Capitulo 8.

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C a p i t u l o  0 8

Demonios.

Iba a llegar tardísimo.

Baje las escaleras corriendo y entre a la cocina, rebusque en los cajones sobre la estufa y baje la comida de Kiara.

—¡Kiara!—grite y apareció al instante.

Deje su comida en su taza de color rosa, y corrí a buscar mi mochila.

—¡Nos vemos luego bonita!

Ella soltó un ladrido como respuesta.

Cerré la puerta con tanta fuerza que seguramente había despertado a mi padre. Empecé a caminar fuera de la calle, no vi a Amber seguramente ya se había ido. Crucé sin ver a los lados.

—Hey bonita—oí a mi espalda. Si que reconocía esa voz.

Me giré, vi a Jeffrey en un auto negro, no se qué marca era, no se de carros. Esperaba verlo con la sonrisa que habitualmente tenía, pero esta vez tenía su mirada sería, y traía lentes de sol.

¿Quién trae lentes de sol, en invierno?

—Sube, te llevo.

—Es porque vas al mismo lugar—bromee y me subí.

No vi intentos de reírse, y eso me comenzaba a parecer extraño.

—¿Todo en orden?—pregunte luego de un silencio incómodo.

Él dudo—Si.

Asentí y no dije más nada, hasta que llegamos al instituto.

—Gracias por traerme—tome la manilla del auto, pero el me sujeto por el brazo.

—Lo siento.

Entre junte mis cejas y abrí la boca para responder.

—No me gusta responderte así, no es muy lo mío.

Le sonreí—¿Y que es lo tuyo?

Él se acercó a mí, y me sonrió cerca de mis labios. Mi corazón estaba latiendo muy rápido, y mis manos empezaban a sudar.

—Te aseguro que ser indiferente, no lo es—se separó, y pude sentir un vacío.

¿Por qué tenía que ponerme tan nerviosa?

¿Por qué tenía que hacer esto?

Baje del auto, y ambos entramos corriendo llegaríamos tarde a literatura.

Lo vi quedarse de pie frente al aula.

—¿Que pasa? Vamos tarde.

Él paso su mano por su nuca, e hizo una mueca—Tengo algo... No voy a entrar ahí.

Me crucé de brazos y lo mire desaprovando lo que acababa de decir.

—Jeff, no puedes dejar de ver las clases, es el último año, y Karen no es tan mala.

—Porque no tienes que vivir con ella—murmuro pero oí bien.

—¿Qué?

—Si, ella es hermana de mi padre.

Abrí los ojos como platos.

—Eh..pe..

—Si, y no tienes ni idea de lo insoportable que puede ser.

—Jeff, quizás no sea así—di un paso hacia él.

—No.

—Dale una oportunidad, ¿Si?

Más allá de la atracciónWhere stories live. Discover now