Capítulo 45 (+18)

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Por la mañana Deidara abrió los ojos primero y miró a Itachi dormir tranquilo. Definitivamente ya no eran unos niños, las arrugas ya se mostraban descaradas en ese rostro que tanto le gustaba y sabía que él también ya sufriría del mismo mal. Daba igual, eso era señal de lo mucho que llevaban juntos y que estaban en el camino -a veces tortuoso- de compartir la vida.

Se levantó con cuidado pero el hombre le impidió levantarse rodeándolo por la cintura.

- ¿A dónde vas Dei?

- No puedo faltar a mi entrenamiento con Pain o será peor mañana. -Eso espabiló a Itachi.

- ¿Él te está entrenando? -La pregunta era idiota, justo se lo acababa de decir y entendía el porqué. Tal vez se lo hubiera pedido a él de no haberlo evitado todos esos días. -Te acompañaré.

- No, está bien. -Le besó en los labios y se enredó en el kimono para salir de la habitación.

Solo tomó un rápido baño y se puso su uniforme de Akatsuki.

- Regresaré en un par de horas. ¿Puedes pasar por Ino verdad? Está en casa de esa amiga suya hija de la mujer del restaurante. Le di unos días a Mayumi, si quieres podemos comer en la guarida -Le daba instrucciones rápidas mientras comía una manzana y se ponía el calzado. -Nos vemos más tarde -Le sonrío y besó antes de salir apresurado.

Itachi solo suspiró y se preguntó cuándo es que ese doncel se había vuelto tan vivaz. Entre más lo miraba más se daba cuenta de que esa extraña aura de melancolía que le causaba una gran preocupación en el pasado ahora era inexistente.


Llegó al patio de batalla y ahí ya lo esperaba Pain. Ambos se quitaron la capa y comenzaron a entrenar, Deidara estaba especialmente lleno de energía y tal vez demasiado acelerado.

- ¿Tú sabías verdad? -El doncel por fin sacaba el tema a la luz y sí, seguía enojado y quería desquitarse con algo -De esa tal Hanami.

- No hables, concéntrate. -Así que por fin se lo había confesado, con razón el rubio estaba actuando de esta manera.

Practicaban con espadas sin filo hechas de una fuerte madera y aun así Deidara terminó por romperla contra un árbol.

- ¡Ahhh! -Gritó frustrado y cansado.

- ¿Sabes cuántas veces pude haberte matado? No importa lo que haya pasado, tu mente debe estar en la batalla al cien por ciento. -Esa mirada azul ahora lo veía con odio, no le afectaba en absoluto pero debía corregir ese comportamiento impulsivo.

Deidara seguía retándolo con la mirada así que en un movimiento rápido le puso el brazo en el cuello y lo estrelló contra un árbol sin piedad. Debía darle una lección que lo hiciera entrar en razón.

- Te dije que pusieras atención, no importa lo bueno que seas en la batalla cuerpo a cuerpo o con esa nueva técnica, si el enemigo te tiene estás jodido.

El más joven intentó zafarse pero era imposible y ya lo estaba dejando sin aire.

- Solo concentra todo ese enojo y canalízalo de la forma correcta. -Lo dejó respirar. Le molestaba que no se diera cuenta de las cosas que todavía carecía, bueno, al menos había dejado de ser débil. Ya tenía una fuerza por encima del promedio pero no debía detenerse ahí y era obvio que la confianza había mejorado hasta el tope, ya no era inseguro y pronto lo quería ver de nuevo en una misión solo para comprobarlo. -Haz un poco más de ejercicio y piensa en cómo mejorar tu concentración.

- De acuerdo -Deidara había aprendido a escuchar y no tomarse todo de manera personal cuando no lo era. Pain tenía razón aunque eso le llenara de rabia, y la rabia no venía solo de que lo hubiese humillado, venía del hecho de no poder regresar al pasado y cambiar ese momento en que le fueron infiel porque si hubiera regresado en el momento preciso el presente sería diferente. Extrañamente no sentía a Itachi como la fuente única de su enojo, con él quería estar en paz aunque le costara un esfuerzo extra.

Lo que no puede ser profanado por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora