𝐃𝐢𝐞𝐜𝐢𝐬𝐞́𝐢𝐬

Start from the beginning
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.




Al día siguiente te sentiste un poco mejor, tu estado de ánimo no fue tan pésimo como el primer día, lo cual te hizo recordar que tenías un trato con cierta persona. Dejaste que tu pajarito se quedara en la cama un rato más mientras te aventurabas a la cubierta, buscando una mancha verde. Tarareaste al ver al hombre durmiendo apoyado sobre el mástil, con pasos pequeños te acercaste, saludando con un ligero movimiento de mano a Vivi y Nami que estaban tomando un refresco, esquivaste las piernas de Ussop y Luffy que corrían por la cubierta hasta llegar a Zoro.

Abrazaste su cintura, descansando tu mejilla en su pecho durante unos minutos, luego te dedicaste a tirar sus mejillas o de la comisura de sus labios para hacer muecas, nada logró despertarlo, con un puchero te bajaste lentamente de su regazo, con la mala suerte de que tu pie quedó enganchado con una de sus espadas, jadeaste tratando de agarrarte a algo pero antes de que tocases el suelo Zoro ya tenía sus brazos en tu espalda para evitar la caída.

─Te tengo. ¿Qué demonios estabas haciendo? 

No hizo falta una respuesta verbal de tu parte ya que al ver como tu mirada iba desde sus ojos hasta sus espadas supo lo que querías en un instante. Suspiró rascando la parte superior de su cabeza, no podía decirte que no si ya había hecho una trato contigo, además ¿Quién podría decirle que no a los ojos de cachorro que le estabas dando?  Fue imposible negarse.

Claro que durante vuestra 'sesión de práctica' tuvo que ser muy cuidadoso, la espada se resbalaba de las palamas de tus manos debido a que pesaba mucho para ti, como era la primera vez que agarrabas una espada estuviste la mayor parte del tiempo corrigiendo tu postura, pero ganarte palmaditas en la cabeza por hacerlo bien era un buen precio para ti. En más de una ocasión casi cortas a Zoro porque la espada se deslizaba de tal manera que podía golpearte la cabeza, él tuvo que frenar esos golpes.

─¿Lo hice bien? ¿Crees que puedo ser una gran espadachina como tú?

Agarraste su mano dando leves tirones para ir a ver la isla en la cual os habíais adentrado, Luffy y Vivi ya habían salido a explorar pero como estabais tan entretenidos con la práctica apenas y os disteis cuenta.

─Sí, necesitarás más práctica, pero estoy seguro de que si quieres podrás ser una gran espadachina.

─¡Genial! Tendré al mejor maestro.

 Murmuraste apretando la mano de Zoro de manera inconsciente, la pequeña acción hizo que todo el cuerpo del hombre sintiera un escalofrío, mirando como movías el brazo de un lado a otro de manera rítmica, una sonrisa invisible se hizo paso a través de su rostro, aplicando algo de fuerza en vuestro agarre como habías hecho tú. Toda la pequeña felicidad se fue por la borda al ver al cocinero del barco, ambos cruzaron miradas y saltaron chispas de rivalidad de las cuales fuiste ajena, soltando la mano de Zoro para asomarte por la barandilla, notando una gran huella en el suelo. Tus ojos brillaron llenos de entusiasmo, habías leído sobre esto en alguno de tus libros, estabas segura, ¡aquí había dinosaurios! querías ver uno con tus propios ojos.

─¿¡Crees que puedes traer un animal más grande que yo!?

La voz de Sanji te sacó de tus divagaciones sobre los animales prehistóricos, notando que la cabeza de musgo ahora estaba en tierra firme. Ambos comenzaron una pelea de miradas hasta que el rubio saltó del barco, gritando que sería un torneo de caza, contuviste una risita sabiendo que esta era tu oportunidad de bajar del barco para explorar, ya que parecía que ni Nami ni Ussop iban a salir, incluso estaban llorando de lo imprudentes que eran sus compañeros de equipo.

Claro, entre ellos te incluiste.

 ─Nami. ─la chica levantó la mirada junto a Ussop, todavía con lágrimas de cocodrilo sobre sus mejillas─ ¿Puedo...?

No hizo falta que terminases la frase, asintió, de igual manera no podría evitar que te metieras en menos problemas solo por estar en el barco, incluso se sintió más segura pensando que estarías con los idiotas fuertes, además si te pasaba algo tendría una excusa para golpearlos o reclamar dinero por cada raspón en tu cuerpo, qué manera de hacer negocio. Chillaste de alegría abrazando su cuello, con pasos rápidos fuiste hacia tu cuarto, agarrando tu bolsa, de igual manera Shiroi se colocó sobre tu hombro acurrucándose contra tu cuello, frotaste su cabecita recibiendo un pequeño graznido de satisfacción. 

─Adiós chicos, cuídense, ¡os quiero!

Te despediste de ambos miedicas con un rápido abrazo y beso en la mejilla, saltando desde la barandilla al suelo, tropezando un poco en el proceso, lograste recuperar el equilibrio agarrándote al tronco de un árbol cercano, mirando como los hombres ya estaban algunos metros por delante de ti, cada uno en una dirección diferente. Te llevaste la mano hacia la barbilla, adoptando una pose pensativa, no tenías mucho tiempo para elegir ¿deberías seguir a Sanji o aventurarte con Zoro?

𝗙𝗿𝗲𝘀𝗵𝘄𝗮𝘁𝗲𝗿┃One Piece [HIATUS]Where stories live. Discover now