Capítulo 27

185 15 1
                                    

Sander

No sabía como ponerme para ser capaz de dormir, llevaba dando vueltas al rededor de dos horas intentando no caerme del sofá, si del sofá. Se suponía que la noche de bodas era lo más esperado por los novios ya que debía de ser todo perfecto, bonito, romántico y sexo sin descontrol, algo que en nuestro caso no ha sido así.

Cuando llegamos a la habitación lo primero que hizo Haley fue encerrarse ene l baño sin dejarme pasar, cosa que intente pero me cerro la puerta golpeándome la nariz. Se había duchado y cambiado de ropa. Sin dirigirme la mirada se tiró en la cama a mirar en el móvil dios sabía que antes de dormir. Cuando fui a tumbarme a su lado viendo que no íbamos a hacer nada me miro mal y negó con la cabeza señalando el sofá que había enfrente de la cama. Me negué a dormir ahí pero me amenazo con ponerse ella a dormir en el y no quería, no estaba en condiciones de dormir en un sofá.

Eso había sido hacía dos horas, el tiempo que llevaba intentando dormirme. Di una ultima vuelta quedando de cara al respaldo cuando la luz de una de las mesillas se encendió.

— ¿Vas a dejar de moverte de una vez?— Esto tenía que ser una puta broma.

— No puedo dormirme.

— Puyes muy bien por ti, no soy tu madre como para que me vengas a contar tus problemas.

Respiré hondo, no podía alterarme por que si lo hacía terminaría gritando al igual que ella y eso no iba a gustar a nadie.

—No te jode, estas durmiendo como la puta reina de Inglaterra en esa cama, asó yo también.

En ese momento un cojín voló hacía mi cara y detrás de ese otros tres.

— ¡¿Que cojones te pasa loca?!

— ¡Loca tu madre intento de hombre!— La paz nunca había sido una opción.

Me levanté de golpe del sofá y me acerque hasta dejar mi nariz pegada con la suya.

— Me tienes hasta la polla Haley, deja de comportarte como una puta cría o si no...

— ¿O si no que imbécil?

— Te juro por satán que cuando esa niña nazca te la quitare y me asegurare de dejarte sin nada— Me miró con los ojos abiertos— Si, se que es una niña y no gracias a ti— Escupí furioso

<<Te has pasado cabrón>>, gritó mi conciencia

Y tenía razón sus ojos se llenaron de lagrimas y su cuello empezó a tornarse rojo, me agarro de la camisa arrodillándose en l cama empezando a llorar.

— No me la quite por favor, por favor Sander, no puedes hacerme eso.

Una parte de mi se sentía horrible viéndola llorar peor estaba tan cabreado que me importo una mierda, sujeté sus muñecas separándola bruscamente de mi antes de ponerme unos zapatos y salir de la habitación dando un portazo escuchando sus gritos a mi espalda.

Cualquiera su hubiera dado la vuelta y hubiera vuelto a esa habitación a pedirla perdón antes o después, pero yo no era un cualquiera, era Sander Crawford y yo no le pedía perdón a nadie, pero lo que no sabía era que ese día terminaría de romper las pocas oportunidades que Haley y yo teníamos de estar juntos.

Después de ese día nada volvió a ser lo mismo.

Haley

Los días desde nuestra fatídica noche de bodas habían pasado, para mi sorpresa, rápido. Quedaban apenas un mes y medio para que Sander y yo firmáramos el divorcio de manera oficial ya que de manera sentimental estaba más que firmado. Me había mudado a vivir con el pero no habíamos dormido en la misma habitación en ningún momento salvo cuando los mellizos habían venido a quedarse a pasar un fin de semana. Para el mundo éramos la pareja perfecta, íbamos a eventos, fiestas, galas, de vacilones... éramos la familia ideal de catalogo de Ikea o portada de cualquier revista, sin problemas ni preocupaciones.

Pero en la intimidad éramos como dos extraños que compartían casa, el por su lado y yo por el mío. Hacía dos semanas que había cumplido los ocho mese y cada vez estaba más incapacitada, estaba harta de tener que estar sentada por no poder andar ni hacer cosas tan sencillas como ir al baño. Me frustraba, me cabreaba y me tenía harta. Solo quería sacar a la niña de dentro de mi y así poder respirar correctamente metafórica y literalmente

Me senté en el sillón frotándome el vientre sintiendo como nuestra pequeña no dejaba de patearme lo que me hizo sonreír pero no duro mucho cuando me pateo un riñón.

— Eso no es una pelota ten más cuidado— Le dije dando unos golpecitos a un lado.

Llevaba sin saber nada de Sander desde hacía una semana ay media, según su hermana estaba de viaje de negocios con el padre de Verónica, seguramente su hija también estaría pero ya me daba igual, o eso me hacía creer. Mi amor por el no se había evaporado si no que lo había dejado metido bajo llave en el fondo de mi corazón ya que lo único que hacía era hacerme daño. Me levante para buscar el cargador del Ipad de Sander que me había agenciado para ver series.

Subí hasta su dormitorio y una vez dentro el olor a su colonia me golpeo dejándome algo desorientad, no había entrado aquí desde el estallido de la mentira, observe la habitación detenidamente, había cambiado alguna cosa de la decoración, pero lo que me dejó sin palabras fueron los marcos de fotos que se encontraban en su mesita de noche. El primero era blanco y en el estaba la ecografía del día en el que me entere e que tendríamos una niña.

Sonreí al ver lo que su hermana le había escrito, había rodeado con un permanente rojo al bebe sacando una flechita en la que ponía "Soy la princesa de papá"; intenté retener las lagrimas pero me fue imposible al volver a mirar el marco que tenía al lado. Era una foto nuestra del día de la boda, nunca había visto esa foto pero estaba claro que el fotógrafo nos pillo desprevenidos por que lo que estaba ocurriendo en ese momento era de todo menos bonito.

Sander estaba con la barbilla apoyada en mi hombro y las manos debajo de las mías, ambas apoyadas en mi barriga haciendo que el pequeño abultamiento se notara más. el tenía una ligera sonrisa y yo los ojos cerrados como si la caricia fuera reconfortante.

Lo agarré sentándome en la cama dejando salir por fin el primer sollozo mientras delineaba la silueta de ambos. Aunque no llegue a mucho más cuando el bajo vientre me empezó a doler, eran contracciones.

— Hija por favor, aun no que queda un mes— Susurre cerrando los ojos por el dolor.

Pero al parecer alguien tenía prisa por salir por que según me puse de pie algo pegajoso empezó a mojar mi pantalón. Al parecer alguien iba a hacer que Sander volviera antes de lo previsto.

Felices reyes!!
Bueno, como los reyes este año han sido generosos,  yo también lo voy a ser con vosotros actualizando.
¡Ya solo nos quedan tres capítulos para llegar al final! AAAAAHHHHH
Nos leemos pronto
XOXO

La seducción de la soberbia (#1SPC)Where stories live. Discover now