Capítulo 29

404 35 16
                                    


Cuando al fin el pequeño quedó dormido, Joel pudo respirar medianamente tranquilo y se obligó a dejar los pensamientos tristes y complicados fuera de su vida, al menos esta noche. No había mentido cuando le pidió sincerarse, no había mentido cuando le dijo que estaba dispuesto a todo por él y aunque su yo del pasado jamás habría imaginado que justo ahora estaría queriendo salir del clóset, no podía importarle menos, a Joel lo único que le interesaba era evitar cualquier tipo de dolor que pudiera sentir ese pequeño bebé que descansaba en sus brazos.

Eran cerca de las dos y media cuando quedó dormido, pasaron mucho tiempo en la tina, tiempo que el rizado sabía era invaluable para Erick, tiempo que sirvió para abrir viejas heridas que a pesar de los años, no habían sanado, tiempo para comprender las razones del por qué ese diminuto ser humano, se comportaba de forma tan fría y cerrada con el mundo. Acarició suavemente su cabello húmedo mientras lo miraba respirar tranquilo, su corazón latió diferente, diferente y bonito porque ahora comprendía lo que significaba cargar con el peso de una verdad tan dolora y tenía mucho miedo de no poder cumplir su promesa de cuidarlo para siempre.

Él realmente estaba comprometido con Erick, comprometido sentimentalmente, comprometido desde lo más profundo de su ser, comprometido con cada pequeña partícula que conformaba el cuerpo y el alma de su bebé. Joel no sabía como ni cuando, tampoco por que, no tenía idea de lo que había hecho que comenzara a sentir por Erick pero no tenía sentido averiguarlo ahora, ahora ya estaba irremediablemente enamorado de él y más que dispuesto a enfrentar cualquier consecuencia que trajera gritarlo al mundo.

Miró una vez más ese hermoso rostro, tan pacífico, tan perfecto, tan jodidamente perfecto y suyo, Erick era suyo, él lo sabía y le hacía sentir increiblemente feliz. Lo que había ocurrido anteriormente mientras sus cuerpos eran bañados por las sales relajantes de su pequeño, fue bastante intenso, debía admitir que no imaginaba escuchar de su propia boca toda esa información y que definitivamente le había tocado el corazón saber sus pesares pero al mismo tiempo se sentía agradecido, agradecido de que hubiese tenido la confianza de abrirse a él y eso era algo que debía cuidar, Joel definitivamente cuidaría de esa confianza depositada en sus manos.

-Jo...Joel. -No esperó que su pequeño despertara a mitad de la noche, no después de haber llorado tanto pero cuando vió sus ojitos cansados, su corazón se derritió.

-Duerme, estoy acá. -Pasó suavemente una de sus manos por su cabello y disfrutó de observar como el chico dejaba su rostro recostado a su palma, buscando su calor, anhelando el contacto y Joel supo que Erick lo necesitaba, lo necesitaba de verdad.

-Yo...tengo hambre. -Y Joel pudo enamorarse otra vez cuando lo escuchó, cuando su vocecita dormida hizo que su piel ardiera de puro amor. Erick era lo más precioso que había visto en la vida y era suyo.

-Es muy tarde, te va a caer mal.

-Pero... tengo hambre. -Erick se había levantado un poco mientras acariciaba su pancita, al parecer Joel estaba mucho más jodido de lo que imaginaba porque se escuchó a sí mismo suspirar como tonto.

-Está bien bebé. ¿Qué quieres comer? -Erick se acomodó mejor hasta quedar sentado por completo, una de sus manitos pasando por sus ojos para desperezarse, Joel una vez más suspiró de amor.

-¿Bebé? -Cuestionó ante la forma en que el rizado lo había llamado, sintiendo como su corazón se aceleraba.

-Lo siento, si te molesta no te llamaré más así.

-No...no...no me molesta, solo es que... -Erick bajó la cabeza sintiendo sus mejillas sonrojarse, había intimado de formas mucho más explícitas con él pero de alguna forma, esto le resultaba mucho más...cercano.

-¿Qué?

-Me gusta...me gusta que me llames así.

Y el mayor no pudo resistir las ganas de besarlo, se lanzó a sus labios con toda la necesidad que crecía en su pecho y durante miles de minutos se dedicó en cuerpo y alma a su pequeño. Se besaron mientras sus cuerpos se hacían uno solo, mientras el sudor empapaba las sábanas y los gemidos se ocupaban de roper el silencio de la noche. Se amaron sin contenerse, sin miedos, sin evitar que sus deseos fueran retenidos, se amaron mientras las fuerzas lo permitieron, mientras el placer se hacía grande y la respiración escasa, se amaron hasta el punto en que ambos saciaron su sed del otro, hasta que el último roce liberó el climax y la satisfacción cubrió por completo cada pequeña fracción de su piel.

-Te amo, bebé. -Se atrevió a susurrar mientras acariciaba dulcemente la cintura desnuda y esperaba nervioso una reacción que no sabía si llegaría sin embargo...

-También te amo, Joel, de verdad te amo y... sobre lo que me propusiste más temprano...yo...

-No quiero presionarte, yo hablaba en serio, totalmente en serio pero no quiero que te sientas obligado a...

-Acepto...

-¿Qué?

-Acepto a estar contigo sin importar lo que cueste, Joel. Quiero ser libre de mí mismo, quiero vivir sabiendo que puedo amar sin ser manipulado, quiero vivir sin que me obliguen a posar con estúpidas modelos anoréxicas para alimentar los intereses de un público que no me ama en realidad. Yo no quiero que expongas nuestra relación en redes o que redactes una noticia para hacerla pública, no Joel, no quiero eso, solo quiero amarte y que me ames, que estés a mi lado cuando ría, cuando llore, cuando desfile en una pasarela, cuando esté acá en mi cama, sin hacer nada... solamente amándote Joel.

-Er... -El rizado estaba a punto de un colpaso, no esperaba semejante confesión, no esperaba que ese pequeño ser pudiera el causante de tanto en su interior.

-Acepto tu propuesta de enfrentar al mundo pero enfrentarlo con amor, con nuestro amor, Joel, no para demostrarle nada a nadie sino porque estamos seguros de lo que sentimos, porque estamos seguros de que no nos importa como nos vean ahí afuera, porque estamos seguros de que queremos estar juntos. Yo estoy dispuesto a enfrentar al infierno por tí...pero mi pregunta es...¿Estás dispuesto a lo mismo?

-Estoy dispuesto a más que bajar al infierno por tí, Erick, no mentí cuando te dije que te amo y aunque ni yo mismo puedo explicar como llegué a enamorarme de tí... estoy más que seguro de que no hay otro camino para mí...mi lugar es contigo, en esta cama, allá afuera y ante Dios y el diablo si así quieres. Yo soy tuyo, completamente tuyo y estoy a tu disposición para que hagas conmigo lo que quieras.

 Yo soy tuyo, completamente tuyo y estoy a tu disposición para que hagas conmigo lo que quieras

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Behind your eyes ll JoerickWhere stories live. Discover now