Capítulo 26

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El tan esperado día había llegado, dieciséis de febrero de dos mil veintidós Sander y yo uniríamos nuestra vida en santo matrimonio hasta dentro de tres mese cuando toda esta farsa se terminaría.

Las navidades las pasamos separados cada uno con su familia, algo que a mi padre le chocó puesto que pensaba que vendría algún día a casa, cosa que no fue así, salvo el día de navidad que se pasó a tomar un café y traer los regalos que Papá Noel había dejado en su casa para todos. Si se pensaba que comprándonos cosas le perdonaría lo llevaba claro.

Me saqué un mechón del recogido tan perfecto que levaba, me agobiaba que fuera tan perfecto. La puerta se abrió dejándome ver a mi padre y hermanos. Los mellizos iban vestidos a juego, Hendry con un pantalón azul marino, camisa blanca y chaqueta azul cielo; mientras que Hannah llevaba un vestido azul cielo con el cinturón en azul oscuro y los zapatos en blanco.

— ¿Lista?

— Supongo que si

Les indiqué a mis hermanos que entraran en el coche que nos llevaría a la gran catedra, una vez estuvimos delante de la puerta ellos se posicionaron como unos angelitos delante nuestro. Me agarré del brazo de mi padre mientras el hacía una mueca por el bastón que tenía que llevar para andar bien. Cuando el órgano comenzó a sonar conté hasta diez y les di un empujoncito a los niños para que empezarán a andar mientras nosotros les seguíamos.

Intente no mirar hacía la gente, la mitad de los invitados eran socios y amigos de la familia Crawford mientras que por mi parte solo había cinco invitados, mi padre y hermanos, Alice y Tommy. Observe a los seis amigos de Sander todos con pareja, la que más destacaba de todas era la pelirroja que acompaña a Alan, según Sander su nueva conquista u obsesión.

Destacaba por su llamativo color de pelo y por la sencillez que desprendía, el resto de chica se veía que eran como ellos adineradas y estiradas.

Una vez llegamos al altar mi padre le ofreció mi mano a Sander quien la tomo de manera delicada.

— Cuídala y amala como yo la he cuidado y amado siempre— Dejó un beso en mi frente y se colocó al lado de mis hermanos, quería llorar.

Miré a Sander, estaba muy guapo, iba entero de negro a excepción de la camisa que era blanca y la flor de su bolsillo que era igual que una de las rosas de i ramo.

— Queridos hermanos hoy nos encontramos reunimos a ojos de Dios para unir en santo matrimonio a Sander Hendry Crawford y a Haley Mariam Walls...

El cura comenzó a hablar, pero no le presté atención hasta que no hizo empezar a repetir cosas, los ojos azul eléctrico de Sander me tenían totalmente absorbida.

— Por el poder que me ha sido otorgado yo os declaro marido y mujer, ya puede besar a la novia joven Crawford.

Posó su mano en mi mejilla antes de presionar sus labios sobre los míos absolviendo de manera discreta mi labio inferior. Se separó de mi dejando un beso en mi frente antes de girarse hacia los invitados que aplaudían alegra, bueno a excepción de su madre, Verónica y su madre.

Me obligué a sonreír pensando que si esto hubiera sido algo hecho por amor y no por dinero habría sido el día más feliz de mi vida, al fin y al cabo me estaba casando con el hombre del que estaba enamorada por mucho que intentará odiarlo.

(...)

Reí al ver a mi Hermano bailar con mi cuñada y a mi padre con mi hermana como podía a pesar de su dificultad para moverse.

Sentí a Sander rodearme con los brazos hasta posar sus manos en mi pequeño vientre abultado que no se notaba gracias al vestido. No sabía como sentirme ante ese gesto, por un lado me sentía a gusto y por el otro solo quería mandarle a la mierda.

— Se les ve felices— dijo mirando a nuestra familia

— Tu madre me quiere asesinar se le nota en la mirada— Y era verdad, esa mujer llevaba mirándome fijamente con cara de oídio desde que entre en la catedral.

— Ignórala

— Tu amante también me mira muy mal, deberías ir con ella

— Haley...

Me giré en sus brazos separándolos de mi cuerpo.

— No querrás que se sienta mal viendo como su amado...

— Ya es suficiente Haley— Dijo con los dientes apretados sujetándome del mentón

Le miré con burla ¿suficiente? ¿después de todo lo que me ha hecho pasa? iba a desear no haber conocido nunca.

Me solté de su agarre para caminar en dirección a la pista para bailan con Hannah cuando vi que mi padre empezaba a cansarse, no quería esforzará en exceso no fuera a encontrarse mal.

— ¿Podría dejarme un baile con la novia bella señorita?— preguntó Leo a Hannah que le miraba con las mejillas coloradas antes de asentir y salir corriendo a esconder su cara en el pecho de papá.

— Has sonrojado a mi hermana de cinco años— le dije divertida

— Que puede decir, es que soy irresistible.

Rodé los ojos sin dejar de sonreír, Leo era todo un personaje. Era lo que fisicamente se podría decir que era como una fantasía.

— Jamás pensé que Sander llegaría a casarse, pero veo que me equivoque.

Asentí mientras dábamos vueltas al ritmo de la canción.

— Sé de sobra que San la ha cagado pero como uno de sus mejores amigos te pido que le des una ultima oportunidad, él puede cambiar.

Cerré los ojos y respiré hondo; el problema no era qué Sander cambiara, el problema estaba en todo lo que había hecho ¿Sería capaz de perdonar algo así? ¿Quién perdonaba algo así?. Me había utilizado para conseguir lo que quería además de engañarme en nuestro supuesto compromiso con esa estúpida.

— No puedo hacer eso Leo, lo siento pero no puedo, no después de todo.

— Solo escúchale, no te pediré más.

— Esta bien, lo intentaré

Asintió sonriente antes de dejar un beso en el dorso de mi mano y guiñarme un ojos para dirigirse a la mesa en la que esta sentado.

Intentaría escuchar a Sander por mucho que no quisiera, intentaría comprenderle.

Aquí os dejo este capitulo como regalo de reyes.
Feliz noche de reyes a todos
XOXO

La seducción de la soberbia (#1SPC)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang