𝑵𝒊𝒓𝒗𝒂𝒏𝒂

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Chuuya se quedó inmóvil ante sus palabras, sentía que si decía algo la magia terminaría.
    
Estoy feliz de haberte conocido— quitó el sombrero de su cabeza para ponérselo —¿Me queda bien?.
    
—Sobre lo que hablábamos hace unos días— aclaró su voz —¿Qué has pensado de eso?.
    
—¿De qué cosa?— hizo memoria recordando como sangró debido al golpe, le entrego el sombrero de vuelta —¿Qué es la vida sin un poco de ese amor pasional?.
    
El creía que esa clase de pensamientos no deberían entrar a su cabeza, no debía cometer un error tan grande como lastimar a la única persona que siempre querría ver. Así que solo podía hacer algo —No lo sé todavía— separó su cuerpo con cierta prisa —Nunca he sentido esa clase de afecto por nadie.
    
—Es algo maravilloso— volteó su cuerpo buscando algo en su escritorio, o talvez en un intento por ocultar su rostro —Lo veo cada día, y lo que hace en las personas es algo hermoso, la más grande de las motivaciones es el amor. Jane estiró unas hojas al frente —Esto es tuyo, se mezclaron algunas cosas pero creo que ahora todo está en orden.
    
—Gracias— Sentía que si pasaba un cuchillo podría cortar la tensión —¿A qué hora terminas?, para ir juntos.
    
—Debo ver a mi nuevo subordinado, creo que volverás sin mi, solo por hoy— una mueca que jamás había visto se formó en su boca, tan forzada —Akutagawa debe estar esperándo.
    
El pelinaranja parpadeó un par de veces procesando sus palabras, no estaba molesta, pero de un momento a otro el ambiente era totalmente diferente —Te acompaño— se encaminó hasta el pasillo para después ser alcanzado por la femenina.
    
—El es algo extraño, quiero decir no parece un chico grosero pero es... Akutagawa — comentó sosteniendo el expediente del chico —No hay nada que pueda enseñarle.
    
—Seguramente estaba harto del maldito desperdicio de vendas, ¿Está en las bodegas?.
    
—Si, ahí es donde entrenaban— centro su vista en el camino, enajenada por sus propios pensamientos.
    
—¿Tienes frío?— el pelinaranja quitó su saco tratando de ponerlo en sus hombros.
    
—Estoy bien, muchas gracias— adelantó su paso casi dando zancadas —No es necesario que me lleves hasta el, nos veremos luego Nakahara.
    
Logró ver cómo se alejaba, desapareció de su vista, pudo sentir un dolor donde se supone estaba su corazón.

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—Buenas noches— el pelinegro la esperaba de pie junto a un contenedor.
    
—Akutagawa-kun— caminó hasta el con ambas manos en los bolsillos —Tú ya puedes comandar un equipo de élite, ¿Por qué le pediste estar a mi cargo?.
    
El de gabardina buscó algo en sus pantalones, mostrando una pequeña nota. Los ojos de Jane se abrieron al leerla, sin decir nada más sacó una liga de su bolsillo para peinar su cabello en una cebolla.
    
—Empecemos, no tengo toda la noche— una chispa de emoción se asomó por aquellos ojos verdes que antes estaba inertes.
    
Su entrenamiento constó en Akutagawa tratando de golpearla, no uso su habilidad pues lo veía innecesario y esto solo logró enfurecer al pelinegro. Pensaba que no lo tomaba con seriedad, y al ser cegado por la ira dejo de concentrarse aún más.
Duraron mucho tiempo así, la mayor ventaja de Jane era ser mucho más rápida que Ryunosuke.
    
—Bueno, creo que deberíamos parar— hizo uso de su habilidad frenando de golpe a Rashomon —Estas muy agitado.
    
—No es nada— jadeaba como si hubiera corrido un maratón —Puedo seguir.
    
—Yo estoy cansada entonces.
    
El más alto no entendía su actitud tan indeseable, si era una ejecutiva para el no lo parecía. Desde antes tenía dudas de su capacidad, pues al menos junto a el no demostró nada de los rumores que habían entorno a ella.
    
—Jane-san— un poco desesperado llamó su atención —Debo seguir entrenando.
    
—Alcanzaste tu límite, mañana— la monotonía en sus palabras lo hizo perder la poca paciencia que poseía.
    
—¡Necesito hacerlo ya!— levantó la voz haciendo que la ojiverde frunciera el ceño.
    
—Akutagawa-kun— buscaba las palabras adecuadas para mandarlo al demonio
—Para una persona promedió eres más que veloz, sé que debes tener tus motivos pero...
  
—¡No lo sabe!— dió un paso frente a ella —Usted no lo entiende.
    
Se quedó en silencio, jamás tuvo que ayudar a nadie con su poder y la única persona que la entrenó en se campo fué Dazai. Observaba el semblante del varón tratando de encontrar una solución óptima—Si no logras derribarme una sola vez en veinte minutos— sentenció con indiferencia —No tendré consideración.
    
Al escuchar eso el joven rápidamente hizo uso de su habilidad, pero fué en vano pues por momentos la más baja traía su infinito a la realidad. Cada golpe letal era fácilmente evadido, el tiempo corrió ignorando las necesidades de Akutagawa.
  
—Alto— alzó las manos como señal para detenerse—Pasaron veinticinco minutos.
    
Los ojos grises se abrieron dejando claro que algo dentro de el se movió ante tales palabras.
    
—No tengo la mínima idea de cómo ayudarte, posiblemente solo te dejaré inconsciente cada que tenga oportunidad, ahora es el momento si quieres irte.
    
El de puntas blancas negó, no estaba ahí por ella, ni siquiera por el. Jane comprendió que su voluntad era por algo más que solo vanidad, el hacía eso como un acto de cariño casi religioso. No lo golpearía, ciertamente trataba de ahuyentarlo.
    
—Mañana me acompañarás a recibir un cargamento de armas, después harás tus pendientes, y por último vendrás conmigo para entrenar tu velocidad.
    
—Dijo que fueron más de veinte minutos.
    
—Una habilidad no es algo que se pueda mejorar en minutos, o una noche— comentó sin darle mucha importancia —¿Qué hora es?.
    
Dudoso alzo la muñeca viendo su reloj —Las tres y diez.
    
—Es muy tarde, ve a dormir— caminó hasta la salida —La gente que no descansa bien muere rápidamente.

𝑺𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔 [Cʜᴜᴜʏᴀ x OC]Where stories live. Discover now