Capítulo 23 🚲

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Él se mantiene expectante.

Sonriendo.

Esperando mi respuesta.

Quisiera decir que no. Mantenerme firme y no caer ante la gentileza de esos ojos verdes, tan hermosos.

Traerá consecuencias, lo sé. Pero estar con Tom me hace bien.

—Por supuesto —respondo con una sonrisa.

Esa palabra sale de mi boca, un sabor amargo me invade.

Debiste irte a casa.

Esa voz de mi conciencia no me ha dejado tranquila últimamente.

Tom sonríe y camina a mi lado, rumbo a la plaza que está solo a unas calles.

— ¿Estas bien? —Pregunta rompiendo el silencio que se había formado —, pensé que estabas enfadada conmigo, me evitaste en el instituto.

¿Se dio cuenta?

¡PUES CLARO QUE SÍ!

—No, tranquilo. Solo que no me sentía muy bien.

—Si quieres lo dejamos para otro día —propuso él, muy tranquilo.

—No, no, estoy mejor, además un helado no se rechaza.

Había tenido la posibilidad de escapar, de decirle a Tom que estaba indispuesta. No lo hice y eso me aterra.

El chico de ojos esmeraldas pidió un helado de chocolate, mientras que yo pedí uno de vainilla.

— ¿Qué harás después de salir del instituto? —interroga Tom mientras saborea el helado.

¡Qué tierno se ve!

Miro su perfil, sus cejas pobladas de color castaño brillan un poco producto del sol. Sus ojos mantienen ese brillo desde el día en que choqué su bicicleta.

— ¿Gema?

Pestañeo un par de veces.

—Quiero irme a Italia, postular y tratar de quedar en la Formula 1, es todo lo que deseo —respondo.

Trato de ocultar mi nerviosismo, guio el helado a mi boca.

Tom mira hacia otro lado, es como si mi respuesta le afectara.

— ¿Tú qué quieres hacer? ¿Estudiar? —pregunto acomodándome en la banca.

Mi acompañante suspira.

—Siempre me ha gustado la física y el espacio. Creo que mi área es esa.

—Ingeniería aeroespacial te quedaría perfecto, además eres muy inteligente.

Tom asiente.

Se concentra en terminar su helado.

Su respuesta me deja pensando.

¿Por qué siento que algo no está bien con él?

Es como si una cosa se removiera en su mente y no lo dejara tranquilo.

— ¿Tiene algo de malo la ingeniería?

Pregunto entre sonrisas para ver si borro su cara triste.

—Solo me recuerda al ser que más odio.

Tengo una pequeña idea de quién puede ser, pero no interrumpo.

—Mi padre.

— ¿Qué te hizo?

—A mi no, a mamá. La abandonó cuando yo era un bebé y jamás ha vuelto.

— ¿Y como se relaciona con la ingeniería?

MI CHICO BUENOWhere stories live. Discover now