubio los había mencionado, Kay no podía parar de preguntarse qué tan involucrado estaba Kennedy con ellos; y guiada por esa curiosidad se dispuso a averiguarlo. No tardó demasiado en encontrar referencias, y se dio cuenta de que el buen agente no solo sabía de la red, sino que tenía bastante presencia en aquel mundillo.

«¿Para qué lo estás buscando? Trabajas con él, ya debes saber todo lo que hace», le escribió una de sus contactos.

«Precisamente porque trabajo con él es que quiero saber qué hace aquí», respondió Katherine.

«Nada, además de intercambiar información. Aunque recientemente escuché que le pidió a Baldie las mismas piezas que tú querías comprar. ¿Eran para un trabajo en común? ¿Qué hace la BSAA estos días que necesitan un Armageddon-Z4?»

«Perdona, pero debo preguntar, ¿de qué forma he interferido yo en tus asuntos como para que te sientas en derecho de meter las narices en los míos?»

«No te enfades, Ekaterina, solo lo dije por mencionar algo»

«Tienes suerte de que mi humor sea tan bueno hoy»

«Puedo ofrecerte un dato más sobre tu colega si pasas por alto mi impertinencia»

«Si me dices algo que valga la pena, puede que lo considere»

«Contrató a los topos por información sobre un doctor en una isla, creo que lo va a perseguir por su cuenta»

«¿Nombre?»

«Sanjay Malhotra»

«¿Ese bastardo no estaba muerto?»

«No, su hermano fue el que murió. Él solo estaba desaparecido»

𝚂í𝚗𝚍𝚛𝚘𝚖𝚎 𝚁𝚎𝚍𝚏𝚒𝚎𝚕𝚍 - 𝙿𝚊𝚛𝚝𝚎 𝟸, 𝙰𝚗𝚝í𝚍𝚘𝚝𝚘Where stories live. Discover now