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Emily.                            𝔩𝔦𝔱𝔱𝔢𝔯𝔞.                           𝐿&𝒟.

Mantenía su cuerpo cubierto con un abrigo dos tallas más que la suya

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Mantenía su cuerpo cubierto con un abrigo dos tallas más que la suya. Miró al cielo por dos largos minutos y después volvió al boceto que tenía entre su regazo y su mano izquierda.

Todo estaba más tranquilo de lo que acostumbraba estar. Los mortifagos tenían varios días que no visitaban los barrios en donde se alojaban las familias mestizas. Normalmente lo hacían cada día a diferentes horas para vigilar.

Aunque le parecía extraño, no se inmutó por ello. Al contrario, se sentía tranquila por no tener que presenciarlos.

Trazó su nombre y apellido sobre el borde de la hoja y cerró el cuaderno, colocándoselo bajo el brazo.

— Tienes una carta.— le avisó su madre desde el umbral de la puerta.

Entró al interior de su casa y cogió la carta que le entregaba su madre. Con cortos pasos subió al piso de arriba y se encerró en su habitación.

Su rutina era aburrida, muy aburrida; despertar, limpiar su cuarto, bajar a desayunar y, a veces acompañaba a su padre a la tienda de varitas en donde trabajaba, a veces se quedaba en casa y dibujaba hasta que la mano le dolía. Ayudaba a su madre en lo que podía y apoyaba a su pequeña hermana en sus escasos estudios.

Hogwarts ya no era un colegio abierto para todos los magos y brujas, solamente aquellos que la sangre pura corría por sus venas tenía el privilegio de estudiar; los mestizos estudiaban en casa. Más especifico, eran sus padres los que les enseñaban.

Abrió la carta y empezó a leer cada línea.

Emily Cresswell.

¡La mansión es increíble, Emily!
Cada una de nosotras cuenta con su propia habitación privada, claro algunas se encuentran en diferentes alas de la mansión.

Todo es grande, elegante y asquerosamente rico.

En cuanto a las chicas que se hospedan junto a mi, son insoportables — no todas, pero la mayoría sí—.

Tenemos reglas estrictas: no pelear y tampoco discutir, pero eso no impide que lo hagamos cuando nadie nos está viendo.

Y en cuanto a Draco Malfoy — inserta caritas enamoradas—, aún no hemos tenido contacto con él, porque no se ha dejado ver.
A la única persona que vemos constantemente es a su madre, Narcissa Malfoy.

Por cierto, puedes visitarme cuando quieras, solamente avísame el día.

Con amor.
Lily Goldstein.

Cerró la carta y la dejó sobre su mesita auxiliar. No podía creer el cinismo de Lily. Por una cara bonita, practicamente, estaba olvidando sus valores y derechos. No la juzgaba— no del todo —, pero tampoco quería entenderle. Sabía que Lily provenía de una familia con mala economía y que ahora vivía en un palacio, pero no por ello debería dejarse mangonear tan fácilmente.

Love and Darkness | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora