Capítulo 3

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Joel

La agencia estaba ubicada en el piso número veinte de un edificio impresionante. A decir verdad, toda la edificación pertenecía a Global Shinning Reuters Corp y debía admitir que tuvo que esforzarse para mantener la boca cerrada ante tanto lujo. Con solo poner un pie en el inmeso hall, Joel supo que definitivamente no era una agencia del montón, nada que ver, el dinero se notaba en cada detalle del lugar, desde la alfombra que cubría en totalidad el suelo hasta las lámparas de cristales finos que colgaban majestuosas en el techo blanco impoluto. Si...Joel sabía que la agencia que lo contrató era una de las mejores a nivel mundial y aunque no se basó en la decoración y derroche dólares para aceptar sino en el prestigio que concedían los años de experiencia, no dejaba de sentirse contento de saber que su vida económica también mejoraría estando acá.

Subió al ascensor sintiendo un ligero temblor en sus manos, no era un chico nervioso y mucho menos cobarde pero era la primera vez que trabajaría de forma oficial y haría el debut en un lugar al que no estaba acostumbrado a asistir. Cuando las puertas se abrieron y dieron paso a un salón de recepción perfectamente decorado, Joel volvió a forzar a su propia boca para que no se abriera como una puerta, era demasiado el brillo y la vista perfecta. A cada lado del salón se encotraban una serie de asientos que lucían extremadamente cómodos y caros, separados entre si para no molestar. El piso era todo blanco y se preguntó internamente cuanto esfuerzo le costaba a quienes se encargaban de la limpieza mantenerlo así, casi que podía ver el reflejo de sus propios ojos en el suelo.

Sin dejarse intimidar por el exceso de buen gusto y economía, dirigió sus pasos al mostrador del fondo. Una serie de chicas jóvenes e impecablemente vestidas, atendían a otras personas. Casi al llegar, una rubia alta y esbelta le hizo una seña con la mano para que se acercara. Él lo hizo, se guardó sus miedos a enfrentar lo desconocido y dió pasos firmes y seguros hacia su destino, no importaba que le correspondiera dedicar los próximos seis meses a analizar y hacer notas sobre ese modelo mediático, era su primer trabajo y estaba dispuesto a dar lo mejor de si para que sus superiores notaran su talento.

-Buenos días, mi nombre es Joel Pimentel y tengo una cita a las diez con el señor De Jesús. -Habló de forma educada pero con tono serio, no quería causar una mala impresión.

-Buenos días. Voy a revisar para confirmar su cita y lo llamaré enseguida. Tome asiento si desea, no tardará mucho.

-Muchas gracias.

Caminó hasta uno de los cómodos sillones y justo como había pensado, eran increíbles. Admiró todo desde su posición y fue tomando notas mentales sobre el tipo de ropa que los presentes llevaban. Él iba bien vestido, un pantalón negro y una camisa celeste que era cubierta levemente por un saco que iba a juego con el pantalón. No llevaba corbata, lo hacían sentir incómodo pero estaba bien y presentable para su primer día de trabajo. Un par de minutos después, la misma rubia que lo había antendido lo hizo pasar, le indicó la puerta a la que debería llegar y los depidió con una sonrisa. Era el momento, era la hora de enfrentar a su primer jefe. Acomodó un poco sus rizos y luego de tocar, esperó unos segundos a que le fuera permitido entrar. Abrió la puerta dejando los nervios fuera de la habitación y se sorprendió bastante al descubrir a un hombre no mucho mayor que él que le sonreía del otro lado de una mesa enorme que tenía como fondo la hermosa vista de la ciudad, vista que debería ser impresionante observar a diario a través de ese ventanal de cristales pulcros.

-Hola Joel. Venga, hombre, no tengas vergüenza. ¿Cómo estás? ¿Te fue difícil llegar? -Joel debía decir que estaba bastante fuera de lugar, creía que De Jesús sería un hombre de edad avanzada o al menos que no fuera tan joven.

-Buenos días. Llegué sin problemas. Un gusto conocerlo.

-¡Oh por favor! No me trates de usted, tengo solo veintisiete años. -No... definitivamente no esperaba algo así en su primera reunión con su jefe. Le agradaba que fuera así de liviano el ambiente pero tampoco iba a confiarse, tal vez solo estaba midiendo su capacidad de profesionalismo.

