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SER CAPAZ

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Narradora Pov

—Has estado evitándome.

—No es cierto.

—Lotte —llamó con molestia deteniendo los pasos de la mencionada.

La reina giró a verla y le sonrió tímidamente mientras jugaba con sus dedos.

—No puedo decirte que sucede, pero pronto lo sabrás.

Barbara elevó una ceja.

—Has estado de esa manera por una semana —le recordó acercándose con más seguridad.

La reina de Betraña intentó retroceder, sin embargo su mano fue tomado con delicadeza antes de que lo hiciera.

—¿Qué sucede? —le preguntó en un tono suave que daba una clara señal de preocupación—. ¿Ocurrió algo con los reinos Biraz? —Lotte negó, pero también asintió dando a entender que era un "más o menos", pero que a la vez no se trataba de eso—. ¿Algún problema con las bibliotecas que mandaste a hacer? —La reina de nuevo negó causando que Barbara suspirara en rendición—. Bien, lo que sea que estés haciendo ten cuidado —acotó, para luego pasar a su lado y seguir con sus entrenamientos.

Honestamente, Barbara no era una gran fan de querer aprender el arte de la espada, pero después de ver a muchas mujeres en la academia Luna Nova donde se había entrenado el actual rey de Bernicia, quiso experimentar.

Al comienzo no le fue algo fácil vestirse con otra cosa que no fuera un vestido o empuñar una espada, sin embargo, gracias al entrenador que tenía había empezado a comprender como funcionaba la defensa personal que los caballeros estudiaban y ejercitaban cada día que salía el sol.

Su maestro era uno de sus leales guardias reales que se había ofrecido a entrenarla. Barbara aceptó gustosamente recordando como aquel señor estuvo en su niñez y la guio en ciertas cosas que le fueron muy útiles en la actualidad como la segunda al mando del reino de Betraña. Debía admitir que separarse de su hermana no le había resultado para nada fácil; Barbara estaba acostumbrada a pasar el tiempo con ella y verla todas las mañanas.

Levantarse de la cama e ir al comedor pensando que su hermana no estaría, la entristecía demasiado al comienzo. Luego aprendió a vivir con esa independencia, pero el golpe que sabía que vendría, pero que, sin embargo, no estaba preparada para recibirlo, llegó y la congeló por completo como las frías aguas del invierno.

Sus padres fallecieron en un día cualquiera. El motivo era desconocido, pero algunos apuntaban que habían sido asesinados, cuando la realidad era otra. Barbara quería encontrar a los culpables, no obstante, después de años de búsqueda se rindió y continuó con sus deberes dejando atrás lo que la lastimó.

Sorprendentemente para la pelinegra, su hermana, fue la única que pareció no herida ante ese hecho. Barbara le había preguntado si se encontraba bien y, Hannah, le regaló una sonrisa y le asintió ligeramente en una afirmación segura. En ese momento la segunda reina de Betraña no pudo contener las lágrimas que había soportado en el entierro de sus padres y se echó enseguida a los brazos de su hermana.

Los reyes de la Alta Borgoña siempre habían sido cariñosos y atentos con ella, sin embargo, Barbara desconocía la presión que recibía su hermana cada día que respiraba. Para Hannah, sus padres simplemente habían sido unas personas mandonas con problemas de superioridad.

Había una vez... 2 (Diakko♥)Where stories live. Discover now