Siempre has sido tú

Por el resto de mi vida

Y llego el día. He oído a algunas personas hablar sobre el día de su boda, estaban contentos y hasta lloraron pero lo único que yo siento es nervios. El pulso me daba a mil, las manos me sudaban y creo que estoy pálido... chequeo en el espejo y sip estoy muy pálido.

-¿Podrías dejar de moverte así? Arrugaras la camisa -Ruedo los ojos y me acerco a Stephan quien ya estaba muy arreglado al igual que Nate quien jugaba con su tableta en el sofá.

-Perdón... estoy nervioso. -El se puso a arreglar mi camisa.

-¿Y como no estarlo? Vas a casarte. Wow aunque lo diga mil veces aun sigo sin creérmelo.

-Que bromista... ¿Cuánto falta? Ya quiero salir de esta habitación rara.

-Si son tal para cual, Cass pregunto lo mismo hace rato.

-¿En donde esta ella?

-Abajo, la están arreglando y ajustando el vestido. -<<Oh dios>> Una ola de sentimientos entro en mi al tan solo pensar en como se vera con un vestido blanco.

-Los invitados ya están abajo -La tal Julia se presento en la puerta -Quince minutos para que la novia aparezca... acción chicos ¡acción! -Cass la lleno de nerviosismo como para que este así.

-Bien vamos -Me solté de Stephan pero este me tomo del brazo.

-Hey espera -Me ayudo a colocar el saco y una pequeña flor lila en el bolsillo -Listo... -Sus ojos de orgullo y tristeza me llenaron de alegría -Cuídense entre ustedes ¿si? y no lo arruines, si algo te molesta solo díselo... y no le mientas ¿okey? -Asentí con los ojos húmedo, el me abrazo con fuerza como si estuviera agradeciéndome algo. -Bajemos hermano.

-Ya es hora -Sonreí, el tomo la pequeña mano de su hijo y los tres bajamos hasta la elegante recepción. 

Eran como las seis así que aun era de día, a lo lejano vi lo que me imagino era el lugar del baile puesto que había una mesa de dos frente a un gran cuadrado blanco en el piso. Era una gran columna de plantas y flores blancas donde colgaban como linternas flotantes.

Ya en mi lugar había otra columna pero esta estaba llena de flores lilas, rosas blancas y rosas, y muchas mas que desconocía su nombre. Un señor elegante estaba parado frente a mi, me imagino que sera el que nos casara, frente a la columna y al raro hombre habían justo sesenta y un sillas marrones llenas por amigos de trabajo mío, de Cass, Adriana, su esposo y sus hijos, Nate, Stephan, Sam, Josh, Noah y la mama de Cass. Agradezco que haya venido y quería acercarme a hablarle pero la verdad es que tenia la cabeza echa un rollo, un nudo en la garganta y las manos sudorosas.

Recuerdo como muchas enserio muchas personas dirían que éramos muy peligrosos, nuestras personalidades explotarían y nos mataremos entre si pero... llegamos hasta aquí. Problema tras problema, pelea tras pelea, muerte tras muerte siempre nos elegimos de alguna o otra manera a nosotros.

Aun recuerdo como al verla solo pensaba en quedarme a su lado por el resto de mi vida, nunca en mis sueños mas locos pensé que eso se volvería realidad ¿Cómo pude tener tanta suerte al encontrar una mujer así? No la merezco y lo se, ella es hermosa y cálida... todo lo que yo nunca llegaría a ser.

Solo éramos dos mocosos cuando nos conocimos, me hizo la vida imposible durante años, pero si me lo pidieran... la erigiría en esta y mil vidas mas. Nunca  estaremos a salvo pero no se porque tengo la certeza que estaremos bien esta vez.

-Prepárate querido -Julia me empuja suavemente hasta mi lugar frente al señor ese, iba a decir algo pero una gran limusina blanca con flores lilas en las puertas me detiene. 

La música comienza trazando un ritmo lento y lindo, todos se levantan para mirar aquel auto de donde baja la mujer mas hermosa que he visto. Adriana corre aun con la barriga hasta ella donde arregla su gran y hermoso vestido blanco. Un maquillaje suave y lindo aretes estaban en su rostro pero en su cuerpo habitaba un largo vestido blanco con hombros descubiertos y una apertura en la pierna. Ella me lanza una sonrisa enserio preciosa, a la cual no puedo responder puesto que me encuentro embobado con su rostro.