capítulo 27

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Desde una ubicación segura que les brindaba Idylla. Ante ellos se veían la estatua de madera que creo Naruto anteriormente inmóvil, mientras que sus brazos se encontraban rotos y ardiendo en llamas, por haber golpeado a todos los meteoritos, aún lado se encontraban un gran y profundo cráter del cual no se podía ver nada más que oscuridad, siendo rodeado por incontables cráteres más pequeños productos de los fragmentos de meteoritos; pero ahora, lo que más captaba la atención eran los dos agujeros negros, los cuales absorbían todo lo que estuviera a su alrededor, pero sin lograr llevarse a Hao o Naruto, quienes se mantenían firmes en el suelo.

— uno... Uno de los grandes espíritus elementales... Acaba de morir — dijo Goldva al ver como no había rastro alguno del espíritu de la tierra.

— esta pelea está a un nivel, realmente diferente — dijo Horo Horo, observando la destrucción que estaban provocando los dos jóvenes en su pelea — ¿Hao realmente lucho enserio contra nosotros?

- no podría afirmarlo. Nosotros luchamos en su interior, por lo que el nivel de poder que mostró, puede que solo sea una pizca de lo que realmente puede hacer - respondió Ren ante la pregunta de Horo Horo, intentando mantener una imagen calmada.

— realmente es un poco frustrante, pensar que apesar de todo lo que luchamos y entrenamos. La brecha que habíamos acordado con Hao, ahora se ha vuelto mucho más grande que antes — dijo Yoh, mirando la batalla con detenimiento, pero apretando sus puños con cierta frustración — realmente somos bastantes diminutos en comparación con ellos.

Aquellas palabras tomaron por sorpresa a todos los que conocían bastante bien a Yoh, incluso Anna no pudo evitar mirarlo con asombro, antes de que su puño se relajara, dando una sonrisa despreocupada.

— que se le va a hacer. Parece que aún tenemos un largo camino que recorrer. Por el momento solo puedo animar a Nii_chan para que gané.

Con eso dicho, Yoh comenzó a dar gritos de ánimo hacia Hao, siendo seguido por Opacho, la tribu apache, el equipo de la flor, Luchist y por último su madre y Serafall.

— hace poco Hao era nuestro enemigo y ahora lo apoyamos, realmente es un chiste muy malo — dijo Marco, mirando con atención a los dos jóvenes que aún no se movían de su lugar — no pensé que este sería el poder de Naruto. Sin duda solo jugo con nosotros en aquella iglesia.

— puede que tengas razón Marco — respondió Jeanne, colocándose de rodillas juntando sus manos — Naruto siempre dijo que quería divertirse y ahora puedes ver como tiene una gran sonrisa de diversión. Esta gozando de la batalla, por lo que al menos me gustaría orar por su felicidad... Por mi primer amigo que me rescató de la ignorancia en la que vivía.

Marco se mantuvo en silencio, observando como Jeanne oraba en silencio por la victoria de Naruto, siendo la única de todos los presentes que parecía estarlo apoyando, hasta que Lyserg se unió a la joven en la oración y por lo tanto Morphine también, siendo un grupo relativamente pequeño, en comparación a los que apoyaban a Hao, pero aún así, quería que ganará, dejando atrás todo resentimiento que tuviera hacia el joven.

Con Naruto y Hao.

Ambos jóvenes no se quitaban la mirada de encima del otro, sintiendo como ambos agujeros negros comenzaban a perder fuerza, llegando a desaparecer y con ello, dejando que unas pocas rocas cayeran al suelo, las cuales no llegaron a desaparecer en su interior; el lugar permaneció en una calma bastante envidiable, hasta que los cuatro espíritus restantes liberaron un grito de furia por su amigo caído, para avanzar a paso veloz hacia Naruto - Elemento de tierra: muros de tierra - pronunció Naruto, dando un paso hacia al frente, mientras elevaba su puño, provocando que del suelo surgieran diez gruesos muros de tierra, uno detrás del otro, los cuales tenía en el centro la imagen del rostro del joven haciendo diversas muecas, que solo molestaron a los espíritus, por lo que el espíritu del rayo disparo un poderoso relámpago que destruyó en miles de pedazos a cada una de las paredes, abriéndose camino de esa forma.

mi nueva vidaWhere stories live. Discover now