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Jisung había corrido como un niño a su habitación e intentó encerrarse para evitar estar a solas con Minho de nuevo, y es que era muy peligroso tenerlo cerca.

Lo tentaba mucho.

Pero lamentablemente no logró que el mayor se quede afuera, luego de empujar un poco éste entró sonriente al cuarto.

Y a Jisung no le quedó otra que cerrar la puerta, por prevención. Aunque sabía que eso no le favorecería más adelante.

- ¿Qué... quieres?

- Conversar.

El menor se mantuvo cerca a la salida, y aún más importante, lejos de la cama.

Se cruzó de brazos esperando que su cuñado diga más palabras e intentó lucir tranquilo.

Pero Minho lo observaba fijamente, admirando cada detalle de su rostro y su cuello ahora un poco descubierto. Ya que había estado desabrochando su blanca camisa para cambiarse la pijama y descansar pero fue interrumpido.

El outfit del día realmente le había encantado al mayor, el pantalón marrón oscuro bien entallado a su cintura y la camisa blanca que contrastaba con el lindo color de su piel. Unas zapatillas casuales que siempre usaba y hacían se vea más alto.

El hecho de que no usaba corbata y tuvo las mangas recogidas toda la noche fue extrañamente lo que más le agradó, Jisung era increíblemente masculino por dónde lo vieras.

Atractivo, y tentador.

Cortó la distancia entre ambos, haciendo que el menor retroceda y quedé pegado a la puerta. Excelente momento para escapar, pero no quería hacerlo.

Sus manos chocaron con el pecho de Minho y con puños cerrados los acomodó listo para empujarlo en cualquier momento, dudoso de si llegaría a actuar.

Ahora su cuñado se inclinaba lento sobre él, sentía su respiración demasiado cerca y no podía dejar de ver esos otros labios siendo lamidos inconscientemente.

Estuvieron de pronto en la misma última posición que en la cocina, sus narices se rozaron con cariño por unos largos segundos.

Pero lo que lo puso alerta, fueron las manos ajenas acariciando sus caderas y subir con timidez pero firmes hasta tomar su cintura.

- No juegues así, Minho.

- Tú empezaste.

Fue lo último que escuchó salir de la boca del mayor.

Porque ahora estaba besándola de nuevo, no con la desesperación de la primera vez pero si con la misma intensidad.

Jisung había ignorado ya las negativas que recibía de su cabeza, y correspondió aquellos labios complacido de poder saborearlos de nuevo.

Era un beso bastante pasional, con caricias de por medio y algunas leves mordidas que compartían sin pudor.

No entendían como fue posible pasar de odiarse, a tratarse cómo mejores amigos y ahora a besarse cómo si no existiera un mañana.

Jisung mantenía un firme agarre en la ropa de su cuñado, era atraído hacia su pecho por sus manos a cada segundo, y eso hizo que soltara algunos jadeos en medio del beso llamando la atención de Minho.

Se separaron unos mínimos centímetros y sus ojos se encontraron. Estaban muy agitados por haber compartido un beso tan intenso.

- ¿No me vas a detener?

- Tú... tampoco me detuviste la primera vez.

Bien, comenzaban a entenderse mejor. A aceptar que se tenían muchas ganas, en realidad.

- Jisung... Eres el culpable de que sienta está extrema necesidad de besarte.

- ¿Disculpa?

- Tú me besaste primero.

- Tú me seguiste el beso.- Minho volvió a juntar sus labios pero sin llegar a moverlos, solo estaban tocándose lentamente.- Yo... tampoco podría olvidar ese beso, ni el de ahora...

Confesó en medio de los roces. Minho sintió su corazón saltar contento cómo reacción a las palabras dichas por el menor.

Y Jisung sonrió luego de recibir un casto beso en su mejilla.- Lindo lunar...

- Tú también tienes uno aquí.- Señaló con su dedo el lugar en la nariz del mayor y quiso darle un beso allí pero sintió vergüenza.

Lo que si hizo fue besar de nuevo sus labios, siendo correspondido de inmediato. Un nuevo beso con grandes movimientos pero lentos comenzaba.

Estaban tan mal, pero se sentían tan bien.

De pronto las manos en su cintura lo alejaron de la puerta, Minho retrocedía sin cortar el beso. Sintiendo las suaves caricias que dejaba Jisung en su cuello perdía nuevamente la razón.

¿A dónde estaban yendo? El menor lo sabía.

Tomó las riendas del beso y con fuerza cambió la dirección de sus pasos, voltearon para volver hacia la puerta pero está vez Jisung lo acorraló en la pared.

Minho río aún sin separarse, pero no sabiendo que la mano del menor tanteaba a su costado y al encontrar la manija la giró rápidamente.

- Chao.

- ¿Qué?.- Jisung lo había empujado fuera de la habitación y cerró la puerta con seguro. Intentó abrirla pero fracasó por ello.- ¡Jis-

Estuvo a punto de gritar pero tapó su boca con ambas manos, no podía. Todos estaban dormidos en sus habitaciones y casi irrumpe en el completo silencio de la casa.

Rendido caminó a su cuarto y al llegar se lanzó a la cama sin más, satisfecho de todo lo que había pasado hace unos minutos.

Mordía sus labios cómo si fuera un chico que recién había dado su primer beso, sonriendo y sintiendo su rostro sonrojado por cómo le ardían las orejas.

No se había siquiera sacado la ropa para ponerse su pijama pero ya se quedaba dormido mientras repetía una y otra vez el recuerdo de Jisung en su cabeza.

El menor hacia lo mismo que él, dejó por un momento sus preocupaciones y sólo se dedicó a tocar sus labios pensando en Minho. Con su corazón extrañamente feliz de haber compartido esos besos con el mayor.

Todo aquello era más que una atracción física, más que el deseo y sus ganas mutuas de muchas cosas.

Más que sentir sus hormonas alteradas como adolescentes...

Se sentían como unos adolescentes enamorados, cuándo en realidad, estaban siendo dos niños cometiendo una grave travesura.

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***

holis, este cap fue mucho más corto q el resto y es q no quería agregar más cositas para q sea sólo enfocado en este 2do besoo

espero q lo hayan disfrutado :"3

- 🌙

#little lies ;; minsungWhere stories live. Discover now