MI CHICO BUENO

Capítulo 33 🚲

Camino con velocidad.

Tom se mueve muy rápido.

— ¡Tom! Por favor espera —grito.

Sé muy bien que me ha escuchado. Pero no se detiene.

Debo correr para alcanzarlo. Quedamos frente a frente.

—Debemos hablar.

—No veo de qué. Ayer te lo dejé bastante claro —añade de inmediato.

Suelto un suspiro.

—Me refiero al ensayo.

El relaja su expresión.

—Solo podemos dividirlo. Tú haces una parte y yo hago la otra. No es necesario que trabajemos juntos para realizarlo.

Intenta seguir avanzando. Pero actúo muy veloz. Tomo su brazo.

—Por favor Tom. No seas así.

— ¿Cómo? ¿Distante? Tengo que actuar así. Después de todo solo somos compañeros —señala cortante.

—No digas eso. Aún somos amigos —digo. Noto como mi voz comienza a volverse débil.

—No, ya no Gema Rossel. Desde ahora solo seremos compañeros.

Se suelta de mi agarre y se pierde entre los demás estudiantes.

No soporto ver esta actitud de Tom. Extraño su amabilidad, su timidez. Todo eso de lo que me enamoré.

—Gema, ¿lograste hablar con él? —pregunta Annie.

Me ve muy preocupada.

—No, me dijo que le enviara la parte que él tendría que realizar. Pero no lo haríamos juntos.

Ella suelta un bufido.

—No creí que Tom fuera tan rencoroso.

—Debes entenderlo. Lo lastimé y ya no puedo hacer algo para revertirlo. Me odia. Solo espero que solo sea pasajero.

Por favor.

Anne me mira con los ojos entrecerrados

—Estás enamorada hasta los pies Gema.

No es una pregunta, es una afirmación.

—Sí Annie. Me costó admitirlo.

—Demasiado.

Suelto una pequeña risa.

—Me arrepiento de haber sido tan estúpida esa noche. Tuve que decirle a Tom que me esperara, no haberle dicho que se fuera para su casa —admito.

Anne me da una sonrisa reconfortante.

—Tranquila, ya lo entenderá. Solo dale tiempo.

Solo espero que no sea demasiado.

Después de varios minutos de insistencia, decido hacerle caso a Annie.

Nos encontramos en la cafetería. Drew está con nosotras.

— ¿Tienes planes para esta tarde? —Mi hermano le pregunta a Annie.

Pienso que estoy sobrando en esta mesa.

—No, solo me ocuparé de repasar los últimos contenidos —responde ella.

Veo como a ambos le brillan los ojos. Siempre me ha gustado esta conexión que tienen. Sin duda merecen escribir su propia historia.

Drew sonríe de forma discreta.

—Me gusta esto —intervengo, los señalo a ambos —, que estén arreglando las diferencias que tuvieron hace unas semanas.