-Bueno...es que pensé que era algo mayor. No se ofenda, es solo que no esperaba a alguien tan joven.

-¡Uhh! Eso dolió pero no importa, no eres el primero en decirlo. Soy joven, mi padre fundó esta agencia, es el dueño y yo soy el gerente de marketing y visuales como te expliqué en el correo.

-No quiero ofender, en serio no tengo problemas con la edad.

-No pasa nada, hombre, relájate. -Joel no sabía donde meterse, creía que podía incomodar a su jefe, así que prefirió obedecer. -Y dime...¿Estás listo para lo que viene?

-Estuve leyendo ayer algunas notas referentes a la persona que me fue asignada. -Joel había pasado el día en cama, comiendo cualquier cosa con grasa que encontró en Uber Eats mientras despotricaba en voz alta acerca del inútil veiteañero al que tenía que perseguir por seis meses enteros pero claro que no lo diría.

-Quiero que sepas algo y que quede entre nosotros. -Ahora el hombre se había puesto serio, Joel se acomodó en su silla ante el cambio de actitud y esperó. -Ese modelo, Erick, es un poco...difícil de tratar. He estado en muchas ocasiones con él, en fiestas, eventos, desfiles. Si es cierto que es muy bueno en su trabajo, no puedo decir lo mismo de su actitud pero...

-¿Pero?

-Es una buena oportunidad para esta empresa, nunca nadie ha hecho algo como esto por una figura de su rubro y pienso que es algo que no podemos dejar escapar. Su trabajo lo siguen de todo el mundo, es codiciado y sale caro obtenerlo, prácticamente se pelean por él y bueno...lograr una exclusiva como esta, va a ser increíblemente fructífera. Las ventas se van a disparar y si a la agencia le va bien, te va a ir bien a tí.

Joel habia absorbido la información de manera rápida, parte de su profesión se basaba en captar cualquier detalle sin necesidad de pedir explicaciones y él era bueno en eso, mucho, así que guardó todo lo que le fue dicho en su memoria como nota para cuando fuera necesario utilizar. Miró a Zabdiel por un momento y a pesar de que el joven mantenía un semblante serio, se pudo dar cuenta de que estaba a la espera de una respuesta. Pasó una mano por sus rizos y decidió cumplir con su parte de la conversación.

-Entonces...tenemos que hacer un buen trabajo y debo ser lo suficientemente profesional y discreto para que no se sienta incómodo y así podamos lograr un buen material.

-Captas rápido, me gusta. -Zabdiel sonrió y el rizado sintió un alivio grande, seguía sin gustarle su trabajo acá, creía que era estúpido dedicar seis jodidos meses a perseguir a un niñato engreido pero eran órdenes y había todo un preparativo detrás que no podía ignorar.

-Gracias. -Fue su escueta respuesta, aún se sentía algo extraño pero culpaba a la incomodidad de la situación.

-No es nada, en este rubro es bueno ser así, sobre todo cuando la vida pública de una persona es la comida que llevas a la mesa.

Joel no estaba de acuerdo con eso, no era el tipo de persona que disfrutaba de las desgracias ajenas y tampoco entendía el sentido de picar como buitre la privacidad de otros, por eso carraspeó ante las últimas palabras de su jefe. Obviamente no podía mostrarse en desacuerdo nada más llegar, haría el trabajo, obviamente lo haría, era eso o marcharse con una mancha en su expediente pero pensó que a pesar de la incomodidad que le generaba, lo haría siendo respetuoso y profesional. Iluso...pobre iluso.

-¿Cuándo comienza a llevarse a cabo? -Cuestionó para cambiar de tema y de paso mentalizarse, Zabdiel sonrió, una sonrisa que le causó escalofríos, no podía ser bueno lo que sea que fuera a decir.

-Hoy mismo, en unos minutos va a llegar con su asistente para que se conozcan de forma oficial.

No...Joel definitivamente...no estaba preparado para enfrentar a Erick.

no estaba preparado para enfrentar a Erick

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Behind your eyes ll JoerickOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz