Capítulo 7.

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C a p i t u l o   0 7.

—¿Era la primera vez?—le pregunté dando círculos en el frío borde.

El dudó por un momento y dejo caer su cabeza sobre sus brazos, en el borde de cemento gris del puente.

—No. Esa era la segunda.

—Lo siento.

Baje mi cara y vi lo alto que estaba.

Cerré mis ojos, para que el vértigo no se hiciera presente.

Sí, le tengo miedo a las altura.

—¿Por qué?—el me miró.

Sus ojos azules, estaban tan oscuros al reflejarse en la luz amarilla del faro.

—No me quiero imaginar lo que has tenido que pasar para tan siquiera pensar en...

Apreté mis labios, no quería decirlo, de solo pensarlo me daban escalofríos.

—Suicidarme—completo como si fuera la cosa más normal del mundo. 

Me quedé en silencio. No sabía que decir ante esto.

—Jeff.. no estás solo, ¿Lo sabes? Ahora.. que volvimos a.. encontrarnos —no sabía cómo decir lo que estaba pensando—Ahora puedes hablar conmigo.. digo, si así lo deseas, aquí estaré.

—Es difícil, ¿Sabes?

En realidad no, cariño, nunca he considerado el suicidio.

—Cuando ves las cosas desde una perspectiva mala, todo a su alrededor se ve mal, muy mal, mira—señale la parte oscura que daba al otro extremo del puente—Se ve oscuro de este lado, tanto que da miedo— él tenía la vista en esa parte del puente, me giré en sentido contrario—Pero de acá, puedes ver la luz, algo diferente, claro, y con oportunidades.

—Entiendo tu metáfora.

—La vida es este puente, Jeffrey. Está en tus manos decidir a cual extremo de éste quieres ir—le sonreí y el parecía pensarse todo lo que había dicho.

Él no dijo nada, paso mucho rato en silencio.

—No has perdido el toque filosófico—me miró y sonrió.

Lo mire directamente,y  me hizo sonrojarme, en su mejilla derecha se hacía un hoyuelo, que le daba un toque tan tierno. Su sonrisa se estaba convirtiendo en una de mis cosas favoritas.

Y vaya que no tengo.

—Te sonrojaste—dijo con gracia.

Desvié mi mirada—No.

—Sii, claro que sí—tomo mi cara en sus manos. Pude sentir, una corriente eléctrica en todo mi cuerpo, con ese simple tacto.

—Lo siento, a veces soy muy impul...

—No pasa nada—le sonreí—Pero puedes soltarme.

Ahora el sonrojado era él.

—Claro, lo siento.

—Oye Emmely—dijo con algo de gracia.

—Como vuelvas a decirme emmely, pasarás seis años más sin verme.

—¿Solo seis?—ladeo su cabeza.

—¿Quieres más?

Él levantó sus manos en señal de rendición—Es broma, bonita.

Mis mejillas volvieron a tornarse rojas.

—Creo que ya debo irme—mire mi celular, ya faltaba poco para media noche.

Más allá de la atracciónWhere stories live. Discover now